Peñalara por el norte con esquis
near La Pradera de Navalhorno, Castilla y León (España)
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Itinerary description
Una de esas rutas que sorprenden en la sierra de Guadarrama. Larga y con desnivel si cogemos nieve desde el incio como ha sido el caso.
Partimos de Valsaín calzándonos los esquís a los 10 minutos de marcha. El pinar está espléndido, hay mucha nieve y avanzamos cómodos con una pendiente muy llevadera. Alcanzamos el primer llano a 1.800. La pared está blanca en su totalidad, no se ve ni un sólo cm de roca sin cubrir de blanco.
Alcanzamos el segundo llano y girando a la derecha llegamos al chozo Aranguez, desde donde dudamos si atacar por la izquierda o por la derecha. Nos decidimos por la izquierda bajo los Claveles, y sudamos la gota gorda por la pala costro-helada que nos deposita en Claveles. Ganamos Peñalara desde allí y una niebla juguetona cubre toda la cara norte precisamente ahora, en un día increíblemente bueno y soleado.
Bajamos por el otro lado sin ver prácticamente nada y al llegar de nuevo al chozo la niebla abre y desaparece por completo. Toca remar a ratos hasta atravesar todo el llano y volvemos a coger pendiente en pleno pinar. La bajada entre pinos resulta divertidísma, y llegamos con los esquís puesto a 50m del coche.
Una ruta larga y deliciosamente solitaria; un lujo en la sierra de Guadarrama, tan cerca de las masas de Cotos, pero tan lejos...
Partimos de Valsaín calzándonos los esquís a los 10 minutos de marcha. El pinar está espléndido, hay mucha nieve y avanzamos cómodos con una pendiente muy llevadera. Alcanzamos el primer llano a 1.800. La pared está blanca en su totalidad, no se ve ni un sólo cm de roca sin cubrir de blanco.
Alcanzamos el segundo llano y girando a la derecha llegamos al chozo Aranguez, desde donde dudamos si atacar por la izquierda o por la derecha. Nos decidimos por la izquierda bajo los Claveles, y sudamos la gota gorda por la pala costro-helada que nos deposita en Claveles. Ganamos Peñalara desde allí y una niebla juguetona cubre toda la cara norte precisamente ahora, en un día increíblemente bueno y soleado.
Bajamos por el otro lado sin ver prácticamente nada y al llegar de nuevo al chozo la niebla abre y desaparece por completo. Toca remar a ratos hasta atravesar todo el llano y volvemos a coger pendiente en pleno pinar. La bajada entre pinos resulta divertidísma, y llegamos con los esquís puesto a 50m del coche.
Una ruta larga y deliciosamente solitaria; un lujo en la sierra de Guadarrama, tan cerca de las masas de Cotos, pero tan lejos...
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