El Cañón de Mascarat

El Cañón de Máscarat es un espectacular desfiladero entre las sierras de Bèrnia y de Toix, que delimita las comarcas de la Marina Alta y la Marina Baja.

Esta corta y fácil ruta nos conduce a través de la impresionante garganta, bajo sus paredes de más de 60 metros y donde el cañón al final llega a estrecharse a menos de un metro, con paredes verticales que nos envuelven.

Por encima del estrecho pasan distintos puentes que son auténticas obras maestras de ingeniería.
Como el Cañón de Mascarat determinó un límite natural insalvable que distanciaba y dificultaba las comunicaciones entre la Marina Alta y Marina Baja, finalmente en 1885 se construyó el primer puente que conectaba ambas comarcas.
Actualmente lo cruzan tres puentes, por un lado el puente de la antigua N-334, el puente de la actual N-332, y por último el puente que es atravesado por las vías del tranvía .

No se recomienda realizar la ruta en época de fuertes lluvias, teniendo en cuenta que entonces existe el riesgo de grandes riadas.

En la misma carretera donde se inicia el recorrido no se puede estacionar, pero un poco más adelante tras girar al Carrer Llevant en la urbanización Los Girasoles se puede aparcar en un parking habilitado para visitar el sitio.

Información sobre el estrecho, extraída del panel informativo a la entrada del cañón:

"Las sierras de Bèrnia y de Toix constituyen una enorme frontera natural entre las comarcas de las Marinas. Esta barrera de 12 km de longitud solamente se interrumpe en el punto en el que nos encontramos: L'Estret del Mascarat.

L'Estret es un enorme desfiladero por el que el Barranc Salat, que recoge sus aguas en Benissa, atraviesa el formidable obstáculo que constituye la sierra de Bernia para desembocar en la bahía de Altea.

Pero, ¿por qué el agua se abrió camino a través de estas enormes formaciones calizas y no por el norte de la sierra a través de suelos mucho más frágiles?

Su formación corresponde a un origen mixto que combina la presencia de una falla, la solubilidad de las rocas calcáreas y el poder erosivo del agua.

Hace entre 20 y 10 millones de años, las grandes fuerzas tectónicas provocaron plegamientos de la corteza terrestre que hicieron emerger estas sierras del fondo marino, generando fallas o fracturas como la que se ubica en el actual Barranc Salat.

La presencia de esta falla generó unas calizas muy vulnerables a los procesos kársticos al permitir la infiltración del agua a través de las fisuras, facilitando la disolución de la roca. Ello creó un entramado de simas, canales y galerías subterráneas en plena roca como si de un queso gruyère se tratara.

Finalmente, la enorme capacidad erosiva del agua cargada de materiales durante los episodios de lluvias torrenciales se encargó de excavar y encajar este imponente estrecho."

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