Arano-cordal Adarra/Mandoegui-Leuneta-Unamune-Abadekurutz-Leizaran-Andoain-Hernani-Arano
near Arano, Navarra (España)
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Trail photos
Itinerary description
En Arano tuvimos una amena charla con un vecino que paseaba con su can, que nos facilitó abundante y práctica información sobre enclaves concretos de la impresionante etapa circular que íbamos a iniciar en este bello municipio navarro.
Por pista que pasa por la ermita de San Roque llego en compañía de Charly al collado megalítico de Errekaleku, con abundantes restos funerarios repartidos por los municipios de Arano y Goizueta.
Desde aquí seguimos ascendiendo por el cordal Adarra Mandoegui: Leuneta, Unamune... hasta el collado de Etzela, en el que tomamos la pista de Berastegi que nos llevará por una pista en muy buen estado y con bonita panorámica del entorno montañoso.
Junto a esta pista forestal que va por el camino antiguo de Arano a Leitza, en las faldas del monte Abadekurutz, nos encontramos con la conocida como “la cruz del cura”(Apaizengurutze), que por su curiosa y sorprendente historia, creo que vale la pena conocerla, así que la cuento.
Abadekurutz, también conocido como Apaizengurutze y antiguamente como Baratzazarreta (por unos cromlechs cercanos), está situado entre los montes Leuneta y Mandoegui.
La cruz del cura, "abade kurutz", fue puesta en el lugar donde fue asesinado hace más de 200 años, concretamente el 27 de octubre de 1779, don Tomás de Arribillaga, presbítero natural de la villa de Leitza, donde fue enterrado. La cruz original desapareció, siendo colocada una nueva a finales del siglo XX.
Sobre las causas de su asesinato, al parecer no están muy claras, habiendo al día de hoy tres teorías distintas:
- La primera cuenta que don Tomás era un clérigo muy aficionado al juego de pelota y al parecer bastante bueno, ya que fue requerido en Arano para que jugara en las fiestas. Durante el partido se hicieron apuestas, el cura ganó y alguno de los que habían apostado en contra, lo esperó en este punto del recorrido para vengarse.
- Otra versión afirma que este cura recorría mucho este camino entre Leitza y Arano. En Arano se hizo amigo del barbero, con el que solía jugar a cartas, y una vez que se jugaron mucho dinero, ganó el cura. Y el barbero, mal perdedor, decidió recuperar lo que había perdido en este paraje.
- La última leyenda, dice que el cura conoció a una joven de Arano (en el sentido más bíblico de la palabra) y que al poco tiempo acabó embarazada, por magia potagia... Los familiares de esta joven, a los que al parecer no les hizo mucha gracia la noticia, esperaron al cura en este sitio, en donde lo mataron.
Al margen de la historia del carismático y moderno cura para los tiempos que corrían, desde este emplazamiento de la cruz del cura, las vistas del entorno son verdaderamente espectaculares: sur de San Lorenzo, Ipuliño, Aralar, Aitzgorri..
Para bajar al valle de Leitzaran tomamos a la dcha una pista, inicialmente de mucha pendiente y abundantes piedras que te obliga a ir con muchísimo cuidado, pero enseguida se convierte en ciclable en muy buen estado y que desciende en acusado zigzag hasta el río Leitzaran.
En el descenso por el valle según nos vamos acercando a Andoain, se nota la mejora del río tras el derribo de algunas presas y las instalaciones de la piscifactoría.
Ya en Andoain por caminos vecinales y bidegorris llegamos a Hernani, desde donde por la margen izda del Urumea, para evitar la ctra Hernani a Goizueta, llegamos hasta cerca de la central hidroeléctrica abandonada de Pikoaga junto al edificio de los okupas.
Desde aquí por la carretera a Goizueta alcanzamos el cruce de Arano, que tras los tres últimos y duros kilómetros, alcanzamos finalmente el punto de partida de esta maravillosa y variada etapa, muy recomendable para disfrutar de la naturaleza en las cuencas del Leitzaran y Urumea así como a lo lago del cordal Mandoegi Adarra con las extraordinarias vistas de valles y montes del entorno, pero para gozarla mejor llevar bici eléctrica. IMPRESIONANTE!!!
Las nuestras llegaron justitas de batería tras los 55 km y más de 1000 m de ascenso acumulado.
