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Baixa y Chiado (Lisboa)

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Trail stats

Distance
2.89 mi
Elevation gain
144 ft
Technical difficulty
Easy
Elevation loss
144 ft
Max elevation
166 ft
TrailRank 
36 5
Min elevation
166 ft
Trail type
One Way
Moving time
45 minutes
Time
3 hours 10 minutes
Coordinates
694
Uploaded
December 4, 2023
Recorded
December 2023
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  •   5 1 review
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near São Paulo, Lisboa (Portugal)

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Itinerary description

Corto (pero muy instructivo) recorrido guiado por la parte occidental de Lisboa, partiendo desde la Praça dos Restauradores, en la Baixa.
La Baixa, además de su mayor distrito comercial, es el corazón de Lisboa, levantada sobre las ruinas de la antigua ciudad destruida por el terremoto de 1755, que se siguió de tres maremotos (con olas de entre 6 y 20 metros, subiendo aguas arriba por el Tajo) y por incendios que duraron cinco días, iniciados en su mayor parte por las velas encendidas en las iglesias en recuerdo a los difuntos (era el 1 de noviembre, Día de Todos los Santos). Las llamas se cebaron con la parte occidental de Lisboa, donde residía la población autóctona, cristiana (en la oriental vivían emigrantes de las colonias, muchos con otras creencias religiosas), que también había sido desvastada por el tsunami al estar menos elevada que Alfama. El terremoto fue de gran duración (entre tres y seis minutos), originando gigantescas grietas y destruyendo el 85 % de los edificios de Lisboa (incluyendo palacios y la mayoría de los ejemplos de la arquitectura manuelina, distintiva del siglo XVI portugués), encargándose las llamas posteriormente de arrasar algunas construcciones que se habían salvado inicialmente (como el Hospital Real de Todos los Santos, el hospital público más grande de la época, donde centenares de pacientes murieron carbonizados).

Tras el seísmo, la ciudad fue reconstruida según los planes del marqués de Pombal (Primer Ministro del rey José I), del que se cuenta que respondió a quien le preguntó qué hacer entonces: “Cuidar de los vivos, enterrar a los muertos”. Hombre de gran pragmatismo, antes de que las epidemias se extendieran y contrariamente a la costumbre y a los deseos de la Iglesia, ordenó arrojar muchos de los cadáveres al mar, más allá de la boca del Tajo. Los soldados rodearon la ciudad para impedir que nadie la abandonara y así contribuyeran todos a la limpieza de escombros, labor finalizada antes de que pasara un año, quedando Lisboa lista para su reconstrucción (completada en 1806). En vez de reconstruir la ciudad medieval, el marqués de Pombal destruyó lo que había quedado en pie planificando la nueva trama urbana según las normas de la época, con calles en cuadrícula y diseñando las plazas de Rossio y del Comercio (Baixa Pombalina). Los arquitectos tenían la directriz expresa de que los nuevos edificios pudieran resistir terremotos futuros, simulándolos con grandes masas de soldados marchando al trote alrededor de ellos (los edificios pombalinos están entre las primeras construcciones del mundo resistentes a los terremotos). Con Pombal nació la Sismología como ciencia: mandó elaborar una encuesta que envió a todas las parroquias del país, en la que se preguntaba el número y tipo de edificios que habían sido destruidos (lo que permitió a los científicos portugueses -y luego de toda Europa- reconstruir el seísmo con la mayor exactitud posible), si el nivel de los pozos había subido o bajado en los días previos o si los perros y otros animales se habían comportado de modo anómalo poco antes del terremoto (adelantándose a los estudios chinos de la década de 1960).

En el centro de la Praça dos Restauradores hay un obelisco (el Monumento de los Restauradores), que conmemora la independencia de Lisboa (completando la de todo el país) de la España de los Austrias en 1640 (las figuras de bronce y oro del pedestal representan la Victoria, con una palma y una corona, y la Libertad, con los nombres y fechas de las batallas de la Guerra de Restauración grabados a los lados del obelisco).

