Valle de la Angostura: Pozas naturales y Presa del Pradillo

La ruta de hoy es de cuentos de hadas, llevo a mis peques a explorar el Valle de la Angostura.
Ya hice una ruta en esta zona y me fascinó, tenía ganas de seguir descubriendo las joyas escondidas de este mágico lugar.

Desde el pequeño aparcamiento bajamos hasta el Río Lozoya (en su primer tramo se identifica como Arroyo de la Angostura) siguiendo las marcas naranjas en los árboles.

Luego seguimos bordeando el arroyo siguiendo la senda hasta alcanzar el primero de nuestros objetivos, la preciosa poza de los hitos de piedra, así la hemos llamado con los peques.

Durante nuestro trayecto paramos en varios lugares donde el arroyo forma pequeñas charcas de agua cristalina.

La poza de los hitos de piedra me ha enamorado, es un lugar simplemente perfecto. Allí comimos el almuerzo y disfrutamos de un buen rato, ellos de juego, yo de meditación.

Hay un altar de hitos de piedra perfectamente colocados, buscaré más información sobre este lugar porque me fascina.
La pequeña cascada está envuelta de helechos y tiene mucho encanto, el sonido del agua es la columna sonora perfecta para este momento.

Volvemos por donde hemos venido pero me pica la curiosidad de conocer la Presa del Pradillo así que ignoramos la senda que nos llevaría al coche y seguimos bordeando el arroyo hasta la presa.

Es otro descubrimiento, es posible bañarse y es un sitio precioso. Agua cristalina y llena de patitos.
Hay zonas con agua muy bajita y sin corriente, yo elegí pararnos justo al final de recorrido del Río Lozoya, lo dejo marcado con waypoint.
Allí pasamos un buen rato, recogimos moras, creamos una cabaña con ramas y merendamos.

El regreso lo hacemos por donde hemos venido.

Es una ruta muy fácil, sin desnivel, con muchísimo encanto. Es ideal en verano para huir del calor ya que se desarrolla toda a la sombra del bosque y cerca del agua.