Cicular por la Val de Luesia
near Biel, Aragón (España)
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Hoy nos reunimos con los amigos, para hacer una excursión familiar al Espacio Protegido de la Sierra de Santo Domingo, en la comarca de las Cinco Villas, y más concretamente al monte de Luesia, donde recorremos la Val de Luesia, por un magnifico bosque de hayas.
Para llegar hasta el punto de inicio, desde Zaragoza, tomamos la A-68 hasta la población de Alagón, donde cogemos primero la A-126 hacia Tauste (sin entrar), y más tarde la A-127 hasta Ejea de los Caballeros.
Justo en la estribaciones de dicha localidad, y nada más pasar una gasolinera de Cepsa, cogemos la A-1204, por la que continuamos durante algo más de treinta kilómetros hasta Luesia, que cruzamos en su totalidad, hasta llegar al cruce con la A-1202 que tomamos durante doscientos metros, dirección Sádaba/Uncastillo.
En este punto, abandonamos la carretera, cogemos una pista asfaltada por la que pasamos junto al campo de fútbol, y justo en este lugar seguimos por la pista, ahora ya de tierra, pero en buen estado, hasta el refugio de L'Artica, donde aparcamos los vehículos.
Desde el mismo refugio, iniciamos el recorrido, rodeamos el cercado del refugio, por su izquierda, y enseguida alcanzamos un cruce de senderos, donde cogemos el camino de la izquierda, denominado como S2, y balizado con marcas blancas y verdes, por el que nos adentramos en un bonito robledal, y por el que en apenas cinco minutos llegamos a la Fuente de L'Artica, que mana un pequeño chorro de agua.
En este punto, giramos a la derecha, cogemos el sendero, que va por el Camino del Crebollar, por el que comenzamos a ganar desnivel, primero por un bosque de encinas, y más adelante por un espectacular hayedo, donde a pesar de ser un verano muy seco, sus hojas todavía muestran un espectacular color verde.
Poco a poco, la pendiente se va suavizando, atravesamos tramos de cortos sube y baja, hasta que al final el terreno llanea, salimos del bosque y alcanzamos el Collado de la Balsiruela, desde el que tenemos una fantástica vista del Puy Moné, fácilmente reconocible, por la caseta de vigilancia contra incendios, que hay en su cima.
Aunque el recorrido, invita a continuar por un cortafuegos, nosotros seguimos rectos por la pista principal, dirección NE, por la que descendemos durante poco más de cien metros, hasta una curva a mano derecha, donde la dejamos y seguimos rectos, por un sendero señalizado en su inicio, con marcas blancas y azules.
En suave descenso, nos adentramos de nuevo, es un espeso bosque de robles y encinas, por el que cruzamos el cauce seco del barranco de la Val; y de nuevo, comenzamos a ascender, ya a cielo abierto, hasta enlazar con la pista de tierra que sube hasta el Puy Moné, en la zona conocida como la Mata del Poyo
En este lugar, existe un cruce de caminos, de momento seguimos dirección SE, durante cincuenta metros, cerca de la pista, hasta alcanzar el inicio del sendero, que nos ha de llevar hasta la Fuente del Pueyo, y por el que nos adentramos en un espectacular bosque de haya, en el que se sitúa un enorme tejo, catalogado como árbol monumental.
Nada más pasarlo, iniciamos el descenso, por un bonito sendero, que describe varias lazadas, y por el que salimos a la pista de tierra, donde se sitúa la Fuente del Pueyo, en la que aprovechamos para descansar, comer, y beber agua.
Tras la pausa, seguimos con el recorrido, caminamos unos metros en subida por la pista y justo en una curva a la derecha, la abandonamos, y tomamos una trocha, por la que vamos bordeando el bosque, por el que hemos descendido hasta la fuente hace un rato, y por la que llegamos en suave ascenso, hasta el cruce de caminos, ubicado en la Mata del Poyo.
