LA ILERA, así han llamado desde siempre a nuestro río las gentes de los pueblos de su cuenca. Es una corrupción de la voz "glera" -literalmente, terreno con mucho cascajo-, nombre que también recibe el río Oja por tener su lecho plagado de piedras.
Los chiguitos de 'La Ilera' somos unos cuantos riojalteños que nos resistimos a sucumbir ante el virus del urbanita a base de un poco de toponimia típica, un poco de monte riojano y un mucho de vino con chorizo. La ruralización navega despacio, y hay un largo camino hasta que uno puede calzarse con dignidad una boina.
Nosotros lo acabamos de empezar con ganas de pasarlo bien; porque tomárselo todo a cachondeo es una cosa muy seria.
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June 2009