Melide a Ribadixo da Baixo

* Octava etapa del Camino : de Melide a Ribadixo da Baixo, unos 12 kmts.

Esta noche hemos dormido regular. Había mucho ruido en la calle, unido al continuo afán de los mosquitos por querer dejar su marca en nuestra piel.
Tomamos un café y nos ponemos en marcha.
Atravesamos Melide dirección a O Raido. Encontramos un antiguo lavadero de ropa. Tomamos una foto y continuamos. De repente, el camino se oscurece. Nos adentrarnos es un bosque tan denso que impide prácticamente la entrada de luz pero en el que nos invade un mágico e intenso olor a eucalipto. Encontramos un merendero y paramos a desayunar.
Continuamos hasta Boente de Arriba. Tomamos algunas fotos y visitamos la Iglesia de Santiago.
Atravesamos A Fraga Alta y O Río y llegamos a nuestro destino de hoy: Ribadixo da Baixo. De nuevo nos da la bienvenida un puente romano, el último que hay hasta Santiago y su rio; el Río Iso.
Paramos en un mesón a tomar algo hasta que podemos subir a la habitación del albergue elegido. En esta ocasión "El Caminante".
Elegimos nuestras literas, dejamos los trastos, hacemos nuestras camas y a dar una vuelta.
Nos acercamos al río, y en una escalinata a modo de pequeño embarcadero, nos sentamos e introducimos  los pies en la gélida agua del río.
El recepcionista del albergue municipal que hay al lado nos muestra las instalaciones y nos explica su historia, que se remonta a otro siglo.
Hacemos una foto a un enorme hórreo y decidimos ir a comer.
Menú de peregrino. Riquísimo. Aquí todo sabe a gloria bendita.
Lavamos y tendemos nuestra ropa y descansamos tomando el sol en el jardín del albergue y disfrutando del silencio.
Iratxe decide  que prefiere quedarse a charlar con un grupo de monjas que, cuidadosamente se curan las heridas de sus pies y que se alojan también aquí.
Después de la ducha, decidimos dar un paseo hasta la playa fluvial. Se unen una amiga que he hecho Iratxe y su padre. Nos cuentan que son de Barcelona y que están haciendo el camino desde Ponferrada.
Regresamos al albergue y cenamos. Estamos en modo supervivencia, por lo que nos preparamos unos bocatas, con la carne que nos sobró de la comida. De postre, pan con Nutella que aún conservamos de los compañeros italianos con los que coincidimos en Palas de Rei.
Nos despedimos de las monjitas y a dormir, que mañana nos espera una ruta algo dura, con muchas pendientes.