Desfiladero de Rucios desde San Martín de Ubierna

Este recorrido se encuentra a unos 20 km. De la capital, por lo que podemos llegar en coche en 15 minutos. Forma parte de un pequeño recorrido denominado PRC-BU-212 que tiene su inicio en la vecina población de Ubierna.

Personalmente me gusta la zona del desfiladero de Rucios que se encuentra oculto a las miradas indiscretas y situada entre las dos carreteras que nos llevan hacia Santander, la N-623 (Páramo de Masa) y la N-627(Aguilar de Campoo).

Dejaremos el coche aparcado junto a la iglesia de San Martín de Ubierna y localizamos las marcas de la PR (Blanco-Amarillo) que nos van a acompañar durante todo el recorrido para no perdernos.

Nos disponemos a realizar una ruta circular y a dar un bonito paseo accediendo por un sendero hasta el túnel que hay a la izquierda de la estación de mantenimiento de carreteras MOPU.

Entramos en otro mundo fantástico que transcurre junto al arroyo de Rucios, rodeado de naturaleza exuberante y comenzamos a visitar unas cuevas enormes que se han formado por la propia erosión sobre la piedra caliza.

Si nos fijamos en los detalles de la montaña, podemos observar pliegues, grietas, fallas, cabalgamientos, oquedades, etc., toda una lección de geología

Continuamos el paseo junto al arroyo por la estrecha garganta y rodeados de grandes farallones disfrutamos del sonido de los pájaros, el soniquete del agua, los árboles y la fuerza que transmite este paraje.

Dependiendo de la época, el arroyo pasa con mayor o menor caudal y tendremos que ir preparados con un buen calzado y bastones para atravesarlo varias veces.

Es una ruta ideal para realizar en familia, tiene muchos sube-bajas donde los niños disfrutarán un montón y merece la pena subir por los estrechos senderos hasta el final de la garganta ya que las vistas son espectaculares y si miramos al norte podemos ver a lo lejos el pueblo de Castrillo de Rucios y los extensos campos de cultivo.

A partir de aquí, bajamos para atravesar por última vez el arroyo por un puente de madera y cambiamos de ladera, comenzamos el ascenso y pasamos por varios miradores desde donde podemos obtener magníficas fotografías, tanto del desfiladero, como del pueblo y del bosque Monteacedo.

El descenso resulta algo peligroso, ya que hay gravilla y el desnivel resulta acusado, por lo que hay que utilizar las manos y tener mucho cuidado. No estaría de más que pusieran algunas cuerdas para facilitar la destrepada y evitar accidentes.

Finalmente, salimos al cruce de la N-623 y la entrada a San Martín de Ubierna y atravesando el túnel para salvar la carretera, salimos a la entrada principal del MOPU, desde donde divisamos la iglesia y terminamos nuestro recorrido.