Ruta Sardón de Duero - Puente Hinojo - Sardón de Duero
near Sardón de Duero, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Ruta súper bonita hecha en familia cuyo inicio y fin se sitúa en Sardón de Duero, realizada en un estupendo día de febrero que despertó con niebla cerrada para, en cuanto nos alejamos de Valladolid, dar paso a un gran Sol.
La recomiendo hacer en cualquier época del año, tanto entera como parcial.
Dejamos el coche justo antes del puente que sale de Sardón al lado del merendero El Jardín del Carretero. Allí empiezan las sorpresas para todos, aún más para el niño de 5 años y la niña de 3, porque el merendero parece una isla flanqueada por el río Duero a un lado y el Canal del Duero al otro. Hay que pasar otro puente de madera por el que se comunican ambos cauces y ver sus aguas crecidas es genial. Allí también nos encontramos con dos centenarias secuoyas que destacan sobre el resto de árboles por su altura y la gran envergadura de sus troncos.
La ruta, hasta el área recreativa Puente Hinojo, marcha pareja a ambos cursos de agua, lo cual la hace entretenida y amena, sin ningún desnivel y por un camino, a veces senda, buen cuidado y cómodo para los pies pequeños de los niños. Forma parte del GR-14 que trascurre a la vera del río Duero. Este tramo es especialmente bonito por tener ambas corrientes de agua a los lados, propiciando gran números de álamos, chopos y alguna encina junto a los pinos de la región. Pudimos ver un ave que no conocíamos y que en casa descubrimos que era un cormorán grande. A los 4 km, ya acusando varios "cuánto queda para el desvío" que había prometido que ya estaba cerca, encontramos un complejo de tramos de madera y varios puentes y un cartel indicando que debemos cruzar el canal y girar a la izquierda para llegar al área recreativa Puente Hinojo. Hay mesas y familias disfrutando del entorno y buen día, aunque fresco por ser febrero. Debemos encontrar un paso por debajo de la carretera N-122 que finalmente encontramos. Una construcción sobria pero luminosa y bien conservada que tiene también un pequeño canal que recoge agua de unas fuentes tras él.
Al otro lado, entre pinos, continua el merendero con mesas y hierba para poder sentarse a comer algo. Así lo hicimos con un buen almuerzo de bocatas, galletas e infusión en hornillo para así tomar también algo caliente. Después exploramos la zona y descubrimos un refugio que algunos niños o mayores (también niños) habían construido con ramas. Arreglamos las ramas caídas entre todos y tapamos huecos cubriéndolos con cortezas de unos pinos que habían sido cortados cerca. Pero no nos podíamos entretener demasiado, la mañana estaba muy avanzada y aún quedaba el regreso, que lo haríamos por este lado de la carretera, a través de los pinares.
Echamos a andar de nuevo, yendo hacia un puente que cruzaba un arroyuelo, para después buscar el camino a través del pinar. No sabíamos si podríamos completar la etapa, aún quedaban varios kilómetros y nunca habíamos hecho una ruta tan larga con los niños. En caso de que fuera demasiado, teníamos pensado, podríamos habernos acercado a la carretera y que un mayor fuera a por el coche a recoger a los otros tres, pero se portaron como unos campeones y consiguieron terminar la ruta.
El camino ahora iba parejo a una vieja vía del tren, con vegetación y hasta algún pino creciendo en ella. Los niños jugaban a ser máquinas y vagonetas y avanzamos rápido por una zona de arena sin árboles. Luego decidimos pasar al otro lado de la vía, dado que había mejor camino, y desde la altura de esta vimos un grupo de motos de cross que pasaron rugiendo y saludándolos. La sorpresa dio para mucha conversación y así íbamos avanzando sin darnos cuenta del cansancio. Pinos resineros, unos "casi veo un corzo", y buscar algún buen sitio para acampar hicieron que llegar a la carretera de entrada al pueblo fuera más rápido y mejor de lo que pensábamos. De allí a Sardón, solo quedó aguantar un poco más.
De recompensa comer otro poco y beber mucho, descalzos y cansados en el coche. Fue una ruta genial, llena de aventuras y sorpresas para todos, en la que nos sorprendieron ambos niños, sobre todo la más pequeña, por llegar a completarla sin darse cuenta de su gran logro.
Y es que cuando se disfruta, todos nos superamos más.
La recomiendo hacer en cualquier época del año, tanto entera como parcial.
