Castillo de Almourol. Río Tajo.

Una caminata muy corta, al lado del río Tajo, entre Praia de Ribatejo y Tancos que se puede prolongar siguiendo un sendero marcado con las rayas blanca y roja de GR, que en el mapa es denominado Trilho de Amaurol y que pasa por el mismo mirador del castillo,. Este mirador, en posición elevada sobre una estructura de madera, está situado a la derecha del aparcamiento, y el sendero continúa hasta la vecina población de Tancos, en un trayecto adicional de unos 2 km por sendero, lo que permite transformar el trazado que se presenta en un cómodo sendero de unos 5 km de longitu total, más en consonancia con los niveles habituales de actividad, pero que también supone un aumento del tiempo necesario, en un día que ya está bastante sobrecargado por la vuelta a casa. Merece la pena, de todos modos, recorrer una parte de este sendero para ver el paisaje del Tajo encañonado, con la pequeña isla en la que asienta, en alto, uno de los castillos más bonitos de Portugal, accesible sólo por el río, mediante una barca que puede abordarse en un pequeño embarcadero situado a la izquierda del lugar donde termina la carretera, frente al castilo. Al otro lado del río, en lo alto de ladera se encuentra una instalación informativa dedicada a los Templarios, Órden Militar dominante en Portugal en la última parte de la Edad Media, y constructora de este castillo, al igual que del Convento de Cristo y otros varios monumentos.
Y ya que hablamos de carreteras mencionemos que este lugar no está demasiado anunciado, aunque no es difícil llegar allí cuando se busca Almourol en el navegador. El único, pequeño, problema es que ese nombre lleva a una estación de tren situada a poca distancia, por lo que cuando se llega a ella hay que volver atrás unos cientos de metros, hasta llegar al Castillo. La zona tiene unas cuantas instalaciones militares en la vecindad (un aeródromo y varios cuarteles, de los regimientos de ingenieros y paracaidistas, y la fuerza de reacción rápida, según los carteles), lo que puede explicar cierta dificultad de acceso.
El Castillo fue construido en 1171 por Gualdim Pais, que fue Maestre de la Orden del Temple. Parece que en ese lugar existió, muchos años antes, otra fortificación, de origen romano, cuyos restos fueron aprovechados para la construcción actual. El Castillo tiene una gran torre, cuadrada (desde cuya plataforma se disfruta de una excelente vista del cñón del Tajo, aunque para llegar a ella hay que subir 85 peldaños), flanqueado por diez torres redondas, y estuvo habitado hasta principios del siglo XVII, formando parte de la línea de defensa del Tajo, aunque probablemente su función habitual fue el control del tránsito de mercancías entre el norte y el sur a través del río. A mediados del siglo XX el Castillo fue rehabilitado, para servir como residencia oficial de la República Portuguesa. Digamos también que este lugar ha inspirado numerosas leyendas, entre las que destaca la historia de una princesa enamorada de su esclavo musulmán, y que aquí transcurren las imaginarias aventuras reflejadas en la novela de caballerías titulada "Palmerín de Inglaterra".
A muy poca distancia existe una edificación, que parece abandonada, y en el mapa recibe el nombre de Convento de Nossa Senhora de Loreto.