NOTO (SICILIA) - 07 JUL 15

Visita turística realizada por el grupo de Senderismo SERMAR.
Iniciamos esta visita turística desde el Corso Vittorio Enmanuele III (entrada Este de NOTO). La localidad cuenta con unos 24.000 habitantes. Es conocida como la “ciudad dorada”, joya del barroco siciliano, en la que vamos a admirar sus bellas iglesias y palacios.
La ciudad antigua, Noto Antica, se encontraba unos 8 km al norte de la actual sobre el monte Alveria. Era la antigua Netum, una ciudad de origen sículo. Según la leyenda, Dédalo se detuvo aquí después de su vuelo sobre el mar Jónico, así como Hércules después de su séptimo trabajo.
En el año 866 fue conquistada por los árabes, quienes la elevaron a capital de uno de los tres distritos de la isla (el Val di Noto). Más tarde fue una rica ciudad normanda.
En los siglos siguientes se expandió ampliando sus límites medievales y se construyeron nuevos edificios, iglesias y conventos que quedaron totalmente destruidos por el terremoto del 11 de enero de 1693.
La ciudad actual, reconstruida después del terremoto sobre la orilla izquierda del río Asinaro, fue planeada sobre un sistema de cuadrícula por Giovanni Battista Landolina. Esta nueva ciudad ocupaba una posición más cercana al mar Jónico. La presencia de arquitectos como Rosario Gagliardi, Francesco Sortino y otros, hicieron del nuevo Noto una obra maestra del barroco siciliano, llamado el «Jardín de piedra» por Cesare Brandi. Las nuevas estructuras se caracterizan por una piedra de toba muy suave, que bajo la luz del sol asume una tonalidad típicamente melosa.
La ciudad, que había perdido su estatus de capital provincial en 1817, se rebeló contra la Casa de Borbón el 16 de mayo de 1860, dejando sus puertas abiertas a Giuseppe Garibaldi y su expedición. Cinco meses después, el 11 de octubre, un plebiscito selló la anexión de Noto al Piamonte.
Desde los años 1980 se celebra un festival de flores anual, la Infiorata, en el mes de mayo llenando las calles con obras de arte florales.
Noto forma parte del lugar Patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco en 2002 denominado «Ciudades del barroco tardío de Val di Noto», en concreto con el código 1024-005. Es famoso por sus bellos edificios de principios del siglo XVIII, considerados entre las principales obras maestras del estilo barroco siciliano.
Desde la calle principal de Noto, el corso Vittorio Emanuele III, cruzamos la Puerta Real (al estilo de los arcos del triunfo romanos, y construida para conmemorar la visita de Fernando II en 1838).
Avanzamos por esta calle en dirección NW, pasamos junto a la Chiesa de S. Franceso d’Assisi all’Inmacolata con el convento anexo que queda a nuestra derecha. Tiene una hermosa portada flanqueada por columnas barrocas.
Unos metros más adelante a nuestra izquierda se encuentra la Chiesa de Santa Chiara de forma elíptica, oficialmente conocida como la Iglesia de Santa María de la Asunción está junto al antiguo monasterio benedictino de la Santa Cruz.
Enseguida desembocamos en la plaza donde se encuentran el Ayuntamiento -ubicado en el Palazzo Duzecio y la catedral de S. Nicolò formando el llamado “area maioris ecclesiae”.
El Palazzo Ducezio, recibe el nombre en honor de Ducezio , fundador de la ciudad. Diseñado por Vincenzo Sinatra en 1746, inspirado en algunos palacios franceses del siglo XVII, fue llevado a su plenitud en 1830. Destaca el segundo piso, construido en la primera mitad del siglo XX por el arquitecto Francesco La Grassa. El frente, convexo, se caracteriza por varios arcos sostenidos por columnas con capiteles jónicos en la parte inferior, y trece ventanas rectangulares en la sección superior. En el interior es de destacar el salón de los espejos, salón ovoide decorado en estilo Luis XV espejos tallados y grandes dall'avolese. En la bóveda de la sala se encuentra la Fundación Neas, pintor de frescos neoclásico Antonio Mazza que representa la fundación de Noto por el comandante de Sicilia de Ducezio.
Una gran escalinata precede a la entrada principal de la catedral de S. Nicolò. La fachada, cuya composición es comparable a los de la iglesia de Notre-Dame, Versalles , y la pre-revolucionaria iglesia de Saint-Roch , en París , se inició a finales de 1767 (el campanario cercano lleva la fecha de 1768) a los diseños De unos 1740 por Gagliardi. La historia de esta catedral es la suma de continuos desastres -naturales y humanos- que han causado su ruina en tres ocasiones (1760, 1848 y 1996). En los años 50, el techo de madera fue sustituido por un forjado de hormigón que medía 48 cm. de espesor; lógicamente, al aplicar tanto peso sobre los arcos que sostenían la bóveda (muy debilitada por otros seísmos y por la mala calidad de los materiales empleados en las dos reconstrucciones anteriores), el colapso fue inevitable y la cúpula se derrumbó el 13 de marzo de 1996 arrastrando parte de las capillas laterales y de la nave central.
Salimos de la catedral y continuamos por la vía Rinaldo Montuoro que discurre por el lado Oeste de la catedral hasta alcanzar la vía C. Benso di Cavour donde continuamos en dirección NW. 80 mts más adelante comenzamos a descender la vía Corrado Nicolaci donde nos encontramos el Palazzo Nicolaci. La fachada, de estilo barroco , se caracteriza por una gran puerta de entrada flanqueada por dos grandes columnas jónicas y rematado por un balcón, así como seis balcones más pequeños (tres en cada lado), soportado por ménsulas talladas siendo todas distintas, destacan sobremanera sus figuras grotescas que nos miran desde su altura con forma de sirenas, caballos, leones, quimeras, hipogrifos, demonios o angelotes; figuras de la mitología que sustentan esos balcones donde los nobles se asomaban para contemplar la infiorata, la fiesta popular que cubre las calles de Noto con alfombras de flores cada tercer domingo de mayo. El interior está dividido en noventa habitaciones, algunas de las cuales están lujosamente decoradas, al igual que la sala de estar de las Partes. La planta baja alberga la biblioteca municipal "Príncipe de Villadorata." El palacio todavía está habitado por algunos miembros de la familia Nicolaci.
Al final de la calle, volvemos al corso Vittorio Emanuele III donde encontramos la Chiesa de S. Carlo Borromeo con su respectivo convento. Llama la atención la concavidad de su ábside y su fachada convexa.
Regresamos por esta vía hasta la plaza del Ayuntamiento y la Catedral, para después continuar hasta la Puerta Real y el lugar de inicio, donde ahora finalizamos esta visita.

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