Torrent del Greixot

El Torrent del Greixot, también denominado Riu de Cerdanyola, es un barranco corto y sin excesiva dificultad pero de gran belleza, especialmente cuando baja agua. Aunque no es muy acuático, tiene un par de cascadas que con agua son muy interesantes. El descenso solo tiene 5 rápeles, el más largo de 35 metros, y está perfectamente equipado con parabolts y químicos. Hay algunos pasamanos equipados con cuerdas fijas, algo antiguas por lo que en caso de duda montaremos nuestro propio pasamanos. Uno de los pasamanos está sin equipar aunque los anclajes están en perfecto estado.
El barranco está situado cerca de la población de Sant Julià de Cerdanyola, en el Berguedà, y tanto la aproximación como el regreso son cortos y se pueden hacer fácilmente sin maniobra de coches.
El punto de partida está en la carretera que lleva a Sant Julià de Cerdanyola desde Guardiola de Berguedà. A la salida de la primera curva cerrada tenemos una pequeña explanada a la izquierda donde podemos aparcar. Al otro lado de la carretera vemos un camino señalizado hacia Les Nou Fonts. Por ese camino regresaremos después del descenso del barranco.
Para llegar al inicio del descenso podemos seguir la carretera hacia arriba pero hay un pequeño sendero, un atajo, que nos permitirá acortar el trayecto. El sendero sube con fuerte pendiente por el bosque, pasa junto a una lazada de la carretera y desemboca en la carretera en otra lazada. Seguimos un corto tramo de carretera y tomamos otro atajo a la derecha hasta alcanzar nuevamente la carretera que seguimos hasta llegar al Santuari de les Esposes donde dejamos definitivamente la carretera tomando un sendero a la derecha que en pocos minutos nos lleva al lecho del torrente.
Bajamos por el torrente hasta encontrar el primer rápel. Hay un pasamanos para asegurarnos hasta llegar al anclaje del rápel, instalado con una anilla en un químico y un parabolt unidos por una cadena. En el inicio del rápel hay un curioso separador, una especie de Y de acero inoxidable que sirve para evitar el roce de las cuerdas y para facilitar su recuperación.
El rápel es de 35 metros y baja junto a una pequeña cascada. En la base hay una poza y un entorno muy interesante con vegetación exuberante de musgos y helechos, además del bosque de ribera.
Bajamos unos metros andando y pronto encontramos el segundo rápel. Hay una instalación para montar un pasamanos aunque no hay cuerda fija. Se puede destrepar con facilidad pero si hay caudal o la roca está mojada podemos asegurarnos montando el pasamanos con nuestras cuerdas. El rápel es de 15 metros, poco vertical y acaba en una pequeña poza junto a unos bloques de roca.
El tercer rápel es corto, apenas 5 metros, aunque puede alargarse un poco para evitar un pequeño destrepe. Hay unos bloques rocosos y una doble instalación que nos permite elegir dos opciones para el rápel. Podemos bajar por un hueco entre los bloques bañados por una pequeña cascada o por fuera de los bloques en seco. Por supuesto, en casi de crecida será mejor por fuera pero en condiciones normales el rápel entre los bloques es más interesante.
Tras un corto tramo de transición llegamos siguiente rápel, el cuarto. Para llegar hay que bajar por unas losas resbaladizas pero hay un pasamanos a la izquierda que nos permite asegurar el paso. El rápel nos deja en otra poza encajada entre paredes rocosas.
Tras otro tramo de transición llegamos al último rápel. La instalación está colgada y bastante lejos por lo que es imprescindible asegurarse con el pasamanos (está instalado). Parece que tengamos que montar el rápel colgados de la instalación pero hay una pequeña repisa que nos permite realizar la maniobra con cierta comodidad sin necesidad de colgarnos. El rápel es también magnífico, junto a una cascada en un magnífico entorno.
Desde el final del rápel ya vemos arriba una barandilla de madera. Hay un sendero que pronto se convierte en trepada por una pendiente fangosa. Por suerte hay varios árboles que nos ayudan a superar ese paso hasta llegar a un ancho camino que acaba en una balma donde hay una mesa redonda con bancos de piedra.
Tomamos ese camino, bien marcado, que nos llevará en pocos minutos hasta el punto de partida donde habíamos dejado el coche.

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