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20150804 Évora

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Trail stats

Distance
2.25 mi
Elevation gain
0 ft
Technical difficulty
Easy
Elevation loss
98 ft
Max elevation
1,027 ft
TrailRank 
41
Min elevation
892 ft
Trail type
One Way
Coordinates
6631
Uploaded
August 28, 2015
Recorded
August 2015
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near Évora, Évora (Portugal)

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Itinerary description

Évora es una ciudad portuguesa, capital del Distrito de Évora. Está situada en la región de Alentejo, sub-región del Alentejo Central, y cuenta con una población de 49.252 habitantes (2011).1 Evora es la única ciudad portuguesa miembro de la Red de ciudades más antiguas de Europa.

Su término municipal es uno de los más grandes de Portugal, con 1.307,04 kilómetros² y 57.073 habitantes (2011), subdividido en 19 parroquias. La ciudad limita al norte con el municipio de Arraiolos, al noreste con Estremoz, al este con Redondo, al sudeste de Reguengos de Monsaraz, en el sur por Portel, al suroeste por Viana do Alentejo y al oeste por Montemor-o-Novo. Es sede de Distrito y antigua diócesis y metrópoli eclesiástica (Archidiócesis de Évora).

Su centro histórico, bien conservado, es uno de las más ricos en monumentos de Portugal, lo que le vale el calificativo de "Ciudad-Museo". En 1986, el centro histórico de la ciudad fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.2
El Municipio de Évora se encuentra en medio de la gran llanura del Alentejo, que se caracteriza por una ondulación muy suave y una altitud media de 240 metros. Con una superficie de 1309 km ², el municipio ocupa 5% de la superficie de Alentejo. El área urbana cubre 1643 ha. El paisaje de la región de Évora se caracteriza por el cultivo extensivo de cereales, con parches de pastizales y bosques de corcho y encino. Viñedos, olivares y campos de arroz son también parte del paisaje.
Altitud: 247 metros.
Latitud: 38º 34' N
Longitud: 007º 54' O
La región de Évora tiene una rica historia que se remonta a más de dos mil años en el pasado, como demuestran monumentos megalíticos próximos como el Dólmen de Aguiar y el Crómlech de los Almendros. En la región prosperaron algunos asentamientos neolíticos, de los que el más cercano estuvo situado en el Alto de São Bento. Otra población de éstas características fue Castillo Giraldo, habitada continuamente desde el milenio tercero al primer milenio antes de Cristo y de ocupación esporádica en la época medieval. Las excavaciones arqueológicas, sin embargo, no han mostrado hasta ahora si la zona de la actual ciudad estaba habitada antes de la llegada del Imperio romano.

Según una leyenda popularizada por el humanista y escritor eborense André de Resende (1500-1573), Évora fue sede de las tropas del general romano Sertorio. Lo que se sabe con certeza es que Evora fue elevada a la categoría de municipium bajo el nombre de Ebora Liberalitas Julia, en honor a Julio César. En época del emperador Augusto (63 aC - 14 dC), Évora se integró en la provincia de Lusitania y se benefició de una serie de transformaciones urbanas, de las que el templo romano de Évora - dedicado probablemente al culto imperial - es vestigio más importante que sobrevive en nuestros días, junto con las ruinas de los baños públicos. En la parroquia de Tourega se hallan los restos bien conservados de una villa. En el siglo III, en un contexto de inestabilidad del Imperio, la ciudad estuvo rodeada por una muralla, algunos elementos de la cual todavía existen hoy.

La época visigoda corresponde a un periodo oscuro de la ciudad. Durante la dominación musulmana, la ciudad experimentó un nuevo periodo de esplendor económico y político gracias a su ubicación privilegiada. Las murallas de la ciudad fueron reconstruidas sobre las romanas, construyéndose un alcázar y una mezquita sobre el área de la acrópolis romana.