En esta ocasión, tomamos el camino balizado como sendero botánico 3, por el que comenzamos a ganar desnivel, dirección N, a cielo abierto, afrontando las rampas más duras del recorrido, que nos lleva por la loma, hacia el mirador de Puy Fonguera, con excelentes vistas a la cercana Sierra de Santo Domingo, y al que llegamos tras caminar media hora, desde el cruce de caminos.
Una vez en el mirador, disfrutamos de unas bonitas, y amplias vistas, de las Sierras de Leire, Santo Domingo, Guara, y al fondo algo tapados por las nubes, de los pirineos.
En este punto, se puede continuar por el cordal, hasta las cimas del Cabo la Val, y Puy Moné, pero eso supone alargar en exceso la ruta, así que nosotros tomamos un camino de tierra, que nace dirección N, por el que comenzamos a descender, con vistas a la Sierra de Guara, siguiendo las marcas rojas y blancas del GR.1.
Después de una curva a la derecha, alcanzamos un nuevo cruce de caminos, nosotros continuamos todo recto, dirección S, por una amplia pista de tierra, hacia la población de Biel, en suave descenso, dejando a nuestra izquierda las curiosas formaciones de las Ripas Altas.
Sobre el kilómetro siete, alcanzamos la collada de las Neveras, conocido también como el Collado del Correo, camino que utilizaba antiguamente el cartero, para ir desde Biel a Luesia, y cuya senda nace justo a nuestra derecha, escondida entre la vegetación, por la que comenzamos a descender, entre medio de un bonito bosque de hayas, pisando por una alfombra de hojas.
Durante unos minutos, salimos a cielo abierto, la pendiente se acentúa; descendemos con precaución, ya que hay bastante piedra suelta, y dar un resbalón es bastante sencillo.
Superado este tramo, nos adentramos de nuevo, en el espectacular hayedo, la pendiente se suaviza, y alcanzamos un cruce de senderos. En está ocasión, tomamos el balizado como S2, por el que salimos a la pista de tierra, que viene desde el refugio de L'Artica, al cual llegamos tras cinco horas de caminata, dando por finalizada, esta agradable circular, perfecta para hacerla con niños, y en cualquier época del año.
Para llegar hasta el punto de inicio, desde Zaragoza, tomamos la A-68 hasta la población de Alagón, donde cogemos primero la A-126 hacia Tauste (sin entrar), y más tarde la A-127 hasta Ejea de los Caballeros.
Justo en la estribaciones de dicha localidad, y nada más pasar una gasolinera de Cepsa, cogemos la A-1204, por la que continuamos durante algo más de treinta kilómetros hasta Luesia, que cruzamos en su totalidad, hasta llegar al cruce con la A-1202 que tomamos durante doscientos metros, dirección Sádaba/Uncastillo.
En este punto, abandonamos la carretera, cogemos una pista asfaltada por la que pasamos junto al campo de fútbol, y justo en este lugar seguimos por la pista, ahora ya de tierra, pero en buen estado, hasta el refugio de L'Artica, donde aparcamos los vehículos.
Desde el mismo refugio, iniciamos el recorrido, rodeamos el cercado del refugio, por su izquierda, y enseguida alcanzamos un cruce de senderos, donde cogemos el camino de la izquierda, denominado como S2, y balizado con marcas blancas y verdes, por el que nos adentramos en un bonito robledal, y por el que en apenas cinco minutos llegamos a la Fuente de L'Artica, que mana un pequeño chorro de agua.
En este punto, giramos a la derecha, cogemos el sendero, que va por el Camino del Crebollar, por el que comenzamos a ganar desnivel, primero por un bosque de encinas, y más adelante por un espectacular hayedo, donde a pesar de ser un verano muy seco, sus hojas todavía muestran un espectacular color verde.
Poco a poco, la pendiente se va suavizando, atravesamos tramos de cortos sube y baja, hasta que al final el terreno llanea, salimos del bosque y alcanzamos el Collado de la Balsiruela, desde el que tenemos una fantástica vista del Puy Moné, fácilmente reconocible, por la caseta de vigilancia contra incendios, que hay en su cima.
