Paseo por las canteras de Colmenar de Oreja
near Colmenar de Oreja, Madrid (España)
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Itinerary description
En el subsuelo de Colmenar abundan las capas calizas de mediana calidad y bastantes sensibles a las bajas temperaturas. Pero por un capricho de la naturaleza, en un reducido perímetro de unas 30 Has. en el páramo de Navarredonda quedó formado un singular filón de caliza más blanca y de calidad y belleza extraordinaria. La explotación de este fabuloso yacimiento, no se hizo como en la actualidad, de forma mecanizada y a cielo abierto, si no adentrándose en las entrañas de la tierra de donde arrancaba y sacaba a la superficie con inauditos esfuerzos, llenos de peligro, bloque tras bloque, que luego transformaban en columnas, pilares, estatuas, fuentes y edificios.
La piedra caliza de Colmenar, se trata de una caliza casi pura, poco fisurada, muy compacta, con una porosidad total, inferior al cuatro con cuarenta y cinco por ciento, lo que permite calificarla como de "buena calidad" es altamente resistente a la intemperie y a la polución, poco heladiza e impermeable, se modela bien y conserva intactas sus cualidades, como se ha comprobado en piedras que han estado siglos a la intemperie. Esta caliza blanca e origen lacustre, edad miocena, y conocida con el nombre escueto de “Piedra de Colmenar” se formó en un mosaico de lagos y lagunas de agua dulce, parecido a las actuales Tablas de Daimiel.
Estas rocas se originaron por acumulación de restos calcáreos de algas caráceas, moluscos gasterópodos y ostrácodos, así como por carbonato cálcico procedente de la actividad de cianobacterias. Todos estos organismos son frecuentes en los lagos desde hace millones de años.
Entre los propietarios de las canteras, llegó a figurar el Rey, pues para la obra del nuevo Palacio Real de Aranjuez, junto al viejo Maestrazgo de Santiago, que mandó construir Felipe II por el año 1561, se compró y excavó una cantera en el término de la villa de Colmenar. Fue la única cantera que desde su apertura vino haciéndose a cielo abierto, cosa muy aparente para un “cantero” con excepcionales medios económicos y técnicos, como era el Rey.
En las demás canteras la explotación no se hizo así. Una tras otra fueron abriéndose mediante cala de la corteza terrestre y extracción por el sistema de galerías iluminadas con tragaluces abiertos al exterior en sus techos, que iban quedando sujetos por puntales de la propia piedra. El tipo de explotación solía ser familiar.
La cantería tuvo su más esplendoroso momento durante el siglo XVIII consumido en labrar el imponente edificio del Palacio Real de Madrid y la serie de estatuas de gran tamaño, en total 94, que le iban a coronar y que hoy andan en buena parte repartidas por diversos lugares de la Capital.
El problema de aquellos tiempos, aparte de la penosa extracción de los bloques bajo tierra, era el transporte de tan pesados volúmenes. No existía otro que el lentísimo rodar de las carretas tiradas por bueyes y, para las mejores piezas, los carros falcados, que poseían cierta curvatura basada en la figura de la hoz. La piedra de Colmenar también fue usada ante o después en las iglesias de Colmenar y Chinchón, y en variedad de construcciones de Aranjuez y Madrid como la Palacio Real de Aranjuez, la Puertas de Alcalá y Toledo, la Catedral de la Almudena, la Casa de Velázquez, el Museo del Prado, el Observatorio Astronómico, Teatro Real, Banco de España, Palacio de Correos y Comunicaciones, o la Catedral y el Alcázar de Toledo, siendo elemento preferido por los escultores, muestra de ello son: Alonso de Covarrubias, Francisco Sabatini, Pedro Ribera, Juan Bautista de Toledo, Juan de Herrera o Victor D'Ors.
Hoy tenemos la desgracia de que estas canteras están casi muertas, a pesar de la superior calidad de su piedra, por faltarle un ramal del ferrocarril, y la explotación de las pocas canteras que se siguen funcionando están mecanizadas y se hace a cielo abierto según muestra la fotografía. Ya no hay peligro de derrumbamiento, ni de accidentes. Media docena de hombres realiza el trabajo que hacían antaño mil. La piedra cada vez está más profunda y los costes de extracción aumentan.
En las últimas décadas ha proliferado la fabricación de cal con las piedras más pequeñas y de inferior calidad. Sus utilidades son varias desde enriquecedor del abono, compuestos destinados a fortalecer las osamentas de determinados animales, la fabricación de vidrio o betún, cemento blanco, grava, etc.
