Baños de la Hedionda (Sierra de la Utrera)

Camino de acceso al paraje de los Baños de la Hedionda.
Unos de esos lugares único repartidos por nuestra tierra, enclave singular y cargado de historia a los pies del la Sierra del Torcal de la Utrera, junto al cauce del arroyo de Manilva, a medio camino entre Casares y la franja litoral.

Tendremos que tener en cuenta, que debido a la afluencia de gente, el acceso en los meses de julio y agosto está regulado, aunque personalmente pienso que es un lugar para disfrutar fuera de temporada y casi en soledad. Ya sabemos lo que "sufren" estos lugares ante la afluencia masiva de personas.





El acceso hasta el aparcamiento habilitado se encuentra en buen estado, accediendo desde la rotonda de la carretera que baja de Gaucín, a la altura de la misma cantera que está en el extremo de la Sierra de la Utrera.





Una vez estacionados, un corto y agradable paseo por pista forestal nos acerca a los baños. Por el camino dejaremos de lado la entrada al sendero del Canuto de la Utrera, y pasaremos junto a la Ermita de San Adolfo y las antiguas instalaciones de los baños.





De momento entramos en el recinto, encontrando en primer lugar su nacimiento y el edificio de los Baños de la Hedionda. Rápidamente nos acostumbramos al olor sulfuroso y nos adentramos en su piscina interior, tocando suelo a poco más de metro y medio. Sus aguas mantienen la temperatura durante todo el año.





Una vez fuera, unos pequeños labrados de roca remansa el agua en pequeñas pozas antes que se viertan al cauce del arroyo de Manilva a unos 20 metros. Aquí nos encontramos terreno cenagoso y cañaveral, aunque nos permite movernos por el cauce algunos metros más.





Tocada fin la visita, volveremos por nuestros pasos al aparcamiento.

Nos vemos en las montañas.