Marruecos. Ras y Timesguida: el contiguo silencio.

A chikito c. que tanto nos animó a ir que terminamos por hacerle caso.
Gracias por el empujón y la sabia información que nos proporcionaste.

Bonita y muy montañera subida, a los picos Ras y Timesguida desde el refugio Toubkal (del CAF de Casablanca).
Para poder acceder al parque nacional es necesario contratar guías locales .
Es una caminata moderada y el recorrido no es problemático técnicamente, salvo las trepadas de subida al Ras (con cierto grado de vacío), pero sí es exigente en lo físico y con la condición de una buena aclimatación a la altura.
La travesía la hicimos en tres días, subiendo en primer lugar al Toubkal tras pernoctar en el refugio la primera noche.
El primer día habíamos subido hasta el refugio desde el poblado Imlil, a 1750 msnm, por un sendero inequívoco que nos sirve como método progresivo de aclimatación a la altura. Tiene un sentido norte-sur geográfico y, en su inicio, es un auténtico vergel a orillas del río Rheraya.
Llama la atención el arbolado de mayor porte, compuesto principalmente por nogales (algunos centenarios), que hacen de la senda un agradable paseo al arrullo de pájaros (carboneros, herrerillos, mirlos, tórtolas, y la esquiva presencia de algún bulbul), y el sonido del agua que durante todo el recorrido nos acompaña como un caudaloso torrente, con alguna cascada importante a causa de bloques de piedra que han quedado encajados en el cauce.
Superado este primer tramo llegamos al poblado de Aroumd, donde entramos en un valle aluvial abierto y donde el río describe algún meandro sobre los sedimentos. La captación de las aguas para el riego de huertos aledaños en esta zona nos habla de una cultura del agua centenaria y reconocida por nosotros.
A partir de ahora el sendero comienza una pendiente no muy elevada pero constante, con tramos de falsos llanos, donde poder descansar del esfuerzo, y en él aparecen intermitentemente marcas de GR a lo largo del mismo.
Una vez pasado el trámite del control de policía (donde es preciso presentar el pasaporte, o la documentación para los autóctonos), seguimos subiendo por una senda cómoda aunque en ocasiones resulta bastante polvorienta. Hay que tener en cuenta que el puesto de policía cierra a partir de las 16 horas.
Es más incómodo el paso recurrente de las caballerías (que nos cruzamos bajando, o las que nos adelantan subiendo), que la senda en sí misma.
A lo largo del sendero hay diversos puestos donde parar a reponer fuerzas, comprar agua, o tomar un zumo, siendo el más reconocido el de Sidi Chamharouch. Aquí estamos en el ecuador de nuestro camino hasta el refugio. Hemos recorrido algo más de seis kilómetros y estamos por encima de los 2300 m de altitud.
Sidi Chamharouch es una especie de mausoleo, excavado en el suelo debajo de una enorme roca pintada de blanco. Para algunos marroquíes es un lugar de peregrinaje buscando “baraka” en el pequeño santuario: una cura para la esterilidad femenina, el reumatismo, las enfermedades espirituales o simplemente un esposo.
A partir de este lugar cruzamos el río. El motivo es tan simple como que todos los torrentes principales procedentes del deshielo del macizo del Toubkal se encuentran en la margen derecha, mientras que por la izquierda, que es por donde transitamos desde este momento, las montañas tienen menos altitud y solo algunos pequeños regatos de agua llegan hasta el cauce. Aquí mismo encontramos un gran torrente que desemboca en el Rheraya tras una espectacular cascada, y su confluencia es la que nos obliga a cruzar al otro margen del río por un pequeño puente.
Se inicia ahora un fuerte repecho por la ladera. Es corto pero intenso y, después de un kilómetro aproximadamente, encaramos el tramo final del camino.
Es cómodo, y salvo alguna zona pedregosa o reguero sin importancia, lo único destacable es que la pendiente se incrementa un poco antes de llegar y que conforme ganamos altura entrevemos la magnitud del macizo y lo agreste de su cumbres.
Al llegar a nuestro destino, que no es otro que la zona de refugios, un numeroso grupo de chovas piquigualdas nos reciben con un bullicioso alboroto.
Hemos recorrido algo más de 12 km y nos situamos por encima de los 3200 mts.
 
Jornada de subida al Ras y Timesguida.
 
