Andújar-Marmolejo-Santuario Virgen de la Cabeza-Andújar

Salimos a las 7 de la mañana con temperatura fresca de 14º, sobretodo en el valle del Guadalquivir. A esa hora todavía es de noche y tuvimos que llevar iluminación no solo para que nos vieran, sino también para ver nosotros.
Entre todo el grupo nos juntamos 10 amantes de la bici en una mezcla de E-Bike y, como se les llama ahora "pulmonares", en justa proporción de 5 y 5 pero con absoluto dominio de las primeras en subidas a pesar de que en el grupo venían algunos muy pero que muy preparados físicamente.

Desde Andújar llaneamos paralelos al río Guadalquivir hasta Marmolejo en absoluta oscuridad acompañados de una luna llena que se dejaba ver de vez en cuando. Marchábamos delante las pulmonares hasta que en Marmolejo nos juntamos en el balneario, que dicho sea de paso está precioso, nos juntamos después.
Una vez cruzado el Guadalquivir por el puente de piedra, giramos a la derecha tomando una pista recién asfaltada, paralela al río en dirección contraria a la que traíamos durante un kilómetro aproximadamente. Desde allí giro a la izquierda y comienza la fiesta: 11 kilómetros de subida casi constante donde la dureza bajaba de muy dura a dura, así que de paseo nada de nada.
Entre paisajes espectaculares deseosos de beber agua de lluvia que falta le hace al campo, seguimos subiendo girando curvas y más curvas y más curvas primero con asfalto y después sin él, con unas vistas del valle del Guadalquivir que difícilmente se podrían describir con palabras.

En un cruce que indica la finca de la Centenera recto, nosotros giramos a la izquierda en dirección al Santuario de la Virgen de la Cabeza, donde ya habíamos pasado lo peor (o al menos eso pensábamos), porque lo peor entendiéndose como dureza o control técnico de la bici, todavía no había llegado. Nos quedaba mucho por descubrir al menos para aquellos que no conocíamos esta parte de la sierra y seguimos subiendo alternando ahora tramos de senda preciosos con pista de tierra. Hubo muchos momentos en los que pusimos pie en tierra por dificultad y por dureza física, pero el disfrute que nos llevamos no tiene precio.

Anduvimos varios kilómetros así hasta que por fin llegamos al Santuario de la Virgen de la Cabeza, muy visitado por cierto, en donde además de subir a ver a la Virgen nos dimos un pequeño homenaje proteico en el bar de la plaza.

Lo que queda ya es super conocido, así que desde el Santuario hasta Andújar quedan unos 32 kilómetros por la carretera, porque ya habíamos previsto de antemano volver por asfalto, así que en hora y media estábamos ya en Andújar preparados para tomarnos unas merecidas cervezas.