Desde aquí nos acercamos al Largo do São Domingos (un “largo” hace referencia a una plazoleta), tradicional punto de encuentro de extranjeros en su mayoría africanos y donde figura una placa con la frase “Lisboa, una ciudad de tolerancia” (escrita en treinta y cuatro idiomas). Un monumento inaugurado el 23 de abril de 2008 enfrente de la Igreja do São Domingos en honor del judaísmo recuerda que aquí tuvo lugar la Masacre de Lisboa (o Masacre de Pascua de 1506), cuando la turba torturó y mató a cientos de personas acusadas de ser judíos (muchos procedentes de España tras su expulsión por los Reyes Católicos, ya que en Portugal no existía aún la Inquisición, que se estableció nueve años después). La iglesia ((declarada monumento nacional), que data de
1241, fue la más grande de la ciudad y lugar de celebración de las bodas reales, pero ha sido destruida muchas veces durante su historia: el terremoto de 1531 la dañó y el de 1755 sólo dejó en pie la capilla del convento de Santo Domingo, del que formaba parte (restaurada en 1807 en estilo barroco, aprovechándose el espacio que ocupaba el antiguo convento para ampliar las calles y plazas del barrio); y ya en 1959 sufrió un pavoroso incendio (que tardó más de seis horas en ser extinguido, acabando con muchas obras de arte y con la vida de dos bomberos). Reabierta en 1994, causa gran impresión su interior donde en la piedra desnuda las huellas del incendio todavía perduran.

Al suroeste esta la Praça de D. Pedro IV (primer emperador del Brasil independiente), cuya estatua la preside en su centro. Es más conocida por su antiguo nombre de Rossio, que tuvo hasta 1836 (“rossio” significa algo parecido a “espacio común”: aquí existió un circo romano, tuvieron lugar juicios, autos de fe de la Inquisición, paradas militares, espectáculos y festivales). Fue reconstruida tras el Terremoto de Lisboa creándose un espacio rectangular de 166 metros de largo por 52 de ancho. Su lado norte lo cierra el Teatro Nacional, construido en el lugar del antiguo Palacio dos Estaús (que se edificó alrededor de 1450 para alojamiento de dignatarios extranjeros y nobles que visitaban Lisboa y después fue sede de la Inquisición); el palacio sobrevivió al terremoto de 1755, pero fue destruido por un incendio en 1836. Reconstruido entre 1842 y 1846 (es la mejor muestra de la arquitectura neoclásica de influencia paladiana en Lisboa), gracias a los esfuerzos del poeta y dramaturgo romántico Almeida Garrett se decidió que se convirtiera en un teatro moderno, dedicado a la reina María II. Su fachada muestra un pórtico hexástilo con seis columnas jónicas (reutilizadas del convento de San Francisco de Lisboa) y un remate triangular, con un relieve escultórico en el tímpano del frontón que representa a Apolo y las Musas,
coronado por la estatua del dramaturgo renacentista Gil Vicente (c. 1464-c. 1536), considerado el fundador del teatro portugués (irónicamente algunas de sus obras habían sido censuradas por la Inquisición).
A mediados del siglo XIX la plaza fue adoquinada con mosaicos blancos y negros (siguiendo los patrones del empedrado portugués típico), formando dibujos que evocan el oleaje marino (un recuerdo del maremoto de 1755), siendo uno de los primeros diseños de este tipo en decorar el pavimento de la ciudad.
También es un lugar mítico porque fue protagonista de algunos hechos acaecidos durante la Revolución de los Claveles (en portugués, Revolução dos Cravos o también O 25 de Abril), incruento golpe de Estado que permitió el fin de la larga dictadura de 48 años instaurada por Salazar (llamada "Estado Nuevo"), que no convocaba elecciones democráticas desde 1925. A las 00:25 horas del 25 de abril, la Rádio Renascença transmitió “Grândola, Vila Morena” (canción revolucionaria de José Afonso cuya emisión estaba prohibida por la ley), segunda señal pactada por el MFA (Movimento das Forças Armadas) para ocupar los puntos estratégicos del país (la primera señal para el inicio del golpe militar en realidad se dio a las 22:55 horas del 24 de abril, con la canción “E depois do Adeus” de Paulo de Carvalho -que había representado a Portugal en el Festival de Eurovisión unos días atrás y quedado en última posición-, transmitida por la Rádio Emissores Associados de Lisboa, aviso para que las tropas se prepararan y sincronizaran relojes). Actualmente la plaza (flanqueada por edificios de estilo pombalino ocupados por tiendas de recuerdos, joyerías y cafeterías) sirve como lugar de encuentros políticos y en estas fechas, en lugar de tanques, la ocupa un animado mercado navideño.

