RUTA CIRCULAR POR EL CASTILLO DE ALCALA Puebla de Mula

En la carretera de Caravaca, a la altura de Mula y a nuestra izquierda, se eleva un cerro en forma de volcán que sobresale de la planicie. En lo alto de el, se pude observar unos trozos de muro de piedra que esconden lo que parece un castillo, del cual emerge hacía el cielo una punta y una cruz.

El recorrido que se expone, es la subida a este Castillo de Alcalá, desde la Puebla de Mula, a través de la vereda Cordel de la Huerta, cruzando el río Mula y circundando el Cerro Testigo.

Un recorrido fácil y sin dificultad alguna de unos 4 kilómetros de longitud, con un desnivel de 145 metros, que debido a la suave pendiente por el que discurre, se realizan sin apenas darnos cuenta y que transita por lugares tan singulares, como son; el río Mula, con sus cañaverales y su bosque de tarayes (taray), curiosas zonas de fósiles, pequeños Badlands (termino sajón que se traduce como “tierras malas”), campos de cultivo de almendros, etc., finalizando con la espectacular visita en lo alto de este cerro, del Castillo de Alcalá.

Este enclave en forma de volcán, que no lo es, encierra los restos de lo que antaño fue el Castillo de Alcalá; una fortaleza militar árabe del siglo XII.
Fue un castillo fortificado de planta ovalada, desde el que se domina las llanuras que se extienden por sus alrededores. Se levantarón muros y torreones que formarón el recinto de la fortaleza, dentro de la cual se levantó una estructura de planta rectangular, de unos 25 x 13,5 metros por unos 10 metros de alto.

De este recinto amurallado se conserva la puerta de acceso, con su forma de “PUERTA ACODADA”, típica de la arquitectura militar andalusí y única en la región de Murcia.
También se construyó un conjunto de sistemas hídricos de acopio de agua, se realizarón 25 aljibes de planta rectangular, cubiertas con bóvedas de medio cañón, comunicadas entre si y dispuestas en batería. A su vez se realizó un pozo de unos 100 metros de profundidad, para alcanzar el nivel freático del río Mula, con el fin de asegurarse el agua en los tiempos de mayor sequía.


ACCESO:

Tomamos la autovía de Murcia a Caravaca C-415/RM-15, cogemos la salida 17 hacía la Puebla de Mula /Baños de Mula. Continuamos en dirección hacia esta pedanía de la Puebla de Mula y justo al entrar en ella, donde vemos el cartel de PUEBLA DE MULA, paramos y aparcamos. Este será el punto de inicio y finalización de esta ruta.

ITINERARIO:

Junto al cartel de la entrada a esta pedanía y en el lado contrario de la carretera, veremos otro cartel que nos indica la presencia de la vereda Cordel de la Huerta y observamos que va en dirección hacia el cerro Testigo.
Este será el punto de inicio y finalización de esta ruta.
Nos introducimos por ella y la seguimos, nos conducirá hasta el lecho del río Mula.
En algo menos de 200 metros llegaremos al lecho del río Mula; un lugar muy especial con un escaso caudal que mantiene llenas algunas pozas y que convierte sus riberas en una verde alfombra de césped, juncos, etc., junto a un tupido cañaveral y un precioso bosque de tarayes.

Seguimos durante unos metros paralelos a la dirección de la corriente y al poco veremos un estrechamiento por donde podremos cruzarlo con facilidad.
una vez cruzado veremos un camino, el cual seguiremos hacia nuestra derecha en dirección oeste (O).
Si nos fijamos un poco, comenzaremos a ver infinidad de fósiles.

Los fósiles están protegidos por la actual Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.
Esto obliga a proteger y conservar, tanto los fósiles como los yacimientos paleontológicos, por lo que no se deben extraer de su lugar de origen.

Seguimos por el camino, rápidamente llegaremos a una zona muy desértica, son los “Badlands”, cuya traducción es “tierras malas”, avanzaremos a través de ellos por una senda ascendente bien marcada.
Una vez que pasamos estos Badlands, la senda desemboca en otra de tierra y piedras sueltas.
Esta nueva senda continua ascendiendo suavemente por la falda de este cerro en dirección prácticamente sur (S), cada vez se hace más ancha y más evidente.
Poco después llegaremos a un sendero que por la cara sur de este cerro, discurre en dirección suroeste-nordeste (SO-NE).
Comenzaremos a ascender por el.
Inicialmente tiene un color grisáceo, debido al cemento y chinarro que se le echó, pero rápidamente lo pierde y se convierte en un sendero de tierra.
A lo largo de este camino podemos admirar los muros de la fortificación.
Ascenderemos por el durante unos 353 m., hasta llegar a una pequeña planicie con apenas pendiente, este lugar es aproximadamente la parte media de la ascensión.
En esta planicie finaliza el camino de tierra, ahora continuaremos haciendo un giro sobre nuestra izquierda de unos 180º, para ir en busca de unos escalones muy deteriorados.
Ascenderemos por ellos, estos finalizan en una senda de tierra que va bordeando el cerro en dirección casi oeste (O), nosotros continuaremos por ella.
Si nos fijamos por donde pisamos, es muy posible encontrar trozos de cantería y de alfarería que se extienden por todo el camino.
Veremos trozos de cerámica fina y también de cerámica más basta o gruesa.
Continuamos bordeando el cerro siguiendo la senda, para poco después volver a descubrir otros nuevos escalones, subiremos por ellos.
Seguidamente nos toparemos de frente con una puerta del más puro estilo mudéjar, típica de la arquitectura militar andalusí y única en la región de Murcia. Es una puerta de acceso de codo, denominada puerta “Acodada”.
Una vez cruzada la puerta y ya dentro veremos una gran explanada, que en su día estuvo totalmente amurallada a lo largo de todo el perímetro.

Después de haber disfrutado de este particular enclave del Castillo de Alcalá, de su historia y de sus vistas, nos toca iniciar el camino de vuelta.
Inicialmente hay que desandar lo andado hasta llegar a inicio de la senda que asciende.
Una vez en este punto, continuamos este recorrido girando hacia nuestra izquierda y continuando por la cara este (E) del cerro Testigo.
Hay que seguir una senda poco definida que discurre paralela a los campos de almendros y poco después a la carretera C-2 que va de la Puebla hacía Fuente Librilla.

Poco después y a unos 100 metros veremos a nuestra izquierda, un terraplén que nos facilitará la bajada hasta casi el lecho del río Mula.
Es una bajada de tierra a través de una serie de surcos bien formados, señalada por varios mojones de piedras y que no presenta ningún tipo de dificultad para descender por ella.

A partir de ahora tan solo tenemos que seguir por el lecho del río Mula en dirección oeste (O) durante unos 250 metros hasta alcanzar nuevamente la vereda del Corral de la Huerta.
Desde aquí tan solo nos resta volver sobre nuestros pasos, cruzar el río Mula, y subir por esta vereda hasta el lugar donde comenzamos la ruta.


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