Rascafría, Bosque Finlandés, Puente del Perdón y Monasterio de El Paular
near Rascafría, Madrid (España)
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Itinerary description
Hoy hemos hecho un bonito paseo por Rascafría . Nos hemos dirigido al Bosque Finlandés, un lugar que recibe este nombre por el gran parecido que presenta con los bosques escandinavos. Allí se esconde una antigua cabaña usada como sauna y un pequeño lago.
Después nos dirigimos entre pinos hacia el Camino del Papel, llamado así por el uso que le daban a sus árboles estos monjes.
Cruzamos el conocido como Puente del Perdón, hacia el Monasterio de Santa María del Paular, perteneciente en un principio a la orden cartuja desde 1390 hasta 1954, momento en que pasó a manos de los benedictinos. El Puente del Perdón recibe este curioso nombre debido la leyenda por la cual el preso era juzgado junto al puente, si recibía el perdón, podrían cruzar hacia el otro lado, si no era así, se hacía justicia en la Casa de la Horca.
Desde allí nos acercamos al Monasterio del Paular, que esta vez no visitamos, para poder apreciar sus formas y la pervivencia de una obra de arte arquitectónica por la que parecen no haber pasado más de seis siglos. Fue planificado por Enrique II de Castilla y continuó con su construcción Juan I, su hijo. Pero la actual forma y conservación se la debemos en gran parte a Alfonso XII, quien a finales del siglo XIX lo declaró monumento nacional y pudo evitar así su total abandono.
Volvemos al puente y regresamos por un bonito bosque de robles hasta llegar a la antiguo Molino de Papel donde los monjes cartujos del Monasterio del Paular fabricaban este preciado material. La primera edición del Quijote de principios del siglo XVII fue hecha con este papel cartujo.
La ruta es muy fácil e ideal para hacer con niños.
Después nos dirigimos entre pinos hacia el Camino del Papel, llamado así por el uso que le daban a sus árboles estos monjes.
Cruzamos el conocido como Puente del Perdón, hacia el Monasterio de Santa María del Paular, perteneciente en un principio a la orden cartuja desde 1390 hasta 1954, momento en que pasó a manos de los benedictinos. El Puente del Perdón recibe este curioso nombre debido la leyenda por la cual el preso era juzgado junto al puente, si recibía el perdón, podrían cruzar hacia el otro lado, si no era así, se hacía justicia en la Casa de la Horca.
Desde allí nos acercamos al Monasterio del Paular, que esta vez no visitamos, para poder apreciar sus formas y la pervivencia de una obra de arte arquitectónica por la que parecen no haber pasado más de seis siglos. Fue planificado por Enrique II de Castilla y continuó con su construcción Juan I, su hijo. Pero la actual forma y conservación se la debemos en gran parte a Alfonso XII, quien a finales del siglo XIX lo declaró monumento nacional y pudo evitar así su total abandono.
Volvemos al puente y regresamos por un bonito bosque de robles hasta llegar a la antiguo Molino de Papel donde los monjes cartujos del Monasterio del Paular fabricaban este preciado material. La primera edición del Quijote de principios del siglo XVII fue hecha con este papel cartujo.
La ruta es muy fácil e ideal para hacer con niños.
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