Navarredonda de la Rinconada: Hornos de la calería
near Navarredonda de la Rinconada, Castilla y León (España)
Viewed 116 times, downloaded 5 times
Trail photos
Itinerary description
La Sierra de la Calería, inserta en la Sierra Quilamas, forma parte de las estribaciones occidentales del Sistema Central, y se caracteriza por las grandes extensiones boscosas y valles por los que circulan numerosos arroyos. Navarredonda de la Rinconada es uno de los núcleos enclavados dentro de esta subcomarca de la Sierra de Francia, y ofrece varias rutas de un altísimo valor ecológico, ricas en paisajes, biodiversidad y patrimonio etnográfico.
De entre ellas, proponemos descubrir el tramo que nos retrotrae a las antiguas labores mineras ligadas a la obtención de cal gracias a la cocción de la piedra del entorno en los denominados hornos caleros.
Para ello habremos de partir desde el espacio educativo de la charca que encontramos en la carretera viniendo desde Escurial. Enfrente, junto a un panel explicativo que nos introduce al paseo que vamos a realizar, asciende una pequeña carretera transitable en parte en automóvil hasta un parking situado ya entre la arboleda. Tenemos que estar atentos porque aún dentro del pueblo encontramos una bifurcación. Deberemos tomar la variante que nos lleva hacia la izquierda y avanzaremos mientras la carretera se convierte en una pista de tierra pasando junto a un depósito de agua. Comenzaremos entonces a ver el robledal tras el cual se adivina el Pico Cervero. Tenemos dos kilómetros de subida por este camino de tierra y piedras perfectamente señalizado con balizas. Alcanzaremos un paso canadiense que habremos de atravesar y volveremos a encontrar una bifurcación, que tomaremos nuevamente por la izquierda siguiendo las señales amarillas y blancas que nos indican que estamos en un sendero de pequeño recorrido.
La Sierra de la Calería cuenta con protección LIC (Lugar de Interés Comunitario) y ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves). En nuestro paseo será fácil escuchar el canto del pizón común o el repiqueteo del picapinos. Si nos fijamos atentamente, quizás alcancemos a ver cómo el trepador azul asciende con esfuerzo por los troncos de los marcescentes o adivinaremos el vuelo de carboneros y herrerillos.
Más adelante nos toparemos con una bifurcación más. El camino que surge a nuestra derecha nos llevaría a Rinconada de la Sierra, y el que sigue de frente nos dirige hacia Escurial y el área de las antiguas labores de la cal, a cuatrocientos metros de aquí, donde queremos llegar. Desecharemos el siguiente desvío a la izquierda y continuamos por el que asciende levemente hasta alcanzar el punto donde se indica que la zona de la calería dista a trescientos metros por un sendero empinado que se aparta de la amplia pista por donde habíamos transitado hasta ahora.
Bajo el canto de los mosquiteros papialbos, un ave migrante transahariana, cuyos cuarteles de invernada se sitúan en África tropical, encontraremos brezo, romero y tomillo, y destacando por sus flores, matas de prímulas.
Subiremos por el camino poco transitado, tomado por el verde de la hierba hasta alcanzar un claro en el bosque donde encontramos los restos de la mina donde se extraía la piedra para su cocción en los hornos. Varios montículos delatan los deshechos acumulados de esta actividad. Ascenderemos por una pequeña vereda que sube a su derecha, paralela al vallado que nos protege de caer por el terraplén. Si nos giramos tendremos unas magníficas vistas de la dehesa salmantina.
La vereda prosigue por la parte alta de la mina hasta continuar saliendo por la esquina izquierda de esta. Tomaremos entonces el camino que asciende junto a nosotros y posteriormente aquel que sale a nuestra derecha en la siguiente bifurcación.
El camino presenta cierta pendiente a la sombra de los robles. Llegaremos entonces a otra bifurcación que tomaremos a la derecha, hacia Navarredonda de la Rinconada, a 14 kilómetros por el Puerto del Camino de los Serranos. Si lo hubiésemos tomado a la izquierda llegaríamos al Pico Cervero, a tres kilómetros de distancia. Esta bifurcación es el PRCSA-43.
Enseguida llegaremos a un claro con una señalización que nos indica que el primero de los hornos se encuentra a doscientos metros por una vereda que sale a nuestra izquierda. Tras abandonar definitivamente la bóveda del robledal se abre ante nosotros unas impresionantes vistas de los valles y picos de la Sierra de las Quilamas con la Sierra de Francia al fondo. Siguiendo los hitos continuamos descendiendo por la vereda a nuestra izquierda hasta alcanzar el horno entre jaras, protegido por una alambrada que no impide nuestro acceso y con un panel explicativo.
