Barcelona: ruta histórica por el legado indiano de la ciudad

Durante el siglo XIX miles de jóvenes solteros de entre 15 y 40 años partieron hacia América para vivir el sueño de todo emigrante: retornar a sus pueblos de origen convertidos en millonarios después de algunos años de duro trabajo en Cuba, principalmente. Así pues, pasaron a ser conocidos como indianos, o americanos, aquellos emigrantes que lograron grandes riquezas -o fortunas más modestas- y volvieron a Cataluña para mostrar que su aventura americana había sido todo un éxito. Algunos indianos exteriorizaban su riqueza construyendo lujosas casas y jardines exóticos. Otros dieron dinero al ayuntamiento de su pueblo para reformar calles, plazas, casinos y teatros. Incluso, algunos indianos llegaron a ser alcaldes. También hubo los que mostraron su generosidad con los más pobres y contribuyeron a la mejora de la educación, la sanidad y la atención a la gente mayor. La Iglesia también recibió la ayuda de los indianos como demostración de su religiosidad. Gracias a sus obras, muchos pueblos de Cataluña salieron de la pobreza.

En la trayectoria de los indianos no todo fueron luces. La principal sombra que ha perseguido el nombre de algunos de ellos es el enriquecimiento conseguido con la utilización de mano de obra cautiva en las plantaciones americanas, como es el caso de los ingenios de Cuba. Recuerdo más triste aún les corresponde a aquellos que se dedicaron al infame comercio de la trata de esclavos.

Esta ruta por el centro de Barcelona se ha basado principalmente en el número 248 de la revista Sàpiens que, con el título "Quan érem negrers. Descobrim l'origen d'algunes de les grans fortunes catalanes del segle XIX", está dedicado especialmente a rememorar el pasado esclavista de la ciudad.

Las fortunas de algunas de estas familias indianas acabaron dando impulso al gran fenómeno transformador que representó para Barcelona el modernismo de finales del siglo XIX y principios del XX. Por este motivo hemos querido ampliar la ruta, más allá de lo que recoge la revista Sàpiens, a las grandes arterias viales que agrupan la mayoría de los más conocidos edificios modernistas: Passeig de Gràcia, Rambla Catalunya, La Rambla y sus inmediaciones.