Ruta I viernes 26 de mayo

Salimos de nuestro local para recorrer el barrio que lo rodea (Soloarte). Nos dirigimos por la Avda. Cervantes y nada más cruzar la Avda. Trtenbide nos llama la atención un pequeño jardín interior con palmeras, alguna yuca y aloe vera (vegetación que no hemos visto hasta ahora).
Continuamos nuestro recorrido y vemos una esquina con una pequeña puerta, una papelera y una bajante de pluviales con anuncios personales ofreciendo cuidado de personas mayores, limpieza, etc. (es un pequeño rincón que nos llama la atención por su sencillez y variedad funcional).
Un poco más adelante, en otro pequeño jardín interior, vemos un tronco de árbol talado reutilizado como macetero. Salimos del jardín encontramos unos residuos urbanos junto a unos contenedores. Seguimos hacia el río y desde el puente vemos unas fincas residenciales construidas sobre unos locales industriales (nos llama la atención la composición cromática de estos bajos).
Desde el otro lado del río, observamos una tela de lunares extendida sobre un muro de hormigón con una piedras encima (nos recuerda a un complemento flamenco).
Seguimos y nos encontramos con el mismo residuo urbano anterior. un poco más adelante nos llama la atención el escaparate de una tienda; afuera, un caballito de monedas, una máquina de bolas con regalo y gran variedad de productos en su interior (piscinas incurables, flores de plástico, muñecos de peluche, relojes).
Al girar la esquina vemos un bajo que ha sido reutilizado para varios comercios; electrodomésticos, telefonía móvil y actualmente frutería.
Más abajo,vemos unos sacos de escombros sobre una fachada (nos recuerda al inicio de una obra de Christian Boltanski).
En la esquina de enfrente vemos la Ferretería Ariz, un comercio donde su dueño te informa de cualquier cosa que necesites saber sobre la ciudad (una ferretería convertida en punto de información).
Un poco más adelante encontramos unos residuos urbanos sobre una fachada con fondo rojo y verde.
Antes de llegar a nuestro punto de partida vemos un escrito en una puerta cerrada de un comercio que parece un poema surrealista: "No metas palillos, está vigilado".