El uso de los hornos de cal es muy antiguo, pues se han hallado vestigios en yacimientos con más de 10.000 años de antigüedad. Los que encontramos en Navarredonda son hornos de bóveda con una planta circular enterrada en un montículo de tierra, construidos en mampostería de piedra con una abertura para atizar el fuego donde se elaboraba la cal, utilizada tanto para la elaboración de mortero en la construcción, como para el blanqueamiento de las casas, tanto por su función estética como por su capacidad de saneamiento dadas sus propiedades bactericidas.
Los vecinos de la zona extraían piedra caliza que amontonaban en los hornos con una técnica de cocción consistente en generar una fogata en la parte inferior del mismo, alimentándolo con leña de brezo o jara durante varios días a través de la portilla abierta para tal cometido. Por encima de ella, se acumulaban las piedras sin llegar a apelmazarse sobre el fuego, lo que requería de una persona de gran experiencia. En el cercano Tamames la técnica variaba, alternando capas de leña con otras de piedra. Este es el denominado horno de cepas, de menor tamaño.
Regresaremos entonces de nuevo al sendero hacia el Puerto del Camino de los Serranos, al encuentro del horno el Porro, en un ambiente umbrío propicio en otoño para que broten los hongos: rebozuelos o chantarelas, Amanitas cesárea y Boletus edulis. Cabe recordar que es preciso obtener un permiso previo para su recolección y contar con el consejo de los expertos antes de exponernos a una posible intoxicación.
Tras descubrir el segundo de los hornos, ya sólo nos queda regresar, avanzando hasta toparnos con un cerrado recodo del camino que nos surge a la derecha permitiéndonos regresar a la pista por donde subimos en un principio.
Navarredonda ofrece también otros paseos igualmente disfrutables. Cerca hemos quedado de alcanzar el Pico Cervero con sus increíbles vistas, ascender a la Cueva de la Mora, donde dicen escondió su tesoro la Reina Quilama, o disfrutar por la ruta de los molinos o el sendero del encinar.
Servicios: bar.
Otros puntos de interés: hornos caleros, molinos, Cueva de la Mora, micología.
Si quieres descargarte el libro 26 Paseos Inesperados por las Sierras de Salamanca:
https://adriss.net/wp-content/uploads/2022/04/Guia-26-PASEOS-INESPERADOS.pdf
Otras propuestas en la revista Sierras de Salamanca: https://www.sierrasdesalamanca.es/revistas-electronicas/
Y para saber más de las Sierras de Salamanca: https://www.sierrasdesalamanca.es/
De entre ellas, proponemos descubrir el tramo que nos retrotrae a las antiguas labores mineras ligadas a la obtención de cal gracias a la cocción de la piedra del entorno en los denominados hornos caleros.
Para ello habremos de partir desde el espacio educativo de la charca que encontramos en la carretera viniendo desde Escurial. Enfrente, junto a un panel explicativo que nos introduce al paseo que vamos a realizar, asciende una pequeña carretera transitable en parte en automóvil hasta un parking situado ya entre la arboleda. Tenemos que estar atentos porque aún dentro del pueblo encontramos una bifurcación. Deberemos tomar la variante que nos lleva hacia la izquierda y avanzaremos mientras la carretera se convierte en una pista de tierra pasando junto a un depósito de agua. Comenzaremos entonces a ver el robledal tras el cual se adivina el Pico Cervero. Tenemos dos kilómetros de subida por este camino de tierra y piedras perfectamente señalizado con balizas. Alcanzaremos un paso canadiense que habremos de atravesar y volveremos a encontrar una bifurcación, que tomaremos nuevamente por la izquierda siguiendo las señales amarillas y blancas que nos indican que estamos en un sendero de pequeño recorrido.
La Sierra de la Calería cuenta con protección LIC (Lugar de Interés Comunitario) y ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves). En nuestro paseo será fácil escuchar el canto del pizón común o el repiqueteo del picapinos. Si nos fijamos atentamente, quizás alcancemos a ver cómo el trepador azul asciende con esfuerzo por los troncos de los marcescentes o adivinaremos el vuelo de carboneros y herrerillos.
Más adelante nos toparemos con una bifurcación más. El camino que surge a nuestra derecha nos llevaría a Rinconada de la Sierra, y el que sigue de frente nos dirige hacia Escurial y el área de las antiguas labores de la cal, a cuatrocientos metros de aquí, donde queremos llegar. Desecharemos el siguiente desvío a la izquierda y continuamos por el que asciende levemente hasta alcanzar el punto donde se indica que la zona de la calería dista a trescientos metros por un sendero empinado que se aparta de la amplia pista por donde habíamos transitado hasta ahora.
