Rheinfall (Rhein falls) - Schaffhausen

English (castellano debajo):

There are two parking areas next to the falls. Both are free. One is next to the restaurant and ticket office and the other; where we parked; It is a few meters further away so you will have to walk a bit to get there.

You can see a good section, totally free, if you do it along its right bank and closer to the town, or you can also see it on its left bank, paying four euros for adults, but having access to a series of viewpoints and terraces, some of them so close and embedded in the falls, that in some areas you have the feeling of floating on top of themselves. There are also small boats that come close to the base of their fall. This must be paid separately. We start the march passing through the old initial building, which allows access to the route (all the time down stairs) of the best viewpoints and angles of vision from where you can contemplate and photograph them.

Once we have done and enjoyed this short stretch, we decide to continue down the course of the river, along a beautiful path of just under a kilometer, to reach a pedestrian bridge, which allows access to the other side of the river. Now we go up, against the current, and I say this because the current of the Rhine is impressive. It is a good stretch, to have a drink, as it has benches in the shade and good views of the waterfalls in front. Although the waterfall is not brutal, the amount of the liquid element that precipitates and the noise and the areas through which it does so give it a special attraction, which makes the site one of the most visited in the entire area. We wanted to see the river and its waterfalls from all possible perspectives, and that is why, upriver, we passed the town of Schaffhausen, to continue, always very close to the river, to the second bridge (this one totally metallic) that allowed us access to the drop-off margin and back to the car.

From the falls to the town of Schaffhausen you can walk quietly along both banks, and on clear days it is a joy to behold. In addition, it is worth a short visit to the town either to eat something or simply to walk through the historic center with its peculiar houses.


Castellano:

Existen dos zonas de aparcamiento al lado de las cataratas. Ambas son gratuitas. Una está al lado del restaurante y de la venta de tickets y la otra; donde aparcamos nosotros; está unos metros más alejada por lo que tendrás que andar un poco hasta llegar.

Se puede ver un buen tramo, totalmente gratis, si se hace por su margen derecho y más cerca de la población, o bien se pueden también ver por su margen izquierdo, pagando cuatro euros los adultos, pero teniendo acceso a una serie de miradores y terrazas, algunas de ellas tan cercanas y metidas en las cataratas, que en algunas zonas se tiene la sensación de estar flotando sobre ellas mismas. También hay barquitos que se acercan hasta cerca de la base de su caída. Esto hay que pagarlo a parte. Nosotros iniciamos la marcha pasando por el antiguo edificio inicial, que permite el acceso al recorrido (todo el tiempo bajando escaleras) de los mejores miradores y ángulos de visión desde donde poder contemplarlas y fotografiarlas.

Una vez hecho y disfrutado de este pequeño tramo, decidimos continuar el curso del río hacia abajo, por un bonito sendero de algo menos de un kilómetro, para llegar hasta un puente peatonal, que permite el acceso al otro margen del río. Ahora subimos, contracorriente, y digo esto porque la corriente del Rin es impresionante. Es un buen tramo, para tomar algo, pues tiene bancos a la sombra y unas buenas vistas de las cascadas de frente. Aunque el salto de agua no es brutal, la cantidad del líquido elemento que se precipita y el ruido y las zonas por las que lo hace le dan un atractivo especial, que convierte al sitio en uno de los más visitados de toda la zona. Nosotros queríamos ver el río y sus cascadas desde todas las perspectivas posibles, y de ahí que río arriba, sobrepasáramos la población de Schaffhausen, para continuar, siempre muy cerquita del río, hasta el segundo puente (este totalmente metálico) que nos permitía el acceso hasta el margen de bajada y vuelta al coche.

Desde las cataratas hasta el pueblo de Schaffhausen se puede caminar tranquilamente por ambas orillas, y en días despejados es una gozada de paisaje. Además, merece la pena una pequeña visita a la población ya sea para comer algo o simplemente para caminar por el centro histórico con sus peculiares casas.