Las Tomateras del Río Grande II (Entrerríos, Antioquia - Colombia)

Diseño de ruta: Machacho y liliwhale®
Fecha de realización: Agosto 07 y 11 de 2012 (sacamos la 1ra parte el 07 de agosto y regresamos el 11 a completar un tramo que no pudimos hacer la 1ra vez)
Terreno: pavimento, trocha carreteable y cruce por fincas, potreros y algunos caminos de herradura con canalón.

CRÓNICA DE RUTA
“Una historia como esta es digna de ser contada con lujo de detalles porque esta colmada de situaciones maravillosas e irrepetibles. Todos y cada uno de quienes estuvimos ahí, pedaleando cada metro, sudando cada cuesta, encontrando cada camino perdido, retando al tiempo y al cansancio, sabemos que los momentos vividos ya son parte de cada historia personal y, seguro, ya clasificaron en el listado de anécdotas sobre los viajes en bici que tendremos para contar cuando estemos viejitos”. Gracias....Pereirana, Arcila, Aguirre, Toño y Machéchere por esta gran aventura !!!

Como en otras ocasiones, nos dimos a la tarea de diseñar una ruta tipo circuito, con una combinación de caminos conocidos más una mezcla de senderos y trochas nuevas. Así salió una ruta de 64 Km con un desnivel de 1282 metros.

Ruta: "LAS TOMATERAS DEL RÍO GRANDE II”. “RÍO GRANDE”, porque más del 60% del recorrido pasa sobre las tierras que EPM utilizó para construir la infraestructura del embalse Rio Grande II que conduce sus aguas hacia La Central Hidroeléctrica La Tasajera. “LAS TOMATERAS", porque el paisaje predominante de la zona que recorre esta ruta es el cultivo de tomate de árbol (Cyphomandra betaceae).

EL RECORRIDO
El 7 de agosto de 2012, pasadas las 8:30 de la mañana, iniciamos el recorrido en el sitio “La Herradura” de Girardota con rumbo nororiente, cruzamos el “Peaje El Trapiche”, avanzamos unos 250 metros, giramos a la izquierda por la Vereda Mercedes Abrego y empalmamos con la carretera que sube a la Central Hidroeléctrica La Tasajera, hasta donde hay pavimento. Allí, continuamos el ascenso por carretera destapada y cruzamos las veredas Filo Verde, Paraíso y La Palma. En esta última encontramos un acueducto veredal, El Palmar, donde descansamos y disfrutamos de la vista tan bonita que se tiene del Valle del Río Medellín. Continuamos el ascenso, pasando por La Fonda La Curva, por el acceso a las almenaras (**) de la central y cruzamos la Vereda El Tigre antes de llegar al primer premio de montaña de esta aventura. Y digo premio de montaña porque hasta el primer alto se llega luego de un ascenso sostenido de más de 14 Km con un desnivel aproximado de 1164 metros.

(**) Almenara: tubo de concreto vertical que se comunica con los ductos de conducción de agua que están enterrados entre la represa y la central hidroeléctrica. Sirve para disipar la energía del agua que baja desde lo alto de la montaña, equilibrando la presión, para proteger las turbinas de la casa de máquinas.

Al cruzar el alto, continuamos el camino hacia el valle del Río Chico por el sector Las Ánimas. Cruzamos las partidas de La Virgen, pasamos por la Vereda Río Chico y llegamos al sector suroriental del embalse Río Grande II. Allí nos detuvimos en un mirador y aprovechamos para descansar y sacar el fiambre. Hasta allí llévabanos la mitad del trayecto: 33 Km de carretera destapada, caminos y senderos por potreros y fincas. Después de engañar al hambre con el fiambre que nunca es suficiente, reiniciamos el pedaleo hacia sur y luego al occidente, y cruzamos los sectores de Juntas, Jaramillo y El Apretel. En este último cambiamos el rumbo y, luego de avanzar unos 4 Km hacia el sur, nos encontramos con una bifurcación. El camino de la izquierda había sido recorrido por Machinche y La Pereirana un par de años atrás, y según sus recuerdos, el trazado era empinado y exigente, pero conocido. El camino de la derecha era nuevo para todos y se basaba en la ruta que tenía grabada en el GPS, hecha con base en fotos satelitales. La decisión no fue fácil y hasta nos costó una pequeña discusión que afortunadamente resolvimos entre amigos, máxime que en ese momento ya eran casi las 5 de la tarde y una parte de la trocha restante sería nocturna. Al final nos aventuramos a recorrer el camino del lado derecho, desconocido y nuevo para todos, pero que, en mi opinión personal, ha sido uno de los trayectos más retadores que del año 2012.

