Ruta 133. Pontones - Fátima
near Pontones, Andalucía (España)
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Trail photos
![Photo ofRuta 133. Pontones - Fátima](https://s0.wklcdn.com/image_169/5074845/130457410/83140605.400x300.jpg)
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Itinerary description
Segundo y último día de ruta que nos debía llevar al punto de inicio.
¡SORPRESA! Una rueda de la bici de mi compañero estaba desinflada al levantarnos! 🤷♂️🙏
Nos fuimos a desayunar y tras volver del mismo, terminamos de preparar el material para iniciar la ruta. Infló la rueda y todo parecía ir con normalidad.
Antes de nada decidí reducir la ruta inicialmente prevista de casi 80 kms por otra de casi 60.
Fue buena idea por el desgaste tan enorme que nos dimos el día anterior.
Salimos más tarde de lo previsto (sobre las 10:30 de la mañana) en dirección hacia el nacimiento del Río Segura, para subir a los «Campos» y llegar a la aldea de Don Domingo con la intención de conectar con la otra ruta. Antes tuvimos que pararnos a cambiar la cámara de la rueda en el mismo nacimiento del «Segura», pues no paraba de perder aire y ante la duda de no saber cuantos kilómetros podríamos hacer, decidimos parar y arreglar definitivamente el problema.
Gran parte de la ruta se desarrollaba por la sierra del Almorchón, un cerro que da nombre a toda la zona y que acumula una enorme porción de sierra despoblada de toda índole, pues por no haber no había ni cortijos, y los que quedaban en pie, llevaban años abandonados.
Caminos de tierra imposibles, subidas extremas y soledad por doquier son algunas de las características de esta zona.
La sensación que percibo es de absoluto aislamiento acompañado por el viento que sopla con fuerza en algunos puntos. No vimos a nadie, no oímos a nadie, no sentimos la presencia de nadie en muchos kilómetros.
Tierras solitarias, caminos que no sienten la pisada en meses, árboles que crecen indefensos, arroyos que no acumulan agua...casas en ruinas abandonadas...desolación...
Esa zona me marcó profundamente y mientras mi cuerpo se desplazaba lentamente y a duras penas, mi mente permanecía allí inmóvil, como si no quisiera salir de ese entorno. Algo me retenía en aquél lugar.
Seguimos nuestra ruta hasta culminar el collado y comenzar el largo descenso hasta el embalse de San Clemente. Una bajada larga que pulió las pastillas de freno.
Bajamos y bajamos entre dehesas cerca del pantano y con gran esfuerzo llegamos a nuestro destino en Fátima. Alcanzamos el punto sobre las seis de la tarde y lo primero que hicimos fue tomarnos dos cervezas frías para relajarnos, sin embargo mi pensamiento no vino conmigo...aún sigue en aquellos parajes de la sierra del Almorchón.
¡SORPRESA! Una rueda de la bici de mi compañero estaba desinflada al levantarnos! 🤷♂️🙏
Nos fuimos a desayunar y tras volver del mismo, terminamos de preparar el material para iniciar la ruta. Infló la rueda y todo parecía ir con normalidad.
Antes de nada decidí reducir la ruta inicialmente prevista de casi 80 kms por otra de casi 60.
Fue buena idea por el desgaste tan enorme que nos dimos el día anterior.
Salimos más tarde de lo previsto (sobre las 10:30 de la mañana) en dirección hacia el nacimiento del Río Segura, para subir a los «Campos» y llegar a la aldea de Don Domingo con la intención de conectar con la otra ruta. Antes tuvimos que pararnos a cambiar la cámara de la rueda en el mismo nacimiento del «Segura», pues no paraba de perder aire y ante la duda de no saber cuantos kilómetros podríamos hacer, decidimos parar y arreglar definitivamente el problema.
Gran parte de la ruta se desarrollaba por la sierra del Almorchón, un cerro que da nombre a toda la zona y que acumula una enorme porción de sierra despoblada de toda índole, pues por no haber no había ni cortijos, y los que quedaban en pie, llevaban años abandonados.
Caminos de tierra imposibles, subidas extremas y soledad por doquier son algunas de las características de esta zona.
La sensación que percibo es de absoluto aislamiento acompañado por el viento que sopla con fuerza en algunos puntos. No vimos a nadie, no oímos a nadie, no sentimos la presencia de nadie en muchos kilómetros.
Tierras solitarias, caminos que no sienten la pisada en meses, árboles que crecen indefensos, arroyos que no acumulan agua...casas en ruinas abandonadas...desolación...
Esa zona me marcó profundamente y mientras mi cuerpo se desplazaba lentamente y a duras penas, mi mente permanecía allí inmóvil, como si no quisiera salir de ese entorno. Algo me retenía en aquél lugar.
Seguimos nuestra ruta hasta culminar el collado y comenzar el largo descenso hasta el embalse de San Clemente. Una bajada larga que pulió las pastillas de freno.
Bajamos y bajamos entre dehesas cerca del pantano y con gran esfuerzo llegamos a nuestro destino en Fátima. Alcanzamos el punto sobre las seis de la tarde y lo primero que hicimos fue tomarnos dos cervezas frías para relajarnos, sin embargo mi pensamiento no vino conmigo...aún sigue en aquellos parajes de la sierra del Almorchón.
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