Chef Chaouen y subida a la Gran Mezquita, Marruecos

Chef Chaouen, Chaouen, o Xauen, Chechauen Chichauen, todos estos nombres sirven para referirse a un mágico pueblo, situado en la montañas del Rif.

Su nombre lo toma de las montañas de los alrededores, yebel Kelaá y yebel Megu, que siginfican los cuernos. La X la puso el protectorado español.

Sus callejuelas imprevisibles,
pintadas de azul indigo para ahuyentar a los mosquitos, son el lugar ideal para pasear y contemplar la maravilla de pueblo que tienes ante tus ojos.

Es el lugar más tranquilo del norte de Marruecos.

En Chaouen, es donde toma sentido eso de: "amigo prisa mala, prisa mata", y lo cierto es que tienen razón. Es mejor no tener prisas en esta ciudad. Te puedes pasar horas saboreando el famoso té a la menta, sentado en una terraza de la plaza y no darte ni cuenta del paso del tiempo.

Está a dos horas en coche desde Ceuta y a dos y media de Tánger.

Chefchaouen, la fundó en el año en el año 1471 Mulay Ali ben Rachid, como base desde la que enviar tropas a la batalla contra los españoles y portugueses en Ceuta.

Prosperó con la llegada de sefardíes y moriscos expulsados de España en 1492 por los reyes católicos. Y fueron estos los que le dieron arquitectónicamente el aspecto que Chef Chaouen tiene hoy día, las casas y puertas las pintaban de verde.

El toque azul índigo, vino de la mano de los judíos que lo introdujeron en el país allá por el año 1930.

"La medina de Chefchaouen", tiene un especial atractivo el color de sus casas. Está formada por un laberinto de callejuelas imprevisibles. Muchas de ellas no tienen salida. Es un lugar seguro, tranquilo y maravilloso para pasear.

"La Plaza de Uta el Hammam de Chaouen", de forma irregular y dominadad por las cumbres de las montañas que rodean a Chaouen. En ella se encuentra la Gran Mezquita, que es del siglo XV y su minarete es hexagonal y finamente decorado.

"El zoco de Chefchaouen", está en la parte baja de la ciudad, a la entrada. Tiene una especial actividad los lunes y los jueves que son los días de mercado. A él acuden los rifeños a vender sus productos.

"Los lavaderos de Chefchaouen", se encuentran al lado del nacimiento del río y todavía hoy siguen en uso como lavaderos públicos. Hasta allí bajan a diario las mujeres a hacer la colada o lavar alguna que otra alfombra.

"Rass el Maa", tras pasar Bab Onsar cruzaremos el puente de Kantara, desde donde podremos admirar a las mujeres rifeñas haciendo la colada en los lavederos.

Por la zona hay unos molinos de harina que se impulsaban por la fuerza del agua hoy convertidos en cafés la mayoría, se puede disfrutar de un té a la menta, mientras se relaja uno escuchando el caudal del agual.