Tabernes de la Valldigna a Cullera
near Tavernes de la Valldigna, Valencia (España)
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Trail photos
![Photo ofTabernes de la Valldigna a Cullera](https://s1.wklcdn.com/image_64/1943498/50457473/33517402.400x300.jpg)
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Itinerary description
Vamos en tren, de investigación e improvisamos sobre la marcha
Bajamos en la estación de Tabernes y nos dirigimos a la carretera que va a la playa. Al llegar vemos un camino para viandantes, más apropiado, que se dirige a la playa cruzando las vías del tren.
Pasamos por una residencia de la tercera edad, nos saludan al paso
Al llegar a la playa vamos a almorzar a uno de los bares abiertos. Al salir, nos acercamos a la arena y empieza a llover.
Vamos en dirección a l'Estany de Cullera. La idea es recorrer, desde su inicio en la playa, el camino de los sentidos (14 km longitud ida, recorre 4 ecosistemas: dunar, marjal, agrario y forestal)
Nos refugiamos de la lluvia que tarda en cesar. Andamos un poco, vuelve a llover mucho, nos refugiamos de nuevo. Y así todo el día, por eso hay tanto ir de un lado para el otro, en busca de techo para guarecernos.
Aprovechamos una tregua de la lluvia para comer en la playa.
Vuelve a llover, se retira el tercer componente del grupo
Seguimos hacia la desembocadura de l'Estany. Al llegar a El Brosquil, ya en el término de Cullera, vamos tanteando para encontrar el paso porque aquí hay muro de rocas que hace inaccesible la orilla de la playa.
Preguntamos y vamos al espigón de rocas para acceder a la orilla derecha de l'Estany, es el único acceso. Intentamos pasar pero como la roca está mojada resulta muy peligroso. Retrocedemos y preguntamos por la opción de llegar a Cullera. Y nos tienta más que retroceder. Así que vamos a hacer travesía.
Todo el rato a la derecha ante desvío, llegamos a la transitada carretera que va de Tabernes a Cullera. Resulta inquietante, los coches van muy rápidos y el arcén es escaso o inexistente.
Al llegar al acceso para viandantes a l'Estany, no lo podemos resistir y aunque vamos mal de tiempo, nos acercamos. Tocamos mare y volvemos sobre nuestros pasos hasta llegar, por el arcén, al puente verde de Cullera (que ahora mismo no recuerdo como se llama), seguimos hasta la plaza donde está la parada de bus. Pero, hemos llegado un poco tarde para coger el último. Vamos a la parada de taxis, donde está la policía y la iglesi, casi en el paseo marítimo. Al llegar al tren, todavía nos quedan tres trenes de vuelta a Valencia. Último a las 22:47 horas
Un día de clima variopinto, de aventurita propia de investigar un camino no conocido y además improvisado. Se pasa un poco de nervios, pero mola un montón. Las de investigación son geniales para sacar la niña interior. O el niño, claro.
El Estany de Cullera estaba precioso, así que será el próximo destino. Iremos adrede para disfrutar el camino con calma. Hoy con prisas no procedía.
Y también tenemos que volver a Tabernes porque al final no hicimos la ruta de los sentidos. Cosas de la lluvia y la improvisación.
Hemos disfrutado con los colores cambiantes del cielo y el mar. Un día de lluvia muy chulo. Y al final, muy al final, salió el sol.
Bajamos en la estación de Tabernes y nos dirigimos a la carretera que va a la playa. Al llegar vemos un camino para viandantes, más apropiado, que se dirige a la playa cruzando las vías del tren.
Pasamos por una residencia de la tercera edad, nos saludan al paso
Al llegar a la playa vamos a almorzar a uno de los bares abiertos. Al salir, nos acercamos a la arena y empieza a llover.
Vamos en dirección a l'Estany de Cullera. La idea es recorrer, desde su inicio en la playa, el camino de los sentidos (14 km longitud ida, recorre 4 ecosistemas: dunar, marjal, agrario y forestal)
Nos refugiamos de la lluvia que tarda en cesar. Andamos un poco, vuelve a llover mucho, nos refugiamos de nuevo. Y así todo el día, por eso hay tanto ir de un lado para el otro, en busca de techo para guarecernos.
Aprovechamos una tregua de la lluvia para comer en la playa.
Vuelve a llover, se retira el tercer componente del grupo
Seguimos hacia la desembocadura de l'Estany. Al llegar a El Brosquil, ya en el término de Cullera, vamos tanteando para encontrar el paso porque aquí hay muro de rocas que hace inaccesible la orilla de la playa.
Preguntamos y vamos al espigón de rocas para acceder a la orilla derecha de l'Estany, es el único acceso. Intentamos pasar pero como la roca está mojada resulta muy peligroso. Retrocedemos y preguntamos por la opción de llegar a Cullera. Y nos tienta más que retroceder. Así que vamos a hacer travesía.
Todo el rato a la derecha ante desvío, llegamos a la transitada carretera que va de Tabernes a Cullera. Resulta inquietante, los coches van muy rápidos y el arcén es escaso o inexistente.
Al llegar al acceso para viandantes a l'Estany, no lo podemos resistir y aunque vamos mal de tiempo, nos acercamos. Tocamos mare y volvemos sobre nuestros pasos hasta llegar, por el arcén, al puente verde de Cullera (que ahora mismo no recuerdo como se llama), seguimos hasta la plaza donde está la parada de bus. Pero, hemos llegado un poco tarde para coger el último. Vamos a la parada de taxis, donde está la policía y la iglesi, casi en el paseo marítimo. Al llegar al tren, todavía nos quedan tres trenes de vuelta a Valencia. Último a las 22:47 horas
Un día de clima variopinto, de aventurita propia de investigar un camino no conocido y además improvisado. Se pasa un poco de nervios, pero mola un montón. Las de investigación son geniales para sacar la niña interior. O el niño, claro.
El Estany de Cullera estaba precioso, así que será el próximo destino. Iremos adrede para disfrutar el camino con calma. Hoy con prisas no procedía.
Y también tenemos que volver a Tabernes porque al final no hicimos la ruta de los sentidos. Cosas de la lluvia y la improvisación.
Hemos disfrutado con los colores cambiantes del cielo y el mar. Un día de lluvia muy chulo. Y al final, muy al final, salió el sol.
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