Aunque el recorrido, invita a continuar por un cortafuegos, nosotros seguimos rectos por la pista principal, dirección NE, por la que descendemos durante poco más de cien metros, hasta una curva a mano derecha, donde la dejamos y seguimos rectos, por un sendero señalizado en su inicio, con marcas blancas y azules.
En suave descenso, nos adentramos de nuevo, es un espeso bosque de robles y encinas, por el que cruzamos el cauce seco del barranco de la Val; y de nuevo, comenzamos a ascender, ya a cielo abierto, hasta enlazar con la pista de tierra que sube hasta el Puy Moné, en la zona conocida como la Mata del Poyo
En este lugar, existe un cruce de caminos, de momento seguimos dirección SE, durante cincuenta metros, cerca de la pista, hasta alcanzar el inicio del sendero, que nos ha de llevar hasta la Fuente del Pueyo, y por el que nos adentramos en un espectacular bosque de haya, en el que se sitúa un enorme tejo, catalogado como árbol monumental.
Nada más pasarlo, iniciamos el descenso, por un bonito sendero, que describe varias lazadas, y por el que salimos a la pista de tierra, donde se sitúa la Fuente del Pueyo, en la que aprovechamos para descansar, comer, y beber agua.
Tras la pausa, seguimos con el recorrido, caminamos unos metros en subida por la pista y justo en una curva a la derecha, la abandonamos, y tomamos una trocha, por la que vamos bordeando el bosque, por el que hemos descendido hasta la fuente hace un rato, y por la que llegamos en suave ascenso, hasta el cruce de caminos, ubicado en la Mata del Poyo.
En esta ocasión, tomamos el camino balizado como sendero botánico 3, por el que comenzamos a ganar desnivel, dirección N, a cielo abierto, afrontando las rampas más duras del recorrido, que nos lleva por la loma, hacia el mirador de Puy Fonguera, con excelentes vistas a la cercana Sierra de Santo Domingo, y al que llegamos tras caminar media hora, desde el cruce de caminos.
Una vez en el mirador, disfrutamos de unas bonitas, y amplias vistas, de las Sierras de Leire, Santo Domingo, Guara, y al fondo algo tapados por las nubes, de los pirineos.
En este punto, se puede continuar por el cordal, hasta las cimas del Cabo la Val, y Puy Moné, pero eso supone alargar en exceso la ruta, así que nosotros tomamos un camino de tierra, que nace dirección N, por el que comenzamos a descender, con vistas a la Sierra de Guara, siguiendo las marcas rojas y blancas del GR.1.
Después de una curva a la derecha, alcanzamos un nuevo cruce de caminos, nosotros continuamos todo recto, dirección S, por una amplia pista de tierra, hacia la población de Biel, en suave descenso, dejando a nuestra izquierda las curiosas formaciones de las Ripas Altas.
Sobre el kilómetro siete, alcanzamos la collada de las Neveras, conocido también como el Collado del Correo, camino que utilizaba antiguamente el cartero, para ir desde Biel a Luesia, y cuya senda nace justo a nuestra derecha, escondida entre la vegetación, por la que comenzamos a descender, entre medio de un bonito bosque de hayas, pisando por una alfombra de hojas.
Durante unos minutos, salimos a cielo abierto, la pendiente se acentúa; descendemos con precaución, ya que hay bastante piedra suelta, y dar un resbalón es bastante sencillo.
Superado este tramo, nos adentramos de nuevo, en el espectacular hayedo, la pendiente se suaviza, y alcanzamos un cruce de senderos. En está ocasión, tomamos el balizado como S2, por el que salimos a la pista de tierra, que viene desde el refugio de L'Artica, al cual llegamos tras cinco horas de caminata, dando por finalizada, esta agradable circular, perfecta para hacerla con niños, y en cualquier época del año.
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Easy
Zona muy bonita en otoño
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Moderate
Muy bien explicada la ruta y muy bonito el entorno
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Scenery
Easy
Muy buena ruta ahora en otoño, espectacular el color de los árboles
Realice ayer la ruta, está todo muy bonito y verde.
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Scenery
Easy
Realizada en el día de ayer, muy bonita. Estaba todo muy verde.