Catedral de Évora y fuente en el Plaza de Portas de Moura
La toma de Évora a los musulmanes aconteció en 1165 por acción del caballero Gerardo Sempavor responsable de la captura de diversos lugares del Alentejo. Así se abrió una nueva etapa de crecimiento de la ciudad, que llega a ser en el siglo XVI la segunda ciudad más importante del reino. Alfonso Enríquez le otorgó su primera carta (Carta de los derechos feudales) en 1166, estableciéndose en la ciudad la Orden de Calatrava (más adelante Orden de Avis). Entre los siglos XIII y XIV se edificó la catedral de Évora, una de las más importantes catedrales medievales portuguesas, construida en estilo gótico y enriquecida con numerosas obras de arte a través de los siglos. Además de la catedral, en la zona del antiguo foro y alcázar se construyó el primitivo ayuntamiento y los palacios de la nobleza local. Desde el siglo XIII se instalán extramuros de la ciudad varios monasterios de órdenes religiosas, lo que contribuyó a la formación de nuevos núcleos urbanos. La zona de extramuros todavía contaba con un barrio judío y morería

El crecimiento de la ciudad a partir del primitivo núcleo árabe llevó a la construcción de un nuevo anillo de murallas en el siglo XIV, durante el reinado de Dionisio I de Portugal Las principales plazas de la ciudad fueron la Plaza de Giraldo, (originalmente Piazza Grande), Largo das Portas de Moura y Rossio. La Plaza de Giraldo acogió una feria anual desde 1275 y también fue sede del ayuntamiento desde el siglo XIV, aunque con el tiempo, sobre todo desde el siglo XVI, el Rossio comenzó a concentrar las ferias y mercados de la ciudad.

El siglo XVI trae el momento de mayor importancia de Évora en el panorama portugués, convirtiéndose la ciudad en uno de los más importantes centros culturales y artísticos del reino. A partir de Juan II y sobre todo durante los reinados de Manuel I y Juan III, Evora se vio favorecida por los reyes de Portugal, quienes pasaron largas estancias en la metrópoli. Las familias nobles (Vimioso, Codovil, Gama, Cadaval y otros) se establecieron en la ciudad y erigieron palacios. Manuel I le dio una nueva carta en 1501. Juan III ordenó la construcción de la iglesia de Gracia, templo renacentista donde planeaba ser enterrado, y durante su reinado se construyó el Acueducto de Agua Plata de Francisco Arruda. En esa época vivieron en la ciudad artistas como el poeta García de Resende, pintores como Frei Carlos, Francisco Henriques o Gregorio Lopes, el escultor Nicholas Chanterenne y estudiosos y pensadores tales como Francisco de Holanda y André de Resende.

En 1540, la diócesis de Évora fue elevada a Archidiócesis y el primer arzobispo de la ciudad, el Cardenal Infante Enrique I de Portugal, fundó en 1550 la Universidad de Évora, afecta a la Compañía de Jesús. Para Évora supuso un fuerte golpe la extinción de la prestigiosa universidad en 1759 (que sería restaurada cerca de dos siglos después), a raíz de la expulsión de los jesuitas del país por orden del Marqués de Pombal. En los siglos XVII y XVIII fueron renovados o construidos desde cero en estilo manierista edificios importantes de la ciudad. En patrimonio de Évora destaca el presbiterio barroco de la catedrál, diseñado por el arquitecto Johann Friederich Ludwig, y muchos altares y paneles de azulejos que cubren el interior de las iglesias y la Universidad.

En el siglo XIX, Évora pasó por muchas transformaciones urbanas, algunos de dudosa calidad. En la plaza Giraldo, la cárcel y el antiguo ayuntamiento manuelino fueron demolidos y en su lugar se construyó el edificio del Banco de Portugal, mientras que la sede del condado se trasladó al Palacio de los Condes de Sortelha, en la Plaza de Sertorio. El Convento de San Francisco también fue demolido (la iglesia gótica se salvó) y en su lugar se construyó un nuevo edificio de viviendas y un mercado. En lugar ántes ocupado por el Convento de Santo Domingo se erigió el Teatro García de Resende (c. 1892). Las murallas medievales se conservaron en gran parte, pero de las entradas antiguas sólo se mantuvo la Puerta de Avis. En el siglo XX se construyó una carretera de circunvalación alrededor del perímetro de la muralla, que ayudó en su preservación.

