Senda 060/24 - LOS AMARILLOS, CASA DEL COMANDANTE, VÉRTICE DE LA AGUJA, COLLADO COLORAO, LA MUELA, BAÑO EN EL PORTÚS

Senda 060/24 - 2024-05-25 – PORTÚS, LOS AMARILLOS, COLLADO DE LA AGUJA, CASA DEL COMANDANTE, VÉRTICE DE LA AGUJA, COLLADO COLORAO, LA MUELA, CUESTA DEL GARROFERO, BAÑO EN EL PORTÚS, 9,9 Km, 4 horas, 47 minutos, +706 m, -710 m, 16.803 pasos.

Lo que vimos:
https://photos.app.goo.gl/126fipKfctbfy8UT6

Quizá la senda de los Amarillos sea una de las más incomodas de transitar de nuestra costa, pero también es una de las más gratificantes en la que vivirás la naturaleza en su expresión más real, en la que sentirás la presencia del mar muy cerca de ti y la desigualdad del terreno, la abundante vegetación y la ausencia del ser humano, tan solo una cabra nos saludó, hará que, si además lo culminas con un refrescante baño en un mar transparente y calmo, como ha sido el caso del día de hoy, hará que tu espíritu entre en el nirvana.

Cerca de las 8:00 horas, en un día claro, limpio de cielo y con Eolo dormido, ya que solo dio la cara al toque del Ángelus, en el que una espuma blanca cubría parte de la arena, dejábamos el Portús, cuyo topónimo, al parecer, viene del latín “Portusium” o desaguadero, aludiendo, imagino, a la caudalosa rambla que recoge parte del agua de la Sierra de La Muela. A nuestro aire, sin prisas, nos movimos en dirección oeste y en un continuo subibaja, seguimos por la senda de los Amarillos, llamado así el lugar por el color áureo de algunas paredes de su escarpada sierra. Llegamos a la base del Puntal de la Aguja, prácticamente al nivel del mar, para raudos elevarnos a su cumbre situada a unos 280 metros de altitud.

Cuesta un poco conquistar los 250 metros del collado que permite el paso desde Cala Aguilar a la cumbre de la Muela, pero, sin parar, seguimos hasta el Aljibe, donde, por cierto, ha estado el guarro de turno, visitamos la Casa del Comandante, donde también ha estado el tonto del lápiz, según se aprecia en las paredes de dicha casa. Nos elevamos al edificio del Proyector de la cumbre de La Aguja, desde donde nuestras retinas gozaron de algo bello y barato.

Nos enfrentamos a un pedregoso zigzag que, dejando al norte el vértice del Cabezo “Colorao”, nos llevó hasta los 421 metros de altitud, cerca de la meseta de la Muela, para girar al sureste, asomarnos a un mirador, saludar a la Virgen de la Ermita y buscar la Cuesta del Garrofero para bajar a nuestro punto de partida, donde la relajante espuma blanca me animó a darme el primer baño de la temporada, en un agua fresca a la entrada, pero deliciosa al minuto de sentirla en tu cuerpo. Como sentir, sentir, también sentimos la espumosa rubia cuando entraba por el gaznate. Salud.