Subiendo por las escaleras mecánicas de la Estación Ferroviaria de Rossio, elegante edificio de finales del XIX de estilo neomanuelino (ahorrándonos
de paso la subida por el elevador de Santa Justa), llegamos al inicio de la Calçada do Carmo (que tras una corta cuesta lleva hasta el Largo do Carmo).
Antes disfrutamos de las vistas de la Baixa, con sus casas donde se mezclan elementos arquitectónicos de diferentes países europeos (sobre todo de Francia) y del Castelo de São Jorge, situado sobre la colina homónima (la más alta del centro histórico). La alcazaba musulmana resistió un asedio de tres meses en 1147 antes de capitular ante las tropas de Alfonso I de Portugal (Afonso Henriques), auxiliadas por cruzados normandos, flamencos, alemanes e ingleses que se dirigían a Tierra Santa (en muestra de gratitud, el castillo fue colocado bajo la advocación de San Jorge, de quien muchos cruzados eran devotos). Según la tradición, el caballero Martim Moniz (que da nombre a la plaza donde tiene su fin de línea el famoso tranvía 28), sacrificó su vida al interponer su propio cuerpo entre una de las puertas de la fortaleza entreabierta, impidiendo su cierre y permitiendo el acceso y la victoria de sus compañeros. El Castelo pasó a convertirse en Palacio Real, donde fue recibido Vasco de Gama tras descubrir la ruta marítima a la India a finales del siglo XV y donde se estrenó el ”Monólogo do Vaqueiro” de Gil Vicente, primera obra del teatro portugués. Tras ser trasladada la residencia real a la ribera del Tajo, pasando a ser el castillo un cuartel, y tras el terremoto de 1755, fue quedando en estado ruinoso; hoy, tras su restauración, consta de varias torres y garitas, un foso y dos grandes patios, siendo un privilegiado mirador sobre el río.

Ya en el Largo do Carmo, contemplamos las ruinas del Convento do Carmo, también destruido en 1755 y del que quedan en pie los muros, contrafuertes y algunos arcos (se perdió completamente la biblioteca, que albergaba en torno a 5000 volúmenes). De estilo gótico, fue fundado en el siglo XV por orden de Nuno Álvares Pereira (condestable del ejército de Dom João I, gran maestro de la Orden de Avís e hijo ilegítimo de Pedro I), en conmemoración por la victoria de Aljubarrota; para vencer al más numeroso ejército castellano, los portugueses se aliaron con Inglaterra firmando el Tratado de Windsor al año siguiente, en 1386, aún en vigor (lo que lo convierte en el más antiguo vigente). El condestable (que donó toda su riqueza al convento) acabó aquí sus días convertido en el padre Nuno de Santa María.
La iglesia nunca llegó a reconstruirse y fue alquilada como aserradero en junio de 1835, antes de que las órdenes religiosas fueran abolidas en Portugal.