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Información

Évora es una ciudad portuguesa, capital del Distrito de Évora. Está situada en la región de Alentejo, sub-región del Alentejo Central, y cuenta con una población de 49.252 habitantes (2011).1 Evora es la única ciudad portuguesa miembro de la Red de ciudades más antiguas de Europa. Su término municipal es uno de los más grandes de Portugal, con 1.307,04 kilómetros² y 57.073 habitantes (2011), subdividido en 19 parroquias. La ciudad limita al norte con el municipio de Arraiolos, al noreste con Estremoz, al este con Redondo, al sudeste de Reguengos de Monsaraz, en el sur por Portel, al suroeste por Viana do Alentejo y al oeste por Montemor-o-Novo. Es sede de Distrito y antigua diócesis y metrópoli eclesiástica (Archidiócesis de Évora). Su centro histórico, bien conservado, es uno de las más ricos en monumentos de Portugal, lo que le vale el calificativo de "Ciudad-Museo". En 1986, el centro histórico de la ciudad fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.2 El Municipio de Évora se encuentra en medio de la gran llanura del Alentejo, que se caracteriza por una ondulación muy suave y una altitud media de 240 metros. Con una superficie de 1309 km ², el municipio ocupa 5% de la superficie de Alentejo. El área urbana cubre 1643 ha. El paisaje de la región de Évora se caracteriza por el cultivo extensivo de cereales, con parches de pastizales y bosques de corcho y encino. Viñedos, olivares y campos de arroz son también parte del paisaje. Altitud: 247 metros. Latitud: 38º 34' N Longitud: 007º 54' O La región de Évora tiene una rica historia que se remonta a más de dos mil años en el pasado, como demuestran monumentos megalíticos próximos como el Dólmen de Aguiar y el Crómlech de los Almendros. En la región prosperaron algunos asentamientos neolíticos, de los que el más cercano estuvo situado en el Alto de São Bento. Otra población de éstas características fue Castillo Giraldo, habitada continuamente desde el milenio tercero al primer milenio antes de Cristo y de ocupación esporádica en la época medieval. Las excavaciones arqueológicas, sin embargo, no han mostrado hasta ahora si la zona de la actual ciudad estaba habitada antes de la llegada del Imperio romano. Según una leyenda popularizada por el humanista y escritor eborense André de Resende (1500-1573), Évora fue sede de las tropas del general romano Sertorio. Lo que se sabe con certeza es que Evora fue elevada a la categoría de municipium bajo el nombre de Ebora Liberalitas Julia, en honor a Julio César. En época del emperador Augusto (63 aC - 14 dC), Évora se integró en la provincia de Lusitania y se benefició de una serie de transformaciones urbanas, de las que el templo romano de Évora - dedicado probablemente al culto imperial - es vestigio más importante que sobrevive en nuestros días, junto con las ruinas de los baños públicos. En la parroquia de Tourega se hallan los restos bien conservados de una villa. En el siglo III, en un contexto de inestabilidad del Imperio, la ciudad estuvo rodeada por una muralla, algunos elementos de la cual todavía existen hoy. La época visigoda corresponde a un periodo oscuro de la ciudad. Durante la dominación musulmana, la ciudad experimentó un nuevo periodo de esplendor económico y político gracias a su ubicación privilegiada. Las murallas de la ciudad fueron reconstruidas sobre las romanas, construyéndose un alcázar y una mezquita sobre el área de la acrópolis romana. Catedral de Évora y fuente en el Plaza de Portas de Moura La toma de Évora a los musulmanes aconteció en 1165 por acción del caballero Gerardo Sempavor responsable de la captura de diversos lugares del Alentejo. Así se abrió una nueva etapa de crecimiento de la ciudad, que llega a ser en el siglo XVI la segunda ciudad más importante del reino. Alfonso Enríquez