Por pista que pasa por la ermita de San Roque llego en compañía de Charly al collado megalítico de Errekaleku, con abundantes restos funerarios repartidos por los municipios de Arano y Goizueta.
Desde aquí seguimos ascendiendo por el cordal Adarra Mandoegui: Leuneta, Unamune... hasta el collado de Etzela, en el que tomamos la pista de Berastegi que nos llevará por una pista en muy buen estado y con bonita panorámica del entorno montañoso.
Junto a esta pista forestal que va por el camino antiguo de Arano a Leitza, en las faldas del monte Abadekurutz, nos encontramos con la conocida como “la cruz del cura”(Apaizengurutze), que por su curiosa y sorprendente historia, creo que vale la pena conocerla, así que la cuento.
Abadekurutz, también conocido como Apaizengurutze y antiguamente como Baratzazarreta (por unos cromlechs cercanos), está situado entre los montes Leuneta y Mandoegui.
La cruz del cura, "abade kurutz", fue puesta en el lugar donde fue asesinado hace más de 200 años, concretamente el 27 de octubre de 1779, don Tomás de Arribillaga, presbítero natural de la villa de Leitza, donde fue enterrado. La cruz original desapareció, siendo colocada una nueva a finales del siglo XX.
Sobre las causas de su asesinato, al parecer no están muy claras, habiendo al día de hoy tres teorías distintas:
- La primera cuenta que don Tomás era un clérigo muy aficionado al juego de pelota y al parecer bastante bueno, ya que fue requerido en Arano para que jugara en las fiestas. Durante el partido se hicieron apuestas, el cura ganó y alguno de los que habían apostado en contra, lo esperó en este punto del recorrido para vengarse.
- Otra versión afirma que este cura recorría mucho este camino entre Leitza y Arano. En Arano se hizo amigo del barbero, con el que solía jugar a cartas, y una vez que se jugaron mucho dinero, ganó el cura. Y el barbero, mal perdedor, decidió recuperar lo que había perdido en este paraje.
- La última leyenda, dice que el cura conoció a una joven de Arano (en el sentido más bíblico de la palabra) y que al poco tiempo acabó embarazada, por magia potagia... Los familiares de esta joven, a los que al parecer no les hizo mucha gracia la noticia, esperaron al cura en este sitio, en donde lo mataron.
Al margen de la historia del carismático y moderno cura para los tiempos que corrían, desde este emplazamiento de la cruz del cura, las vistas del entorno son verdaderamente espectaculares: sur de San Lorenzo, Ipuliño, Aralar, Aitzgorri..
Para bajar al valle de Leitzaran tomamos a la dcha una pista, inicialmente de mucha pendiente y abundantes piedras que te obliga a ir con muchísimo cuidado, pero enseguida se convierte en ciclable en muy buen estado y que desciende en acusado zigzag hasta el río Leitzaran.
En el descenso por el valle según nos vamos acercando a Andoain, se nota la mejora del río tras el derribo de algunas presas y las instalaciones de la piscifactoría.
Ya en Andoain por caminos vecinales y bidegorris llegamos a Hernani, desde donde por la margen izda del Urumea, para evitar la ctra Hernani a Goizueta, llegamos hasta cerca de la central hidroeléctrica abandonada de Pikoaga junto al edificio de los okupas.
Desde aquí por la carretera a Goizueta alcanzamos el cruce de Arano, que tras los tres últimos y duros kilómetros, alcanzamos finalmente el punto de partida de esta maravillosa y variada etapa, muy recomendable para disfrutar de la naturaleza en las cuencas del Leitzaran y Urumea así como a lo lago del cordal Mandoegi Adarra con las extraordinarias vistas de valles y montes del entorno, pero para gozarla mejor llevar bici eléctrica. IMPRESIONANTE!!!
Las nuestras llegaron justitas de batería tras los 55 km y más de 1000 m de ascenso acumulado.
Waypoints
Waypoint
1,299 ft
El Leitzaran al fondo , cosido con innumerables pistas forestales para la explotación maderera.
Comments (1)
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Precioso recorrido que nos permite conocer unos lugares espectaculares y asimismo y gracias a la descripción de Carlos también las historias de estos lugares.
Muy recomendable a ser posible días despejados por las vistas.