Travesía Ermua-Dunkerque. Etapa 1: Ermua-Eibar-Elgoibar-Mendaro-Deba

Al final, me he animado a darle forma al proyecto francés, empezando como siempre desde mi pueblo, Ermua. Ésta vez el objetivo será, otra vez, una ciudad muy distante, en este caso ubicado al extremo norte de Francia: Dunkerque.

Al igual que he comentado en los últimos proyectos que he iniciado, es muy provable que, o no llegue al destino, o tarde una eternidad en hacerlo. Pero el verdadero objetivo es ir viendo y conociendo las distintas poblaciones y paisajes que hay a lo largo del trayecto. Eso ya lo he ido haciendo, cuando empecé las andadas por suelo francés desde Hendaya, así que al menos esa parte está cumplida.

Comienzo la ruta en el centro de mi pueblo, Ermua. No hay misterio durante los primeros 10km. Al principio, camino por paseo peatonal hasta Eibar, y después por un bidegorri hasta Elgoibar.

Una vez atravesado de lado a lado dicho pueblo, llego a una rotonda (cuidado aquí con los coches), y avanzo unos metros dirección Mendaro, para luego dejar la carretera por la derecha, y adentrarme por un polígono industrial. Más adelante, giro a la izquierda, e inicio el primero de los 2 ascensos del recorrido, ambos por pista asfaltada.

La pendiente es bastante inclinada, pero en general, la subida se hace rápida y cómodamente. Bonitas vistas de Elgoibar y el monte Karakate a un lado, y al otro, el pueblo de Alzola y el macizo de Arno.

Al llegar a la altura de un caserío, hago un doble giro derecha-izquierda, y después, desciendo por una pista de piedras, que me lleva directo al municipio de Mendaro.
Al llegar a la iglesia del pueblo, inicio el segundo de los ascensos, siendo más largo pero también más llevadero.

De nuevo, al llegar a la par de otro caserío, abandono la pista asfaltada para ir por senda de hierba y tierra. Aquí el sendero está algo abandonado, ya que hay bastante vegetación en todos lados, además de haber árboles caídos por culpa de un desprendimiento. También hay algún que otro charco que hay que sortear como se pueda. No obstante, en general, el sendero se atraviesa sin complicaciones.
Bonita e imponente vista del macizo de Arno, el cual rodeo por su lado derecho.

Al final del sendero, conecto con una pista de cemento. Desciendo en zig-zag, hasta llegar a una estrecha carretera, el cual apenas circulan vehículos. Aquí me pasé un poco de largo, ya que después, me tenía que desviar a la derecha, y continuar por una pista de piedras, que me llevaría a mi destino, el municipio de Deba.

Interesante recorrido el de ésta pista, que durante varios tramos, me encuentro con una mini cueva, 2 miradores, y varios puntos de exposición con muestras de huesos de animales prehistóricos y utensilios utilizados por los antiguos habitantes del lugar.
Todo esto ha sido idea del Geoparque y el ayuntamiento de Deba. Se trata del proyecto 'Historiaurreko bailara'; una especie de centro de interpretación de la prehistoria de este lugar.

Al finalizar la pista, llego al barrio de Artzabal. Aquí, sigo por un paseo peatonal, que conduce directamente a la localidad de Deba. Recorro parcialmente el pueblo, hasta llegar primero al paseo marítimo y playa de Deba, y luego, a la estación de tren, donde concluyo esta sencilla e interesante ruta.