le otorgó su primera carta (Carta de los derechos feudales) en 1166, estableciéndose en la ciudad la Orden de Calatrava (más adelante Orden de Avis). Entre los siglos XIII y XIV se edificó la catedral de Évora, una de las más importantes catedrales medievales portuguesas, construida en estilo gótico y enriquecida con numerosas obras de arte a través de los siglos. Además de la catedral, en la zona del antiguo foro y alcázar se construyó el primitivo ayuntamiento y los palacios de la nobleza local. Desde el siglo XIII se instalán extramuros de la ciudad varios monasterios de órdenes religiosas, lo que contribuyó a la formación de nuevos núcleos urbanos. La zona de extramuros todavía contaba con un barrio judío y morería El crecimiento de la ciudad a partir del primitivo núcleo árabe llevó a la construcción de un nuevo anillo de murallas en el siglo XIV, durante el reinado de Dionisio I de Portugal Las principales plazas de la ciudad fueron la Plaza de Giraldo, (originalmente Piazza Grande), Largo das Portas de Moura y Rossio. La Plaza de Giraldo acogió una feria anual desde 1275 y también fue sede del ayuntamiento desde el siglo XIV, aunque con el tiempo, sobre todo desde el siglo XVI, el Rossio comenzó a concentrar las ferias y mercados de la ciudad. El siglo XVI trae el momento de mayor importancia de Évora en el panorama portugués, convirtiéndose la ciudad en uno de los más importantes centros culturales y artísticos del reino. A partir de Juan II y sobre todo durante los reinados de Manuel I y Juan III, Evora se vio favorecida por los reyes de Portugal, quienes pasaron largas estancias en la metrópoli. Las familias nobles (Vimioso, Codovil, Gama, Cadaval y otros) se establecieron en la ciudad y erigieron palacios. Manuel I le dio una nueva carta en 1501. Juan III ordenó la construcción de la iglesia de Gracia, templo renacentista donde planeaba ser enterrado, y durante su reinado se construyó el Acueducto de Agua Plata de Francisco Arruda. En esa época vivieron en la ciudad artistas como el poeta García de Resende, pintores como Frei Carlos, Francisco Henriques o Gregorio Lopes, el escultor Nicholas Chanterenne y estudiosos y pensadores tales como Francisco de Holanda y André de Resende. En 1540, la diócesis de Évora fue elevada a Archidiócesis y el primer arzobispo de la ciudad, el Cardenal Infante Enrique I de Portugal, fundó en 1550 la Universidad de Évora, afecta a la Compañía de Jesús. Para Évora supuso un fuerte golpe la extinción de la prestigiosa universidad en 1759 (que sería restaurada cerca de dos siglos después), a raíz de la expulsión de los jesuitas del país por orden del Marqués de Pombal. En los siglos XVII y XVIII fueron renovados o construidos desde cero en estilo manierista edificios importantes de la ciudad. En patrimonio de Évora destaca el presbiterio barroco de la catedrál, diseñado por el arquitecto Johann Friederich Ludwig, y muchos altares y paneles de azulejos que cubren el interior de las iglesias y la Universidad. En el siglo XIX, Évora pasó por muchas transformaciones urbanas, algunos de dudosa calidad. En la plaza Giraldo, la cárcel y el antiguo ayuntamiento manuelino fueron demolidos y en su lugar se construyó el edificio del Banco de Portugal, mientras que la sede del condado se trasladó al Palacio de los Condes de Sortelha, en la Plaza de Sertorio. El Convento de San Francisco también fue demolido (la iglesia gótica se salvó) y en su lugar se construyó un nuevo edificio de viviendas y un mercado. En lugar ántes ocupado por el Convento de Santo Domingo se erigió el Teatro García de Resende (c. 1892). Las murallas medievales se conservaron en gran parte, pero de las entradas antiguas sólo se mantuvo la Puerta de Avis. En el siglo XX se construyó una carretera de circunvalación alrededor del perímetro de la muralla, que ayudó en su preservación.