Este lugar se convirtió en uno de los centros neurálgicos el 25 de abril de 1974. Ese día Celeste Caeiro regresaba a casa con un manojo de claveles que iban a ser entregadas a los asistentes de un banquete para celebrar el primer aniversario de un restaurante (el cual fue suspendido por los acontecimientos que se desarrollaban desde esa madrugada); justo al inicio del Largo do Carmo, donde los tanques de los sublevados aguardaban órdenes, no pudo dar el cigarrillo que un soldado le pedía desde un tanque y en su lugar le ofreció un clavel que el militar puso en el cañón de su arma, repitiendo este gesto sus compañeros colocándolos en la bocacha de sus fusiles, como símbolo de que no deseaban disparar sus armas. La acción se extendió por toda la ciudad dando el nombre con el que la revuelta pasaría a la historia.
En el convento (rodeado por los militares rebeldes, capitaneados por Salgueiro Maia, y por una multitud de manifestantes) se atrincheró, con las fuerzas leales a su régimen, Marcelo Caetano, último presidente
del Estado Nuevo; Caetano pidió a Maia rendirse ante un oficial de alta graduación, para lo que se dio aviso al general António de Spínola (uno de los jefes del MFA en el cuerpo de caballería), quien acudió al Cuartel del Carmo para recibir la rendición del presidente a las 17:45 horas. Caetano sería embarcado ese mismo día, con los que habían sido sus ministros, en un transporte de tropas hacia las Azores y desde allí se exiliaría a Brasil; el convento fue reutilizado como sede de la Guardia Republicana.

Bajamos por la Travessa do Carmo y da Trindade hasta el Chiado, tradicional barrio de artistas (donde hoy es frecuente encontrar músicos callejeros -de gran calidad- actuando), con elegantes tiendas y cafés, entre ellos el Brasiliera, abierto por Adriano Telles en 1905 (dos años después de abrir otro comercio en Oporto con el mismo nombre) para la venta del “verdadero café brasileño”, originario del estado de Minas Gerais; la tienda vendía muchos otros géneros, como aceite, harina, té, pimientos, vinos… ofreciendo, para promocionar el producto, a cada comprador que se llevase un kilogramo de café molido una taza de café gratis: fue donde primero se sirvió la bica, una tacita de café muy fuerte, parecido al expreso, que
según creencia popular, debe su nombre al acrónimo de “beba isto com açúcar” (“beba esto con azúcar”); al parecer, a los lisboetas no les convenció en un primer momento el amargor de la nueva bebida.
A Brasileira, remodelado con interiores decorados en estilo Art Decó y con obras de arte que fueron trasladadas al Centro de Arte Moderno (ahora Museo de Chiado) tiene la consideración desde 1997 de “inmueble de interés público” como parte del “Patrimonio arquitectónico portugués”. Aquí, sentado a una característica mesa hexagonal, encontramos a Fernando Pessoa, el más famoso escritor portugués (de múltiples heterónimos). El espacio lo preside el monumento dedicado a un
conocido poeta de Évora del siglo XVI, que vivió en esta parte de la ciudad, Antonio Ribeiro, apodado “o Chiado" ("chirrido"), del que toma su nombre el barrio; hay quien dice que era el sonido con el que llamaba a la gente para escribirles sus cartas (en una época en la que la práctica totalidad de la población era analfabeta).
El 25 de agosto de 1988 un incendio que comenzó en una calle cercana y alcanzó la Rua Garrett, afectó a comercios, oficinas y a importantes edificios históricos, dejó dos muertos y 73 heridos, entre 200 y 300 personas sin hogar y cerca de 2000 trabajadores sin empleo (la prensa portuguesa lo calificó como el peor desastre para la ciudad desde el terremoto de 1755). El Chiado tardó una década en recuperarse.

Bajando por Rua Garret, donde se encuentra la Librería Bertrand, la más antigua del mundo, volvemos a la Baixa, encaminándonos por la Rua Augusta a la Praça do Comércio, a la que accedemos pasando bajo el Arco da Rua Augusta, en el lado norte de la plaza y entrada a la Baixa desde ella.
La primera versión de este arco triunfal fue demolida en 1777 (después del comienzo del reinado de la reina María I y la renuncia del marqués de Pombal), comenzando en 1873 la construcción actual; en él se encuentran las estatuas que representan a Viriato, a Nuno Álvares Pereira, a Vasco da Gama y al marqués de Pombal y a un nivel superior las alegorías de la Gloria, el Genio Supremo y el Valor.

