El Bosque Encantado

El trayecto entre la ciudad de Málaga y el pueblo de Parauta es de 1 hora y 37 minutos por la AP-7 y la A-397.

La provincia de Málaga puede presumir de contar con preciosos pueblos blancos a lo largo y ancho de su territorio. Entre ellos encontramos Parauta, una villa de origen morisco situada en pleno valle del Genal. Sus calles encaladas y la frondosidad de la naturaleza que la rodea, se combinan con un elemento más: un bosque encantado lleno de figuras mágicas.

El origen del pueblo de Parauta se remonta a la época musulmana y su historia corre paralela a la de otros pueblos de la parte meridional de la comarca de la Serranía de Ronda. En esa época de dominación árabe la villa lucía el nombre de Hisn Autha, hasta que fue reconquistada por los Reyes Católicos y repoblada por cristianos.


En sus calles, muchas aún empedradas, todavía podemos observar el antiguo trazado morisco. Paseando por ellas nos iremos topando con dos plazas y tres fuentes, y cruzaremos el interesante arco de entrada a la calle Altillo. El edificio histórico más importante es la Iglesia de la Inmaculada Concepción, construida en el siglo XVI.


También merece la pena contemplar la encina Valdecilla, situada al este del casco urbano. Este árbol de más de tres metros de diámetro y 20 metros de altura es uno de los más antiguos del mundo de su especie. Por otro lado, si queremos entrar en contacto directo con la naturaleza, nada mejor que adentrarse en los bellos paisajes que rodean al pueblo: el Parque Natural de la Sierra de las Nieves.

Después de visitar todos los encantos del pueblo y sus alrededores, todavía nos quedará un lugar más, un espacio mágico perfecto para las familias: el Bosque Encantado de Parauta. Se trata de un recorrido de 3 km (ida y vuelta) que nos lleva hasta el municipio vecino de Cartajima.

Por el camino, el escultor Diego Guerrero, en colaboración con el ayuntamiento del pueblo, desplegó todo un conjunto de figuras talladas a mano que representan personajes mágicos como hadas, duendes, gnomos y magos. Una de las tallas más impresionantes es la de un rostro en el tronco de un árbol, con las raíces simbolizando largas barbas.

Además de divertirnos mientras buscamos todas las figuras escondidas y visitamos las pequeñas casitas talladas en los árboles, podremos hacernos muchas fotos divertidas, por ejemplo con unas alas de mariposa. En definitiva, es un plan perfecto para pequeños y grandes.