Riquewihr

Riquewihr, otro de los pueblos más notables de la ruta del vino de Alsacia, está incluído en el listado de pueblos más bonitos de Francia, lo que debería ahorrarnos muchas consideraciones, pero además fue dañada muy ligeramente durante la segunda guerra mundial, por lo que lo que encuentra el visitante sigue siendo, más o menos, lo que pudo haber visto en el siglo XVI, cuando la ciudad se convirtió al protestantismo. Aparte del turismo la ciudad tiene gran actividad en la producción y comercio del vinos alsacianos y alemanes. Ademas de las edificaciones primitivas el visitante disfrutará viendo las murallas, la torre Dolder y el Museo con cámara de torturas de los ladrones. También llama la atención la cueva de afinación de quesos, en la calle principal, de la que no pudimos marcharnos sin comprar lo recomendado por el vendedor, para luego completar con unos vinos de Dorff una excelente merienda.
Es una población pequeña, aunque muy interesante para el visitante, que se puede recorrer en un par de horas o menos, por lo que tal vez lo más recomendable es hacer la visita combinándola en el mismo día con el recorrido por otras poblaciones vecinas, de las que las más destacables nos parecen Ribauvillé y Kaysersberg (en las que incluso se pueden añadir las visitas a los castillos vecinos, como se menciona o hace en las rutas presentadas).
A la llegada a Riquewihr dejamos el coche aparcado en un aparcamiento situado a la entrada de la población, en la avenida Preiss, desde donde salimos a la Rue De Gaulle, por la que subimos hacia el ayuntamiento y el patio del Castillo (de los Condes de Montbeliard Wurtemberg), para luego continuar hacia la casa Nido de Cigueñas y el Museo Hansi, desde donde volvemos para subir hacia la Rue des Trois Églises. Aquí caemos en la cuenta de que en esta zona hay iglesias católicas y protestantes dedicadas a los mismos santos, por lo que citarlos sin el recuerdo confesional puede inducir a error (por ejemplo, aquí está la iglesa protestante de Santa Margarita, pero la iglesia católica dedicada a la misma santa está en la Rue des Remparts).
Continuando hasta el final por la Rue De Gaulle encontraremos la Torre Dolder y la Porte Haute. Si aquí giramos a la derecha, para llegar al final de la Rue des Casernes, veremos una de las partes más antiguas e interesantes de la ciudad; al final de esa calle está la Tour des Voleurs (donde se custodiaba e interrogaba -lease torturaba- a los ladrones detenidos).
Luego seguiremos por la Rue des Remparts, con una primera parte interesante, aunque no tanto después, llegando al final a la iglesia católica de Sainte Marguerite, para continuar por la Rue de la Première Armée y salir a la Rue De Gaulle, por la que volvemos hacia el aparcamiento aunque parando en la cueva de afinación de quesos, el mercado y una bodega para hacer algunas compras (cancelar la reserva en un restaurante y preparar una excelente merienda con vinos, quesos y fiambre de la zona, fue el excelente final a un bonito día por algunas de las más bonitas poblaciones de la Ruta de los Vinos de Alsacia).