Cumplido el día anterior el objetivo del Toubkal, nuestro propósito se centraba en hacer la segunda y tercera cumbres más altas de este macizo.
Empezamos a andar cuando apenas se intuían las primeras luces del día.
Unos cientos de metros más allá del refugio el uso de los crampones se hizo imprescindible. El valle estaba completamente cubierto de una nieve dura perfecta para andar sobre ella.
Durante el ascenso, no pudimos ver el alcance de la pala de nieve que estábamos transitando ( kilómetro y medio), pero llegando al collado Tizi n’Ouagene, la luz del amanecer nos permite verla en toda su extensión. Comprendemos ahora la dureza de su ascenso, con pendientes sostenidas del 30/35% , y hasta un 40% en el tramo final.
Nos consta que durante el verano, en ausencia de nieve, hay un sendero claramente definido hasta el collado, pero a falta de cualquier señal nuestro paso fue adaptándose al mejor modo de progresar sobre la nieve. Seguramente el track no diferirá mucho del que la nieve nos oculta y, en cualquier caso, la dirección y el objetivo es claro.
Al llegar al collado nos despojamos de los crampones e iniciamos una subida muy montañera por la arista oeste.
Una senda perfectamente marcada con hitos, con tres trepadas casi consecutivas de grado I / II nos dejan en el camino del Ras. Nos queda un tramo de sendero sobre un pedregal bastante incómodo hasta llegar al pie de la cumbre (aunque es claro y marcado con hitos), y acceder a esta tras otra corta trepada bastante vertical y llegar a la cima del tercer pico más alto de este macizo.
Su nombre verdadero es Ras Ouanoukrim, que traducido literalmente significa cabeza bondadosa. Ciertamente el Ras ha sido bondadoso con nosotros y desde su cúspide nos ofrece una panorámica espléndida. El cielo despejado nos permite ver el valle que hemos recorrido. Al fondo, en dirección noreste, la mole del Toubkal, el Toubkal oeste o II; al norte el Akiud, los Afella norte y sur; a nuestra espalda el Timesguida y los valles que se abren al sur en una extensa depresión intermontana: Al fondo la otra gran cadena montañosa de Marruecos: el Anti-Atlas.
Volvemos sobre nuestros pasos y, tras destrepar el Ras, nos dirigimos al Timesguida en un fácil trayecto de algo menos de un kilómetro.
El Timesguida no tiene la apariencia de ser la segunda cima en importancia.
Para coronarlo basta con un rápido y leve descenso por la ladera sur del Ras y otro tanto de subida por la ladera norte de este. Subir no tiene mayor dificultad que la del esfuerzo andar por los cuatro mil, y que pronto nos deja en una cumbre amplia y tendida en la que sólo destacan algunas construcciones del tipo corraletas, para vivaquear.
Tras reponer fuerzas iniciamos el descenso por la ladera norte por la que hemos subido pero ahora bordeando el Ras, en dirección a la zona de las trepadas que anteriormente hicimos para subir. Un camino largo y descendente sin dificultad que permite solazarse con el inmenso paisaje.
Una vez allí el camino es ya bien conocido. Tras destrepar los pequeños escarpes que encontramos en la subida llegamos al collado Tizi n’Ouagene.
Ahora con el sol casi en su cénit tenemos la oportunidad de ver perfectamente el valle.
El descenso hasta la zona de refugios se hace agradable y hasta placentero. La nieve está ideal para andar con los crampones. No hay sino una suave brisa y el sol todo lo ilumina.
Llegar de nuevo al refugio se convierte en un largo y despreocupado paseo como recompensa al esfuerzo que hicimos para subir.
La alta temperatura provoca el incipiente deshielo que se convierte, aquí mismo, en el río Rheraya; el mismo que nos acompañó durante la subida y que nos indica el camino de vuelta de nuevo a Imlil por el mismo sendero que dos días atrás subimos. Un camino sencillo, en suave pendiente y carente de dificultades,  como ya he indicado
 
No podemos dejar de comentar entre nosotros la gran diferencia con el ascenso al Toubkal: el de hoy ha sido silencioso y solitario, en comparación con la masificación y la algarabía del ascenso al Toubkal.

Gracias a mis compañeros, que han conseguido con este viaje que vea a Marruecos desde una perspectiva diferente a mis anteriores visitas.
Quedan pendientes otras rutas en este precioso e inmenso macizo, y nos conjuramos para volver pronto.
In-challah.