Santa Pola- Aljibes del Massapà, Castillo-Fortaleza(capilla Virgen de Loreto), Calvario, Puerto pesquero y Playa Levante.

ITINERARIO:
Santa Pola/Auditorio y Casa Romana - Calle de Elche - Plaza de Abastos - Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción - Calle Cruz - Viacrucis - El Calvario - Carrer Caritat - Parque la Catarra - Calle Bahía - Barranco de la Tía Amalia - Avenida de Portugal o Avenida Maribel López Pérez-Ojeda - Villa Adelaida - Calle Cuba - Aljibes del Massapà - Avenida de Santiago Bernabeu - Calas de Santiago Bernabeu - Playa de Levante - Mirador - Ayuntamiento - Barco-Museo Esteban González - Puestos de venta de pescado - Puerto pesquero - Calle Moll - Castillo-Fortaleza - Ermita de la Virgen de Loreto y Museo del Mar - Plaza de la Glorieta - Calle de Santa Isabel - Auditorio y Casa Romana.

La razón principal de nuestro paseo por Santa Pola es visitar los aljibes de Massapà, nos han hablado de ellos y después de tantos años de pasear por la villa costera no los hemos visto. Aprovecharemos para descubrir el Mercado de Abastos, el Calvario, la Villa Adelaida... que tampoco conocemos.
Hay en la Casa romana del Palmeral un mapa con los puntos más importantes a visitar en Santa Pola, pero no existen marcas para guiarnos. Tomaremos por la calle Elche y giraremos al ver la parte trasera de la iglesia, enseguida vemos el Mercado de Abastos y llegaremos hasta la fachada de Nuestra Señora de la Asunción. Regresamos al mercado y tomando por la calle Cruz llegamos al inicio del viacrucis y al Calvario. Desde aquí podemos ir hacia la Ronda Norte y llegar por encima a los aljibes, pero tomamos hacia el Este, por la calle Caridad, que enseguida gira hacia el Sur para evitar el barranco de la Tía Amalia. Desde una plazoleta tomaremos la Calle Portugal a buscar la confluencia con la calle Cuba( a unos 3 cruces de Mercadona)
Los Aljibes del Massapà son tres depósitos destinados a almacenar agua potable procedente de la lluvia, conducida a través de canalizaciones. Estos aljibes fueron construidos en el siglo XVIII para abastecer de agua a los habitantes de Santa Pola. Ante el poblamiento de la villa, motivado por la riqueza creada por la sal y la pesca, fue necesario dotar a la población de puntos de abastecimientos de agua mediante depósitos subterráneos para recoger y almacenar agua de lluvia procedente de las laderas de la Sierra de Santa Pola, vendiéndola posteriormente por las calles en tinajas transportadas por carros. Estuvieron en funcionamiento hasta la primera mitad del siglo XX, como todos los aljibes de la zona, pero con la postguerra, la elevada emigración conllevó el abandono de la agricultura y, por tanto, la desaparición de la cultura hidráulica tradicional.