MALPICA - ERMITA DE SANTO HADRIÁN
near Malpica, Galicia (España)
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Itinerary description
Ruta muy sencilla y bonita para realizar con toda la familia. No tiene peligro ninguno y las vistas de las islas Sisargas son espectaculares.
En este caso, partimos de la playa de Seaia, un pequeño arenal próximo a Malpica. Desde allí cogemos el camino de tierra que va bordeando la costa y llega hasta la ermita de San Adrián o Santo Hadrián. La capilla data del siglo XVI y hay múltiples leyendas en torno a este santo. Una de ellas relata que la comarca estaba asolada por una plaga de serpientes y que los pobladores llamaron a San Adrián para pedirle ayuda, ya que se encontraba de peregrinación por estas zonas. El Santo pisó a una de ellas y las demás desaparecieron tirándose al mar o convirtiéndose en piedra. Cuando baja la marea se puede apreciar en una roca las pisadas de San Hadrián y la marca de la serpiente muy cerca de la playa de Seaia.
Una vez en la ermita llegamos hasta la pista asfaltada y, subiendo a través de pequeñas sendas que hay entre la maleza llegamos a la cima. Allí en vez de ir a las antenas, que no tienen ningún interés, nos acercamos a una planicie desde donde tenemos una vista panorámica preciosa de las islas Sisargas.
La vuelta al punto inicial por la carretera.
En este caso, partimos de la playa de Seaia, un pequeño arenal próximo a Malpica. Desde allí cogemos el camino de tierra que va bordeando la costa y llega hasta la ermita de San Adrián o Santo Hadrián. La capilla data del siglo XVI y hay múltiples leyendas en torno a este santo. Una de ellas relata que la comarca estaba asolada por una plaga de serpientes y que los pobladores llamaron a San Adrián para pedirle ayuda, ya que se encontraba de peregrinación por estas zonas. El Santo pisó a una de ellas y las demás desaparecieron tirándose al mar o convirtiéndose en piedra. Cuando baja la marea se puede apreciar en una roca las pisadas de San Hadrián y la marca de la serpiente muy cerca de la playa de Seaia.
Una vez en la ermita llegamos hasta la pista asfaltada y, subiendo a través de pequeñas sendas que hay entre la maleza llegamos a la cima. Allí en vez de ir a las antenas, que no tienen ningún interés, nos acercamos a una planicie desde donde tenemos una vista panorámica preciosa de las islas Sisargas.
La vuelta al punto inicial por la carretera.
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