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San Jacobo

Évora es una ciudad portuguesa, capital del Distrito de Évora. Está situada en la región de Alentejo, sub-región del Alentejo Central, y cuenta con una población de 49.252 habitantes (2011).1 Evora es la única ciudad portuguesa miembro de la Red de ciudades más antiguas de Europa. Su término municipal es uno de los más grandes de Portugal, con 1.307,04 kilómetros² y 57.073 habitantes (2011), subdividido en 19 parroquias. La ciudad limita al norte con el municipio de Arraiolos, al noreste con Estremoz, al este con Redondo, al sudeste de Reguengos de Monsaraz, en el sur por Portel, al suroeste por Viana do Alentejo y al oeste por Montemor-o-Novo. Es sede de Distrito y antigua diócesis y metrópoli eclesiástica (Archidiócesis de Évora). Su centro histórico, bien conservado, es uno de las más ricos en monumentos de Portugal, lo que le vale el calificativo de "Ciudad-Museo". En 1986, el centro histórico de la ciudad fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.2 El Municipio de Évora se encuentra en medio de la gran llanura del Alentejo, que se caracteriza por una ondulación muy suave y una altitud media de 240 metros. Con una superficie de 1309 km ², el municipio ocupa 5% de la superficie de Alentejo. El área urbana cubre 1643 ha. El paisaje de la región de Évora se caracteriza por el cultivo extensivo de cereales, con parches de pastizales y bosques de corcho y encino. Viñedos, olivares y campos de arroz son también parte del paisaje. Altitud: 247 metros. Latitud: 38º 34' N Longitud: 007º 54' O La región de Évora tiene una rica historia que se remonta a más de dos mil años en el pasado, como demuestran monumentos megalíticos próximos como el Dólmen de Aguiar y el Crómlech de los Almendros. En la región prosperaron algunos asentamientos neolíticos, de los que el más cercano estuvo situado en el Alto de São Bento. Otra población de éstas características fue Castillo Giraldo, habitada continuamente desde el milenio tercero al primer milenio antes de Cristo y de ocupación esporádica en la época medieval. Las excavaciones arqueológicas, sin embargo, no han mostrado hasta ahora si la zona de la actual ciudad estaba habitada antes de la llegada del Imperio romano. Según una leyenda popularizada por el humanista y escritor eborense André de Resende (1500-1573), Évora fue sede de las tropas del general romano Sertorio. Lo que se sabe con certeza es que Evora fue elevada a la categoría de municipium bajo el nombre de Ebora Liberalitas Julia, en honor a Julio César. En época del emperador Augusto (63 aC - 14 dC), Évora se integró en la provincia de Lusitania y se benefició de una serie de transformaciones urbanas, de las que el templo romano de Évora - dedicado probablemente al culto imperial - es vestigio más importante que sobrevive en nuestros días, junto con las ruinas de los baños públicos. En la parroquia de Tourega se hallan los restos bien conservados de una villa. En el siglo III, en un contexto de inestabilidad del Imperio, la ciudad estuvo rodeada por una muralla, algunos elementos de la cual todavía existen hoy. La época visigoda corresponde a un periodo oscuro de la ciudad. Durante la dominación musulmana, la ciudad experimentó un nuevo periodo de esplendor económico y político gracias a su ubicación privilegiada. Las murallas de la ciudad fueron reconstruidas sobre las romanas, construyéndose un alcázar y una mezquita sobre el área de la acrópolis romana. Catedral de Évora y fuente en el Plaza de Portas de Moura La toma de Évora a los musulmanes aconteció en 1165 por acción del caballero Gerardo Sempavor responsable de la captura de diversos lugares del Alentejo. Así se abrió una nueva etapa de crecimiento de la ciudad, que llega a ser en el siglo XVI la segunda ciudad más importante del reino. Alfonso Enríquez