Oporto monumental. Anthercas

Oporto, la ciudad que ha dado nombre a Portugal, era una pequeña aldea celta ubicada en la desembocadura del Duero, a la que los romanos añadieron un puerto (Cale).

Los visigodos gobernaron la ciudad hasta el año 716 en que fue conquistada por los árabes, y reconquistada después por el rey Alfonso I de Asturias.

Fue en el siglo XVIII cuando se construyeron bellos edificios de corte neoclásico y barroco, gracias al desarrollo de la industria asociada a sus famosos vinos.

Salimos de la Rua Nova da Alfandega (São Nicolau), tomamos en subida la Rua O Comércio do Porto, giramos por la derecha dejando atrás el Palácio da Bolsa, sede de la Asociación Comercial de Oporto construido sobre las ruinas del convento de los franciscanos (destruido en un incendio). En la Sala Árabe inspirada en la Alhambra se realizan las recepciones oficiales (admite visitas guiadas en distintos idiomas).

Nos incorporamos a la altura del Jardim do Infante Dom Henrique, a la Rua del Mercado Ferreira Borges, entramos en el casco histórico a través de la Rua das Flores, vemos la Igreja da Misericórdia, construida en 1559 en estilo renacentista con reminiscencias góticas.

Torcemos por la izquierda en la Rua dos Caldeireiros, giramos a la derecha por Arquitecto Nicolau, accedemos a La Iglesia y Torre de los Clérigos, construida en el "el cerro de los ahorcados" (allí se enterraba a los ajusticiados), del siglo XVIII y estilo barroco, su torre es la más alta de Portugal, 76 m de altura y más de 200 escalones, cuenta además con 49 campanas que forman un gran carillón de concierto.

Con la vista del jardín romántico da Cordoaria (João Chagas) y sus esculturas, vamos hacia la estatua del Obispo Antonio Ferreira Gomes.

Dejamos Campo dos Mártires da Pátria cruzando la zona ajardinada, tras la que se encuentra la cola para sacar entrada y ver (Rua das Carmelitas) la librería Lello e Irmão, edificio de estilo neogótico construido en 1906, con una preciosa escalera de madera labrada y una vidriera en el techo, su fama proviene del rodaje como escenario de Harry Potter.

Cruzamos la Plaza de Gómez Teixeira para ver la Fuente de los Leones y la Iglesia do Carmo, decorada al estilo rococó.

Describimos un arco por la derecha para enlazar tres calles seguidas y rectas, nos sacan a la Praça da Liberdade con dos edificios de Art Nouveau.

Nos dirigimos hacia el vistoso jardín de la Camera Municipal, su torre de 70 m de altura destaca desde bien lejos.

Rodeamos desde la Iglesia de Trinidad, por la Rua Fernandes Tomás accedemos al Mercado do Bolhão, grande y decadente edificio de ambiente nostálgico.

Por las Ruas Formosa y Santa Catarina llegamos al refinado y antiguo Café Majestic, ambientado en la suntuosidad de la “Belle Epoque”, con sus tertulias políticas y debate de ideas delante de un café humeante.

Siguiendo la Rua 31 de Janeiro entramos en la Estación de Trenes de San Bento, construida durante el siglo IX sobre los restos de un antiguo convento, en su recibidor decorado con más de 20.000 azulejos se retrata la historia de Portugal.

Desde la Av. Alfonso Henriques, nos desviamos en ascenso por la izquierda al barrio de Batalha, vemos la estatua de Vímara Peres antes de la Catedral de São Sebastião, junto a las murallas que tiempo atrás protegieron la ciudad, tiene aspecto de fortaleza con almenas, su mayor parte es barroca, aunque la estructura de la fachada y el cuerpo de la iglesia son románicos.

En la plaza de la catedral, vemos la Torre medieval (En 1147, don Pedro Pitões obispo de la ciudad, predicó la cruzada de don Afonso Henriques para liberar Lisboa de los musulmanes). Hasta 1960 albergó el Gabinete de Historia de la Ciudad, actualmente sirve de puesto de turismo. Destaca también el gran Pelourinho (columna para colgar a los criminales).

Iniciamos el descenso hacia la Iglesia de San Lorenzo dos Grilos, donde se exponen estatuas de santos, orfebrería religiosa y objetos litúrgicos.

En su mirador hacemos una breve parada y continuamos por las Ruas de Sant'Ana y dos Mercadores llegando a la turística Plaza Ribeira, centro comercial de la ciudad durante la Edad Media, repleta de comercios, bares y restaurantes con terrazas donde saborear los caldos de la zona y platos típicos.

Nos introducimos por un callejón adyacente, para volver por el concurrido paseo ribereño del Duero con el Arco de San Luis de fondo, construido en 1877 por Teófilo Seyrig, socio de Eiffel.

Pasamos junto a los pequeños barcos tradicionales en el muelle (hacen un recorrido bajo los puentes que unen Porto con Vila Nova de Gaia).

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