Puerto de San Lorenzo - Santiago L'Hermo

Hemos comenzado el recorrido de este sendero partiendo del Puerto de San Lorenzo con intención de concluirlo en Santiago L'Hermo y retornar al punto de partida utilizando los servicios del único taxi de la localidad de La Riera (teléfono 628130724). Sin embargo, y tal como decía nuestra difunta madre, «una cosa piensa el borracho y otra distinta el taberno».
Así que en vez de seguir el itinerario previsto (es el que tienes como trazado en el mapas), el consejo de un vecino de La Bustariega, nos hizo cambiar los planes y seguir por la carretera desde esta localidad hasta el entronque de la misma con la carretera TE-1 que comunica La Riera con el puerto de San Lorenzo. Hemos señalado en el mapa los puntos más significativos de nuestro recorrido real.
Coronamos nuestro recorrido ascendente dejando a nuestra izquierda el collado La Tartulla y continuamos unos cientos de metros por un tramo en el que el sendero se angosta para desembocar en las verdes praderias de La Celada.

Se trata ahora de seguir el camino señalizado hasta la Cuendia de La Celada lugar en que desembocamos en una ancha y cómoda pista forestal que no va a conducir hasta La Bustariega.

A partir de este punto el sendero continúa durante un trecho por la carretera hasta el punto que señalamos en el mapa dónde hemos de optar por abandonarla desviándonos hacia Clavillas y Santiago o continuar por ella hasta la localidad de Valcarcel para seguir sobre el asfalto hasta la carretera del puerto de San Lorenzo por la que podremos descender hasta la localidad de La Riera.
Un vecino de La Bustariega nos comentó que «no se si ese camino hacia Clavillas estará cubierto de artos, ahora todo el mundo se mueve en coche y se van cerrando los caminos... y la distancia es más o menos la misma a La Riera por la carretera que a Santiago por Clavillas» así que, por si las moscas, elegimos la opción cómoda del asfalto frente ante el riesgo de tener que dar la vuelta al encontrar el camino tapado por los «escayos». Más tarde nos enteraríamos que fué una falsa alarma y que no habríamos tenido ningún problema de haber seguido el itinerario previsto. ¡Otra vez será!