le otorgó su primera carta (Carta de los derechos feudales) en 1166, estableciéndose en la ciudad la Orden de Calatrava (más adelante Orden de Avis). Entre los siglos XIII y XIV se edificó la catedral de Évora, una de las más importantes catedrales medievales portuguesas, construida en estilo gótico y enriquecida con numerosas obras de arte a través de los siglos. Además de la catedral, en la zona del antiguo foro y alcázar se construyó el primitivo ayuntamiento y los palacios de la nobleza local. Desde el siglo XIII se instalán extramuros de la ciudad varios monasterios de órdenes religiosas, lo que contribuyó a la formación de nuevos núcleos urbanos. La zona de extramuros todavía contaba con un barrio judío y morería El crecimiento de la ciudad a partir del primitivo núcleo árabe llevó a la construcción de un nuevo anillo de murallas en el siglo XIV, durante el reinado de Dionisio I de Portugal Las principales plazas de la ciudad fueron la Plaza de Giraldo, (originalmente Piazza Grande), Largo das Portas de Moura y Rossio. La Plaza de Giraldo acogió una feria anual desde 1275 y también fue sede del ayuntamiento desde el siglo XIV, aunque con el tiempo, sobre todo desde el siglo XVI, el Rossio comenzó a concentrar las ferias y mercados de la ciudad. El siglo XVI trae el momento de mayor importancia de Évora en el panorama portugués, convirtiéndose la ciudad en uno de los más importantes centros culturales y artísticos del reino. A partir de Juan II y sobre todo durante los reinados de Manuel I y Juan III, Evora se vio favorecida por los reyes de Portugal, quienes pasaron largas estancias en la metrópoli. Las familias nobles (Vimioso, Codovil, Gama, Cadaval y otros) se establecieron en la ciudad y erigieron palacios. Manuel I le dio una nueva carta en 1501. Juan III ordenó la construcción de la iglesia de Gracia, templo renacentista donde planeaba ser enterrado, y durante su reinado se construyó el Acueducto de Agua Plata de Francisco Arruda. En esa época vivieron en la ciudad artistas como el poeta García de Resende, pintores como Frei Carlos, Francisco Henriques o Gregorio Lopes, el escultor Nicholas Chanterenne y estudiosos y pensadores tales como Francisco de Holanda y André de Resende. En 1540, la diócesis de Évora fue elevada a Archidiócesis y el primer arzobispo de la ciudad, el Cardenal Infante Enrique I de Portugal, fundó en 1550 la Universidad de Évora, afecta a la Compañía de Jesús. Para Évora supuso un fuerte golpe la extinción de la prestigiosa universidad en 1759 (que sería restaurada cerca de dos siglos después), a raíz de la expulsión de los jesuitas del país por orden del Marqués de Pombal. En los siglos XVII y XVIII fueron renovados o construidos desde cero en estilo manierista edificios importantes de la ciudad. En patrimonio de Évora destaca el presbiterio barroco de la catedrál, diseñado por el arquitecto Johann Friederich Ludwig, y muchos altares y paneles de azulejos que cubren el interior de las iglesias y la Universidad. En el siglo XIX, Évora pasó por muchas transformaciones urbanas, algunos de dudosa calidad. En la plaza Giraldo, la cárcel y el antiguo ayuntamiento manuelino fueron demolidos y en su lugar se construyó el edificio del Banco de Portugal, mientras que la sede del condado se trasladó al Palacio de los Condes de Sortelha, en la Plaza de Sertorio. El Convento de San Francisco también fue demolido (la iglesia gótica se salvó) y en su lugar se construyó un nuevo edificio de viviendas y un mercado. En lugar ántes ocupado por el Convento de Santo Domingo se erigió el Teatro García de Resende (c. 1892). Las murallas medievales se conservaron en gran parte, pero de las entradas antiguas sólo se mantuvo la Puerta de Avis. En el siglo XX se construyó una carretera de circunvalación alrededor del perímetro de la muralla, que ayudó en su preservación.

