Eretza (por Sodupe)
near Amabizkar, País Vasco (España)
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Trail photos
Itinerary description
La verdad es que era día fraternal y venía casi impuesto que lo propio era pasar la mañana con la cuadrilla y amigos.
De esta guisa, decidimos una montañera al Eretza, y nos juntamos Manu, Txente, y Txino, Pablo y los Javis... ¿los de la tele? No. Los buenos. 3 en total. Aunque uno de ellos, por lo que sea, decide que es mejor idea esperar en una terraza en Sodupe que subir a la mítica cumbre vizcaína.
La subida desde Sodupe arranca, como muchos sabéis, inmisericorde. Con unas rampas que apostabamos a que pasaban del 25%. De tal guisa que cuando desciende al 15% parece que vas llaneando.
La subida no afloja apenas desde el minuto uno hasta la cumbre.
La temperatura era inusualmente espectacular (salimos a 18° y volvemos a 20-22°) para la época del año. Así que el día era esplendido, solo empañado por un viento tremendo en la cumbre que apenas nos permite un selfie de grupo. La situación arriba no invitaba a quedarse mucho, desde luego, pero resguardados en un cortado de la cara norte pudimos, finalmente, tomar un bocado mientras descansabamos de la interminable rampa que parte desde el refugio.
La vuelta la hacemos ligera, supongo que motivados por la clara intención de tomar unas cañas de vuelta a Sodupe.
Y así fue. Echamos en el pueblo un rato entre amigos espectacular. Es un lujo y una suerte contar con la amistad de muchos de ellos desde hace más de 40 años... y con la de aquellos que, con menos tiempo, no considero menos valiosa.
Mi agradecimiento más sincero a todos ellos.
De esta guisa, decidimos una montañera al Eretza, y nos juntamos Manu, Txente, y Txino, Pablo y los Javis... ¿los de la tele? No. Los buenos. 3 en total. Aunque uno de ellos, por lo que sea, decide que es mejor idea esperar en una terraza en Sodupe que subir a la mítica cumbre vizcaína.
La subida desde Sodupe arranca, como muchos sabéis, inmisericorde. Con unas rampas que apostabamos a que pasaban del 25%. De tal guisa que cuando desciende al 15% parece que vas llaneando.
La subida no afloja apenas desde el minuto uno hasta la cumbre.
La temperatura era inusualmente espectacular (salimos a 18° y volvemos a 20-22°) para la época del año. Así que el día era esplendido, solo empañado por un viento tremendo en la cumbre que apenas nos permite un selfie de grupo. La situación arriba no invitaba a quedarse mucho, desde luego, pero resguardados en un cortado de la cara norte pudimos, finalmente, tomar un bocado mientras descansabamos de la interminable rampa que parte desde el refugio.
La vuelta la hacemos ligera, supongo que motivados por la clara intención de tomar unas cañas de vuelta a Sodupe.
Y así fue. Echamos en el pueblo un rato entre amigos espectacular. Es un lujo y una suerte contar con la amistad de muchos de ellos desde hace más de 40 años... y con la de aquellos que, con menos tiempo, no considero menos valiosa.
Mi agradecimiento más sincero a todos ellos.
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