Después del desvío, el camino tenía una inclinación normal pero luego nos encontramos una loma de esas que simplemente se evitan con la mirada y uno supone que no hacen parte del camino. Por un momento dudamos, pero estábamos ansiosos por saber qué seguía de ahí en adelante así que sin evadir la realidad subimos hasta que las piernas nos aguantaron y donde los músculos no aguataron arrastramos las bicis. Lo más duro fue al comienzo de la loma pero luego el terreno fue mejorando y sin presentirlo, estábamos recorriendo un camino de tierra de color amarillo-rojizo, que se perdía en medio de un gran cultivo de árboles de tomate de árbol que se extendían montaña abajo y montaña arriba. Continuamos subiendo y encontramos una finca donde había otra bifurcación. Según la ruta diseñada debíamos girar a la izquierda y descender por un sendero hasta encontrar un punto de referencia marcado en el GPS. A partir de allí, debíamos recorrer la última parte del camino para regresar a Girardota, pasando por la Vereda El Socorro, por el Alto Los Ochoa y por el sector La Matica. Sin embargo, en un instante todo cambió. Los campesinos que habitaban la casa nos dijeron que por ahí no salíamos, que ese camino nos llevaría a un caño, que tal vez ni había paso y que era mejor que siguiéramos el camino de la derecha que ellos nos indicaban. Era como una pesadilla porque la luz ya era poca, el cansancio bastante y ellos nos mostraban un cerro por donde seguro subíamos pero con nuestras bicis al hombro. Parecía increíble que fuera más fácil subir semejante loma y cruzar la montaña para salir por detrás, que bajar por el sendero que teníamos al frente y por donde, se suponía, debíamos encontrar nuestro próximo punto de referencia. Y aunque parezca increíble, esas cosas a todos nos pasan. Tal vez el cansancio acumulado de todo el día, o la poca luz que nos quedaba, o el miedo que nos enfundaron aquellos señores hicieron que nuestra credibilidad flaqueara y, como borregos sin voluntad, abandonamos nuestra propia ruta. Descartando nuestra alternativa y vencidos por una mala recomendación en la que todos confiamos, subimos la dichosa loma y llegamos al punto más alto ya casi de noche. Estábamos a merced de nuestra capacidad de orientación y de la buena fe de los pobladores que encontráramos en el camino.

Sin que hubiera pasado mucho tiempo, y ya casi en la oscuridad total de la noche, encontramos un señor acompañado de un muchacho joven, tal vez su hijo, que se ofrecieron a guiarnos en el cruce de una finca muy empinada para encontrar un camino que nos sacaría de aquel lugar. Bajamos con la ayuda de dos lucecitas muy débiles que salían de sus linternas, cruzamos una quebrada y salimos a un camino más amplio por el que debíamos seguir descendiendo. Hasta allí nos llevaron los dos hombres con una amabilidad inimaginable. En esos momentos es cuando creo que uno se encuentra con ángeles y seguro que aquellos señores lo eran. Justo en ese momento comprendimos que los señores de la otra finca, donde cambiamos el rumbo porque así no lo indicaron, eran todo lo contrario…

Ahora teníamos un sendero por delante y nada de luz. Así que el ingenioso de Juanca Arcila adaptó la luz de su teléfono y nos iba mostrando el camino. Poco a poco, más el ánimo y las buenas energías de cada uno, superamos este tramo y llegamos a una carretera pavimentada. Bingo !!! Era la vía que sale al sector El Limonar y eso significaba que habíamos cruzado la montaña pero aún nos esperaba un descenso largo sin luz. Y una vez más aparecieron los ángeles….., pues nos encontramos con un par de motociclistas que se ofrecieron a bajar con nosotros para iluminarnos la vía. Que emoción me dio sentir el compañerismo de todos los aventureros, las buenas energías y la buena disposición ante la adversidad. Salimos a la Autopista Norte casi a las 8 de la noche y aunque debíamos pedalear hasta el sitio de inicio, donde estaban los vehículos, ya nos sentíamos como en casa. Que gran aventura !. Que buenos compañeros !.

EL REGRESO...LA REVANCHA !
El corazón nos quedó picando por no hacer la ruta como creíamos, pero sobre todo por habernos dejado convencer de una mala recomendación. Así que al final de esa misma semana regresamos a buscar el camino que no hicimos, pero esta vez tomamos otro camino para llegar por arriba al sitio donde tomamos la decisión equivocada. Una vez alcanzamos el mismo alto donde 5 días antes encontramos al señor y al muchacho, los ángeles, la luz del día nos hizo ver todo muy diferente y muy claro. Cruzamos la dichosa finca y nos desviamos por el descenso tan esperado. El camino estaba deteriorado en algunos tramos pero siempre fue posible recorrerlo, y nunca llegamos a un caño o a un lugar sin salida como nos habían dicho. Muy rápido, cruzamos el sendero y encontramos el punto de referencia (waypoint) en el GPS. Así que avanzamos hacia la Vereda El Socorro y buscamos el descenso por el Alto Los Ochoa, y luego por la Vereda La Matica, hasta que salimos a la Autopista Norte. META CUMPLIDA !!, RETO CUMPLIDO !!
Una vez más...quedó la satisfacción de recorrer en vivo, caminos diseñados con las herramientas satelitales. Que vivan los caminos inexplorados y que viva el GPS !!!
NOTA: La ruta que estoy publicando es la definitiva y no incluye el desvío por la montaña, de la primera jornada. El track queda listo para quien quiera hacerlo, no sin antes decir que es importante estar preparado físicamente, llevar buena alimentación, buena hidratación y una linterna por si la luz del día no alcanza.

Buenas trochas, Liliwhale®