La piedra caliza de Colmenar, se trata de una caliza casi pura, poco fisurada, muy compacta, con una porosidad total, inferior al cuatro con cuarenta y cinco por ciento, lo que permite calificarla como de "buena calidad" es altamente resistente a la intemperie y a la polución, poco heladiza e impermeable, se modela bien y conserva intactas sus cualidades, como se ha comprobado en piedras que han estado siglos a la intemperie. Esta caliza blanca e origen lacustre, edad miocena, y conocida con el nombre escueto de “Piedra de Colmenar” se formó en un mosaico de lagos y lagunas de agua dulce, parecido a las actuales Tablas de Daimiel.
Estas rocas se originaron por acumulación de restos calcáreos de algas caráceas, moluscos gasterópodos y ostrácodos, así como por carbonato cálcico procedente de la actividad de cianobacterias. Todos estos organismos son frecuentes en los lagos desde hace millones de años.
Entre los propietarios de las canteras, llegó a figurar el Rey, pues para la obra del nuevo Palacio Real de Aranjuez, junto al viejo Maestrazgo de Santiago, que mandó construir Felipe II por el año 1561, se compró y excavó una cantera en el término de la villa de Colmenar. Fue la única cantera que desde su apertura vino haciéndose a cielo abierto, cosa muy aparente para un “cantero” con excepcionales medios económicos y técnicos, como era el Rey.
En las demás canteras la explotación no se hizo así. Una tras otra fueron abriéndose mediante cala de la corteza terrestre y extracción por el sistema de galerías iluminadas con tragaluces abiertos al exterior en sus techos, que iban quedando sujetos por puntales de la propia piedra. El tipo de explotación solía ser familiar.
La cantería tuvo su más esplendoroso momento durante el siglo XVIII consumido en labrar el imponente edificio del Palacio Real de Madrid y la serie de estatuas de gran tamaño, en total 94, que le iban a coronar y que hoy andan en buena parte repartidas por diversos lugares de la Capital.
El problema de aquellos tiempos, aparte de la penosa extracción de los bloques bajo tierra, era el transporte de tan pesados volúmenes. No existía otro que el lentísimo rodar de las carretas tiradas por bueyes y, para las mejores piezas, los carros falcados, que poseían cierta curvatura basada en la figura de la hoz. La piedra de Colmenar también fue usada ante o después en las iglesias de Colmenar y Chinchón, y en variedad de construcciones de Aranjuez y Madrid como la Palacio Real de Aranjuez, la Puertas de Alcalá y Toledo, la Catedral de la Almudena, la Casa de Velázquez, el Museo del Prado, el Observatorio Astronómico, Teatro Real, Banco de España, Palacio de Correos y Comunicaciones, o la Catedral y el Alcázar de Toledo, siendo elemento preferido por los escultores, muestra de ello son: Alonso de Covarrubias, Francisco Sabatini, Pedro Ribera, Juan Bautista de Toledo, Juan de Herrera o Victor D'Ors.
Hoy tenemos la desgracia de que estas canteras están casi muertas, a pesar de la superior calidad de su piedra, por faltarle un ramal del ferrocarril, y la explotación de las pocas canteras que se siguen funcionando están mecanizadas y se hace a cielo abierto según muestra la fotografía. Ya no hay peligro de derrumbamiento, ni de accidentes. Media docena de hombres realiza el trabajo que hacían antaño mil. La piedra cada vez está más profunda y los costes de extracción aumentan.
En las últimas décadas ha proliferado la fabricación de cal con las piedras más pequeñas y de inferior calidad. Sus utilidades son varias desde enriquecedor del abono, compuestos destinados a fortalecer las osamentas de determinados animales, la fabricación de vidrio o betún, cemento blanco, grava, etc.
Waypoints
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2,499 ft
Teatro Diéguez
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2,493 ft
Casa Rural Los Tinajones
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2,474 ft
Casa Rural Encomienda de Oreja
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2,519 ft
Estación de Autobuses
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2,526 ft
Canteras de Piedra - Calizas de Colmenar de Oreja
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2,516 ft
Antiguas galerías de piedra caliza
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2,552 ft
Vía del Tren Colmenar de Oreja
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2,526 ft
Polideportivo Municipal San Juan
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2,526 ft
Bodegas Antonio Benito
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2,524 ft
SAT El Arco - Cooperativa del Vino de Colmenar de Oreja
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2,511 ft
Plaza del Arco
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