Los Molinos y Yacimientos Visigodos desde San Martín del Castañar.

Planteamos una preciosa ruta balizada toda ella desde 2016 por la Junta de Castilla y León y que presenta dos alternativas una corta de cuatro kilómetros de longitud y una más larga que llega un poco más allá de 10 km. Nosotros hemos realizado la opción larga y hemos elegido un día de otoño para hacerla. Los ocres, amarillos, rojos y marrones otoñales en esta zona son para no parar de hacer fotos y harán las delicias de los pintores y dibujantes.
Salimos de la Plaza Mayor del precioso pueblo de San Martín del Castañar, que ha sido declarado Reserva de la Biosfera en 2006. Un pueblo con encanto y donde la arquitectura popular aún se conserva y se restaura con buen criterio. Un lugar precioso para ver y degustar algún plato tradicional.
Desde la plaza vamos a buscar el Puente de Tablas. Allí podremos ver un cartel que indica Charco de Mierla. Es el comienzo de nuestro itinerario. Tomaremos un bonito sendero que nos lleva en descenso a buscar el Río Francia. Pasaremos primero por el Mirador del Río Francia y Sierra de Béjar. Una bonita panorámica de los picos de esta sierra aparecen hacía el Este si el día se encuentra despejado.
La senda continúa y nos lleva hasta los restos del Molino del señor Santos, para después acercarnos a una de las pozas de baño de este lugar. Volvemos sobre nuestros pasos una vez hemos visto la poza y nos dirigimos ahora al Molino del tío Enrique. Previamente nos vamos a acercar al Pozo la Mierla, otro bonito lugar donde darnos un chapuzón en pleno verano. Nuevamente ascendemos a buscar la senda que traíamos y llegamos al mirador sobre el Pozo la Mierla. Una bonita vista aérea de esta bañera natural.
Continuamos la ruta y nos encontramos con los restos del Molino del Tío Enrique. En este lugar y como señalan en la ruta seguimos antiguo canal de desagüe del molino hasta el río Francia. Un bonito paraje de rápidos y pequeñas cascadas de agua nos reciben. De nuevo en continúa ascensión proseguimos para ir a buscar la Cascada sin Fin. A partir de ahí comenzamos a ascender, al principio poco a poco y después sin descanso alguno hasta el Mirador del Pico Manceras. Unas bonitas vistas aparecen ante nosotros para hacernos olvidar la prolongada ascensión que hemos realizado. Este mirador nos recibe con una campana dorada que hará las delicias de los pequeños de la casa. Es un sitio desde donde poder ver el trayecto que hemos realizado hasta el momento a vista de pájaro.
Continuamos hacia el Yacimiento Visigodo de la Legoriza. En pocos kilómetros encontraremos este histórico enclave. Los restos de lo que fuera un asentamiento visigodo es lo que encontramos. A partir de aquí, la ruta se torna un poco menos natural y más urbana. Tomamos la pista asfaltada que nos lleva al Área Recreativa de la Legoriza, un bonito lugar donde descansar. Ahora, tomamos el camino que sale a nuestra derecha en dirección Sureste para en continuo descenso llegar a la Ermita del Humilladero y la Calzada Romana que tras cruzar su Puente Romano nos devuelve al lugar de origen de la ruta.
Que disfrutéis de la ruta como nosotros lo hemos hecho.