La Praça do Comércio (o Terreiro do Paço), una de las más importantes plazas lisboetas, fue el terreno donde se asentó el Palacio Real de Lisboa durante más de 200 años, desde que en 1511 Manuel I trasladase su residencia desde el Castillo de San Jorge a este lugar para tener un mejor control del tráfico marítimo. El Palacio Real, al igual que el Teatro Real do Paço da Ribeira situado enfrente, fue destruido durante el Terremoto de Lisboa, perdiéndose unos 70 000 volúmenes que contenía la biblioteca real, así como centenares de obras de arte (incluyendo pinturas de Tiziano y Rubens) y los archivos reales con los documentos relativos a la exploración del océano, incluyendo las de Vasco da Gama y otros exploradores portugueses y numerosas cartas sobre el descubrimiento de Brasil. La familia real no sufrió daños ya que el rey José I y su corte habían salido de la ciudad, tras asistir a misa al amanecer, satisfaciendo el deseo de una de las hijas del monarca de pasar el día de fiesta lejos de Lisboa. Después de la catástrofe, Dom José desarrolló un gran miedo a vivir bajo techo, acomodando a la corte en un enorme complejo de tiendas y pabellones en las colinas de Ajuda, en las cercanías de Lisboa, donde residió hasta su muerte. Su estatua ecuestre fue colocada en 1775 en el centro de la plaza, como parte de la reconstrucción de la ciudad en la que este lugar se convirtió en elemento fundamental de los planes de Pombal, con nuevos edificios con arcadas rodeando la plaza (que tras la Revolución de 1910 fueron pintados de rosa, el color republicano en contraposición al amarillo real), ocupados actualmente por ministerios. El lado sur de la plaza, con sus dos torres cuadradas, se abre al amplio estuario del Tajo, con cuya contemplación finalizamos este paseo cargado de historia.

Waypoints

PictographMonument Altitude 66 ft
Photo ofObelisco de la Praça dos Restauradores

Obelisco de la Praça dos Restauradores

Photo ofIgreja do São Domingos

Igreja do São Domingos

PictographMonument Altitude 49 ft
Photo ofTeatro Nacional Dona María II

Teatro Nacional Dona María II

PictographCastle Altitude 69 ft
Photo ofCastelo de São Jorge

Castelo de São Jorge

PictographTrain stop Altitude 62 ft
Photo ofEstação Ferroviária do Rossio

Estação Ferroviária do Rossio

PictographReligious site Altitude 148 ft
Photo ofIgreja do Carmo

Igreja do Carmo

PictographReligious site Altitude 102 ft
Photo ofIgreja do Carmo

Igreja do Carmo

PictographWaypoint Altitude 79 ft
Photo ofElevador de Santa Justa

Elevador de Santa Justa

PictographPanorama Altitude 62 ft
Photo ofVistas desde el elevador de Santa Justa

Vistas desde el elevador de Santa Justa

PictographPanorama Altitude 46 ft
Photo ofCastelo de São Jorge desde el elevador de Santa Justa

Castelo de São Jorge desde el elevador de Santa Justa

PictographMonument Altitude 144 ft
Photo ofChafariz do Carmo

Chafariz do Carmo

PictographMonument Altitude 138 ft
Photo ofAntonio Ribeiro “O Chiado”

Antonio Ribeiro “O Chiado”

PictographPhoto Altitude 141 ft
Photo ofMosaico representando a Pessoa

Mosaico representando a Pessoa

PictographMonument Altitude 141 ft
Photo ofFernando Pessoa

Fernando Pessoa

PictographWaypoint Altitude 131 ft
Photo ofLibrería Bertrand

Librería Bertrand

PictographMonument Altitude 20 ft
Photo ofArco da Vitória

Arco da Vitória

PictographMonument Altitude 16 ft
Photo ofPraça do Comércio

Praça do Comércio

Comments  (1)

  • Lucrecia García Dec 8, 2023

    I have followed this trail  View more

    Una ruta muy interesante y bonita

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