De Tetuán a Cabo Negro (Antonio, el de Melilla, de compras)
near Bab Nouader, Tanger-Tetouan-Al Hoceima (Morocco)
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Trail photos
Itinerary description
Ahí va el menda, a la conquista de Cabo Negro, sin enemigos a la vista, ni viento traicionero. De manera que me encaminé por circunvalación hasta la ruta de Martil, esto es suave y fácil; además casi todo el tiempo carril bici. Ya en la playa una foto me hizo un mozo desoficiado y yo miraba a la izquierda, a Cabo Negro y me decía buh, verás tú ahora cuando empiece a subir y así fue, allí eché el bofe y me vinieron las fatiguitas pero no eché pie a tierra hasta que llegué a la rotonda, en donde una criatura chica me dijo:
— aiti?
y yo le respondí
—aint bzf.
Eso sería a la mitad del camino…miré la cima de Cabo Negro y me dije, chacho déjalo, que eso es demasiado para ti, no tienes fondo…y yo a mí mismo me convencí, es verdad no tengo fondo.
Di la vuelta a la rotonda y en un plis me planté en Martil que atravesé por callejuelas de segunda hasta que desemboqué en la carretera y tomé otra vez el carril bici. Y yo iba pensando en la cuesta del Glamur o en la de Paloma para subir a casa, y ahí sí echaba otra vez el bofe, por lo tanto me dije, hala, a subir por el campo de futbol y el hospital hasta la mezquita, pero no fue mucho más suave, además tragué humo e imprudencias de algún conductor. Pero una vez que llegué al Museo de Arte Contemporáneo me motivé, solo quedaba una cuestina de nada hasta llegar a la Plaza Primo y mis kalaouis no iban a permitir que las zapatillas pisaran el asfalto y dale que dale, que llegué a la plaza, después a mi plaza en donde Antonio, el de Melilla, salía a hacer deporte con un carrito de la compra y probó la bici. Antonio cómprate una bici y vente al monte y a las nubes, ya tendrás tiempo de comprar tomates y pepinos.
— aiti?
y yo le respondí
—aint bzf.
Eso sería a la mitad del camino…miré la cima de Cabo Negro y me dije, chacho déjalo, que eso es demasiado para ti, no tienes fondo…y yo a mí mismo me convencí, es verdad no tengo fondo.
Di la vuelta a la rotonda y en un plis me planté en Martil que atravesé por callejuelas de segunda hasta que desemboqué en la carretera y tomé otra vez el carril bici. Y yo iba pensando en la cuesta del Glamur o en la de Paloma para subir a casa, y ahí sí echaba otra vez el bofe, por lo tanto me dije, hala, a subir por el campo de futbol y el hospital hasta la mezquita, pero no fue mucho más suave, además tragué humo e imprudencias de algún conductor. Pero una vez que llegué al Museo de Arte Contemporáneo me motivé, solo quedaba una cuestina de nada hasta llegar a la Plaza Primo y mis kalaouis no iban a permitir que las zapatillas pisaran el asfalto y dale que dale, que llegué a la plaza, después a mi plaza en donde Antonio, el de Melilla, salía a hacer deporte con un carrito de la compra y probó la bici. Antonio cómprate una bici y vente al monte y a las nubes, ya tendrás tiempo de comprar tomates y pepinos.
Waypoints
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