Kom Ombo-Templo de Kom Ombo y Museo de Cocodrilos

Kom Ombo...Día 3

Navegando toda la tarde desde Edfú donde tuvimos la oportunidad de visitar su templo,

Visita al Templo de Edfú

llegamos al puerto de Kom Ombo a bordo del crucero Princess Sarah, justo a tiempo de contemplar un bello atardecer.

Crucero por el Nilo de Luxor a Aswan

El ritmo frenético de visitas y la fatiga comienzan a hacer mella. Aunque hemos tenido una tregua durante el trayecto, relajados en cubierta admirando los exóticos paisajes y con las hábiles maniobras para el Top Barca, se echa de menos lo que siempre he defendido que hay que implantar en los cruceros. En lugar de ajustar su duración al mínimo posible, aprovechando todos los días para excursiones, hay que tender a un modelo que contemple jornadas alternas de actividad con otras en que reine absolutamente la molicie y la diversión. Es decir, un día de excursión y otro de piscina, cócteles y discoteca. Para así disfrutar de todas las posibilidades de un idílico crucero. Sea como fuere, teniendo a la vista el templo, propongo al guía, medio en broma, visitarlo virtualmente desde la cubierta, cómodamente aposentados en las hamacas, mientras escuchamos sus explicaciones con la brisa acariciandonos el rostro. Como no le place, nos apremia para desembarcar, lo que realizamos pasando por varios barcos, tal como se aprecia en el inicio y final del track, para encontrarnos en lo que se asemeja a un corralito, que nos aisla apenas de los vendedores, que encaramados a la valla intentan llamar nuestra atención. Además del consabido "amigo,amigo", utilizan nombres propios de nuestros lares, "Maricarmen,Maricarmen", "Marta,Marta", "todo a un euro". Precio que nunca es real cuando preguntas, pues suelen pasar de uno a diez a la velocidad de la luz, entrando en el cortejo del regateo, en el que son maestros consumados. Debo decir que la adaptación es relativamente fácil, una vez aprendes a echarle cara. No pasa igual con los tirones de mangas y las caras de súplica de los niños que nos rodean, demandando una ayuda. Los policías intervienen cuando el asedio se torna tumultuoso, al sobrepasar algunos la valla, protagonizando pequeños enfrentamientos, alguna escaramuza y varias huidas a la carrera, con limpios saltos de valla incluidos. Es evidente que los agentes no están para bromas y los locales lo saben. Recuperando a duras penas el ánimo y la compostura, procedemos a ocupar pacíficamente, o no, el Templo de Kom Ombo. Dedicado a Hareoris, antes citado como Horus, y a Sobek. Este es representado como un hombre con cabeza de cocodrilo, en ocasiones completamente como tal, fue considerado el Dios de la Fertilidad, de carácter protector, a semejanza de los cocodrilos que guardan en sus fauces a las crías, y Señor de las Aguas. Aunque la falta de luz empieza a dificultar ver por donde andamos y que admiramos, nos detenemos ante los bien conservados bajorelieves. En unos aparecen penes, como símbolo de fertilidad. Otros de instrumentos quirúrgicos, insinuan la variedad de técnicas y disciplinas, que dejan entrever el alto nivel médico y quirúrgico alcanzado en la época. También una muestra de la agenda de celebraciones, donde vemos ejemplos de su calendario y los excelentes comnocimientos astronómicos que tenían. Su calendario solar se componía de doce meses de treinta días cada uno, dedicando cinco días adicionales a venerar a sus dioses. Es decir: (30*12) + 5= 365 días. ¿Os suena de algo?, parecece resonar todavía en mis oidos la aseveración de Ángel. Junto al habitual Nilómetro, pudimos observar otro túnel, que llegando hasta el Nilo, utilizaban para capturar cada año un cocodrilo excepcional al que venerar como representación divina. Nos despide la Bañera de Cleopatra, con un secreta cavidad oculta bajo la superficie para calentar el agua, aunque la leyenda diga era que con hidratante leche de burra, para perpetuar su exhuberante belleza. Tras un rápido paso por el abarrotado Museo de Cocodrilos, con ejemplares disecados y representaciones de Sobek, esperando una enormidad en el corralito evimpertérritos ante el sonoro vocerío, llegamos al puerto, donde debido a su habitual juego acuático el barco ha desaparecido.

Crucero por el Nilo de Luxor a Aswan

Localizado unos cuantos metros más allá, lo abordamos para la cena y nos preparamos para la navegación nocturna hacia Aswan, y las excitantes experiencias que allí nos aguardan.

Visita al Templo de Abu Simbel