Canencia-Arroyo de la Tejera-Collado del Portachuelo-Senderos del Embalse de Lozoya-Canencia

La ruta comienza en el pueblo de Canencia en el Arroyo del Batan pasando por el Puente Canto de piedra sobre el Arroyo de Canencia.

Se sube por el PR 28 y, tras cruzar una puerta, se gira a la izquierda hacia el Arroyo de la Tejera, que se cruza bordeando la carretera. Aquí se continua por una pista que llanea por un bonito robledal hacia el Arroyo de las Cebadillas. Tras cruzarlo se baja rápidamente al Arroyo del Tercio de las Matas.

En vez de continuar por el camino que discurre paralelo a este arroyo, que no tiene salida, se toma la carretera unos 300 m para salirse a la derecha por una pista que sube por el pinar al otro lado del barranco con una pendiente uniforme del 10% durante 5,5 km (con un descanso llaneando de 500 m intermedio).

Después se continúa subiendo, ya con una pendiente más suave, por la pista del PR 12, pasando por el collado de Hontanares, hasta el cruce con el PR 28.

Se continúa recto por la pista. Después de llanear durante algo menos de 1 km comienza una gozada de bajada hacia Alameda del Valle de 5,5 km, pasando por el Refugio Majada del Cojo. La bajada es por pista con algunas piedras que te hacen mantener la atención al mismo tiempo que se disfruta de las vistas.

Antes de llegar a Alameda del Valle se gira a la derecha, ya llaneando, por caminos que en algunos momentos son difíciles de seguir. Después de 1,5 km hay una valla de alambrada que obliga a bordearla hasta encontrar un punto donde cruzarla por debajo (no se cruzan más vallas por lo que, si es una propiedad privada, no se encuentra cerrada totalmente).

Se llega a un cruce con el camino que va a Pinilla del Valle (Terraza la Cañada) y se continua de frente bordeando el Embalse de Pinilla, primero por pista cómoda y después por un sendero singletrack entre arboles muy divertido y fácil a los pies del embalse, hasta llegar a la presa (se atraviesan dos puertas).

Aquí se cruza el rio Lozoya por un puente y se continua por una pista paralela a la carretera, que baja para cruzar de nuevo el rio por el puente medieval del Congosto, donde el rio se encajona entre las rocas y discurre con fuerza (merece la pena acercarse a visitarlo).

Después de cruzar el rio se puede continuar por la pista o coger un tenue sendero que discurre paralelo por la izquierda. Este sendero se encuentra un poco cerrado por la vegetación y a veces es difícil de seguir, pero es totalmente ciclable (quizás con algún arañazo en el brazo). Cuando se llega a una valla de piedra se vuelve a tomar la pista.

Tras un corto tramo de subida algo roto, ya solo quedan unos 3 km llaneando por pista con algún repecho puntual para llegar al punto de partida.