PASEO AL MATABUEYES CON NIÑOS (ida y vuelta)

Marcha realizada el sábado 26 de junio de 2010
AVISO: Se entiende, que todo aquel que quiera realizar esta misma ruta, asume la responsabilidad que conlleva una actividad no exenta de posibles riesgos o incidentes, en un entorno en el que el sentido común y las circunstancias pueden marcar la diferencia entre pasar un buen día o todo lo contrario.
Aparcamos los coches en la carretera que une las localidades de Revenga y Segovia con La Granja de San Ildefonso, y que pasa por el embalse del Pontón Alto. En lateral izquierdo, según se va hacia La Granja hay un pequeño espacio donde aparcar varios coches, sin molestar el tráfico. Así lo hicimos y cruzamos la carretera para dirigirnos con dirección sureste hacia el antiguo rancho de esquileo de Santillana, por un tramo del GR 88. Las ruinas de la Casa de Santillana, antiguo rancho de esquileo, se encuentra en el cruce con la Real Cañada Soriana de las Merinas y a un kilómetro de donde hemos dejado los coches. Aunque está todo bastante ruinoso, es posible hacerse una idea del frenético trabajo y actividad que en época de trashumancias y de actividad comercial con la lana se debió producir en un entorno que registraba, según consta en documentos históricos, miles y miles de cabezas de ganado ovino. El día está bochornoso y las nubes de evolución presagian tormenta vespertina o a lo más nocturna, así es que después de beber y reponer las fuerzas, continuamos con la misma dirección, pero ahora con una suave pendiente durante poco más de dos kilómetros, transcurridos los cuales, nos encontraremos en un cruce o más bien encrucijada de pistas: con dirección este hacia Valsaín, con dirección suroeste hacia Cabeza Gatos y la Cruz de la Gallega y con dirección sur hacia la Fuente de la Reina y el puerto de la Fuenfría. Nosotros, por aquello de llevar la contraria, no seguimos ninguna y cogemos una senda a la izquierda que en poco más de media hora nos sube hasta la caseta que hay en el Matabueyes. Las vistas desde aquí no están nada mal, por lo que después de las pertinentes fotos y de comer algo, decidimos volver a los coches por el mismo camino de venida, salvo por un pequeño atajo de bajada por un senderito, que acaba conectando con la senda de subida. El resto del camino de vuelta consistirá en desandar sobre nuestros pasos lo que anduvimos por la mañana.