Bajo el canto de los mosquiteros papialbos, un ave migrante transahariana, cuyos cuarteles de invernada se sitúan en África tropical, encontraremos brezo, romero y tomillo, y destacando por sus flores, matas de prímulas.
Subiremos por el camino poco transitado, tomado por el verde de la hierba hasta alcanzar un claro en el bosque donde encontramos los restos de la mina donde se extraía la piedra para su cocción en los hornos. Varios montículos delatan los deshechos acumulados de esta actividad. Ascenderemos por una pequeña vereda que sube a su derecha, paralela al vallado que nos protege de caer por el terraplén. Si nos giramos tendremos unas magníficas vistas de la dehesa salmantina.
La vereda prosigue por la parte alta de la mina hasta continuar saliendo por la esquina izquierda de esta. Tomaremos entonces el camino que asciende junto a nosotros y posteriormente aquel que sale a nuestra derecha en la siguiente bifurcación.
El camino presenta cierta pendiente a la sombra de los robles. Llegaremos entonces a otra bifurcación que tomaremos a la derecha, hacia Navarredonda de la Rinconada, a 14 kilómetros por el Puerto del Camino de los Serranos. Si lo hubiésemos tomado a la izquierda llegaríamos al Pico Cervero, a tres kilómetros de distancia. Esta bifurcación es el PRCSA-43.
Enseguida llegaremos a un claro con una señalización que nos indica que el primero de los hornos se encuentra a doscientos metros por una vereda que sale a nuestra izquierda. Tras abandonar definitivamente la bóveda del robledal se abre ante nosotros unas impresionantes vistas de los valles y picos de la Sierra de las Quilamas con la Sierra de Francia al fondo. Siguiendo los hitos continuamos descendiendo por la vereda a nuestra izquierda hasta alcanzar el horno entre jaras, protegido por una alambrada que no impide nuestro acceso y con un panel explicativo.
El uso de los hornos de cal es muy antiguo, pues se han hallado vestigios en yacimientos con más de 10.000 años de antigüedad. Los que encontramos en Navarredonda son hornos de bóveda con una planta circular enterrada en un montículo de tierra, construidos en mampostería de piedra con una abertura para atizar el fuego donde se elaboraba la cal, utilizada tanto para la elaboración de mortero en la construcción, como para el blanqueamiento de las casas, tanto por su función estética como por su capacidad de saneamiento dadas sus propiedades bactericidas.
Los vecinos de la zona extraían piedra caliza que amontonaban en los hornos con una técnica de cocción consistente en generar una fogata en la parte inferior del mismo, alimentándolo con leña de brezo o jara durante varios días a través de la portilla abierta para tal cometido. Por encima de ella, se acumulaban las piedras sin llegar a apelmazarse sobre el fuego, lo que requería de una persona de gran experiencia. En el cercano Tamames la técnica variaba, alternando capas de leña con otras de piedra. Este es el denominado horno de cepas, de menor tamaño.
Regresaremos entonces de nuevo al sendero hacia el Puerto del Camino de los Serranos, al encuentro del horno el Porro, en un ambiente umbrío propicio en otoño para que broten los hongos: rebozuelos o chantarelas, Amanitas cesárea y Boletus edulis. Cabe recordar que es preciso obtener un permiso previo para su recolección y contar con el consejo de los expertos antes de exponernos a una posible intoxicación.
Tras descubrir el segundo de los hornos, ya sólo nos queda regresar, avanzando hasta toparnos con un cerrado recodo del camino que nos surge a la derecha permitiéndonos regresar a la pista por donde subimos en un principio.
Navarredonda ofrece también otros paseos igualmente disfrutables. Cerca hemos quedado de alcanzar el Pico Cervero con sus increíbles vistas, ascender a la Cueva de la Mora, donde dicen escondió su tesoro la Reina Quilama, o disfrutar por la ruta de los molinos o el sendero del encinar.
Servicios: bar.
Otros puntos de interés: hornos caleros, molinos, Cueva de la Mora, micología.
Si quieres descargarte el libro 26 Paseos Inesperados por las Sierras de Salamanca:
https://adriss.net/wp-content/uploads/2022/04/Guia-26-PASEOS-INESPERADOS.pdf
Otras propuestas en la revista Sierras de Salamanca: https://www.sierrasdesalamanca.es/revistas-electronicas/
Y para saber más de las Sierras de Salamanca: https://www.sierrasdesalamanca.es/
Comments (1)
You can add a comment or review this trail
I have followed this trail verified View more
Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Hice esta ruta en agosto y hacía llevar agua. Había muchas moscas en la zona de los robles.