Dejamos el coche justo antes del puente que sale de Sardón al lado del merendero El Jardín del Carretero. Allí empiezan las sorpresas para todos, aún más para el niño de 5 años y la niña de 3, porque el merendero parece una isla flanqueada por el río Duero a un lado y el Canal del Duero al otro. Hay que pasar otro puente de madera por el que se comunican ambos cauces y ver sus aguas crecidas es genial. Allí también nos encontramos con dos centenarias secuoyas que destacan sobre el resto de árboles por su altura y la gran envergadura de sus troncos.
La ruta, hasta el área recreativa Puente Hinojo, marcha pareja a ambos cursos de agua, lo cual la hace entretenida y amena, sin ningún desnivel y por un camino, a veces senda, buen cuidado y cómodo para los pies pequeños de los niños. Forma parte del GR-14 que trascurre a la vera del río Duero. Este tramo es especialmente bonito por tener ambas corrientes de agua a los lados, propiciando gran números de álamos, chopos y alguna encina junto a los pinos de la región. Pudimos ver un ave que no conocíamos y que en casa descubrimos que era un cormorán grande. A los 4 km, ya acusando varios "cuánto queda para el desvío" que había prometido que ya estaba cerca, encontramos un complejo de tramos de madera y varios puentes y un cartel indicando que debemos cruzar el canal y girar a la izquierda para llegar al área recreativa Puente Hinojo. Hay mesas y familias disfrutando del entorno y buen día, aunque fresco por ser febrero. Debemos encontrar un paso por debajo de la carretera N-122 que finalmente encontramos. Una construcción sobria pero luminosa y bien conservada que tiene también un pequeño canal que recoge agua de unas fuentes tras él.
Al otro lado, entre pinos, continua el merendero con mesas y hierba para poder sentarse a comer algo. Así lo hicimos con un buen almuerzo de bocatas, galletas e infusión en hornillo para así tomar también algo caliente. Después exploramos la zona y descubrimos un refugio que algunos niños o mayores (también niños) habían construido con ramas. Arreglamos las ramas caídas entre todos y tapamos huecos cubriéndolos con cortezas de unos pinos que habían sido cortados cerca. Pero no nos podíamos entretener demasiado, la mañana estaba muy avanzada y aún quedaba el regreso, que lo haríamos por este lado de la carretera, a través de los pinares.
Echamos a andar de nuevo, yendo hacia un puente que cruzaba un arroyuelo, para después buscar el camino a través del pinar. No sabíamos si podríamos completar la etapa, aún quedaban varios kilómetros y nunca habíamos hecho una ruta tan larga con los niños. En caso de que fuera demasiado, teníamos pensado, podríamos habernos acercado a la carretera y que un mayor fuera a por el coche a recoger a los otros tres, pero se portaron como unos campeones y consiguieron terminar la ruta.
El camino ahora iba parejo a una vieja vía del tren, con vegetación y hasta algún pino creciendo en ella. Los niños jugaban a ser máquinas y vagonetas y avanzamos rápido por una zona de arena sin árboles. Luego decidimos pasar al otro lado de la vía, dado que había mejor camino, y desde la altura de esta vimos un grupo de motos de cross que pasaron rugiendo y saludándolos. La sorpresa dio para mucha conversación y así íbamos avanzando sin darnos cuenta del cansancio. Pinos resineros, unos "casi veo un corzo", y buscar algún buen sitio para acampar hicieron que llegar a la carretera de entrada al pueblo fuera más rápido y mejor de lo que pensábamos. De allí a Sardón, solo quedó aguantar un poco más.
De recompensa comer otro poco y beber mucho, descalzos y cansados en el coche. Fue una ruta genial, llena de aventuras y sorpresas para todos, en la que nos sorprendieron ambos niños, sobre todo la más pequeña, por llegar a completarla sin darse cuenta de su gran logro.
Y es que cuando se disfruta, todos nos superamos más.
Waypoints
Park
2,396 ft
Picnic en el área recreativa Puente Hinojo
(Al otro lado de la N-122). Es el mismo área recreativa pero dividida por la carretera, pero se puede pasar de una zona a la otra a través del túnel hecho para tal efecto.
Comments (4)
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Tiene muy buena pinta la ruta, y como siempre perfectamente explicada. Me la apunto para hacerla con los enanos.
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Bonita ruta para hacer con la familia por parte de la Senda del Duero. Gracias por descubrírmela!!
¡Me alegro mucho que te gustara! ¡Muchas gracias por la valoración! Bonita y cerca de Valladolid.
Muy buena ruta para pasar la mañana, aunque la vuelta la rectificamos un poco, seguimos hasta el pueblo por la via. Gracias por compartir.