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Universidad

Évora es una ciudad portuguesa, capital del Distrito de Évora. Está situada en la región de Alentejo, sub-región del Alentejo Central, y cuenta con una población de 49.252 habitantes (2011).1 Evora es la única ciudad portuguesa miembro de la Red de ciudades más antiguas de Europa. Su término municipal es uno de los más grandes de Portugal, con 1.307,04 kilómetros² y 57.073 habitantes (2011), subdividido en 19 parroquias. La ciudad limita al norte con el municipio de Arraiolos, al noreste con Estremoz, al este con Redondo, al sudeste de Reguengos de Monsaraz, en el sur por Portel, al suroeste por Viana do Alentejo y al oeste por Montemor-o-Novo. Es sede de Distrito y antigua diócesis y metrópoli eclesiástica (Archidiócesis de Évora). Su centro histórico, bien conservado, es uno de las más ricos en monumentos de Portugal, lo que le vale el calificativo de "Ciudad-Museo". En 1986, el centro histórico de la ciudad fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.2 El Municipio de Évora se encuentra en medio de la gran llanura del Alentejo, que se caracteriza por una ondulación muy suave y una altitud media de 240 metros. Con una superficie de 1309 km ², el municipio ocupa 5% de la superficie de Alentejo. El área urbana cubre 1643 ha. El paisaje de la región de Évora se caracteriza por el cultivo extensivo de cereales, con parches de pastizales y bosques de corcho y encino. Viñedos, olivares y campos de arroz son también parte del paisaje. Altitud: 247 metros. Latitud: 38º 34' N Longitud: 007º 54' O La región de Évora tiene una rica historia que se remonta a más de dos mil años en el pasado, como demuestran monumentos megalíticos próximos como el Dólmen de Aguiar y el Crómlech de los Almendros. En la región prosperaron algunos asentamientos neolíticos, de los que el más cercano estuvo situado en el Alto de São Bento. Otra población de éstas características fue Castillo Giraldo, habitada continuamente desde el milenio tercero al primer milenio antes de Cristo y de ocupación esporádica en la época medieval. Las excavaciones arqueológicas, sin embargo, no han mostrado hasta ahora si la zona de la actual ciudad estaba habitada antes de la llegada del Imperio romano. Según una leyenda popularizada por el humanista y escritor eborense André de Resende (1500-1573), Évora fue sede de las tropas del general romano Sertorio. Lo que se sabe con certeza es que Evora fue elevada a la categoría de municipium bajo el nombre de Ebora Liberalitas Julia, en honor a Julio César. En época del emperador Augusto (63 aC - 14 dC), Évora se integró en la provincia de Lusitania y se benefició de una serie de transformaciones urbanas, de las que el templo romano de Évora - dedicado probablemente al culto imperial - es vestigio más importante que sobrevive en nuestros días, junto con las ruinas de los baños públicos. En la parroquia de Tourega se hallan los restos bien conservados de una villa. En el siglo III, en un contexto de inestabilidad del Imperio, la ciudad estuvo rodeada por una muralla, algunos elementos de la cual todavía existen hoy. La época visigoda corresponde a un periodo oscuro de la ciudad. Durante la dominación musulmana, la ciudad experimentó un nuevo periodo de esplendor económico y político gracias a su ubicación privilegiada. Las murallas de la ciudad fueron reconstruidas sobre las romanas, construyéndose un alcázar y una mezquita sobre el área de la acrópolis romana. Catedral de Évora y fuente en el Plaza de Portas de Moura La toma de Évora a los musulmanes aconteció en 1165 por acción del caballero Gerardo Sempavor responsable de la captura de diversos lugares del Alentejo. Así se abrió una nueva etapa de crecimiento de la ciudad, que llega a ser en el siglo XVI la segunda ciudad más importante del reino. Alfonso Enríquez le otorgó su primera carta (Carta de los derechos feudales) en 1166, estableciéndose en la ciudad la Orden de Calatrava (más adelante Orden de Avis). Entre los siglos XIII y XIV se edificó la catedral de Évora, una de las más importantes catedrales medievales portuguesas, construida en estilo gótico y enriquecida con numerosas obras de arte a través de los siglos. Además de la catedral, en la zona del antiguo foro y alcázar se construyó el primitivo ayuntamiento y los palacios de la nobleza local. Desde el siglo XIII se instalán extramuros de la ciudad varios monasterios de órdenes religiosas, lo que contribuyó a la formación de nuevos núcleos urbanos. La zona de extramuros todavía contaba con un barrio judío y morería El crecimiento de la ciudad a partir del primitivo núcleo árabe llevó a la construcción de un nuevo anillo de murallas en el siglo XIV, durante el reinado de Dionisio I de Portugal Las principales plazas de la ciudad fueron la Plaza de Giraldo, (originalmente Piazza Grande), Largo das Portas de Moura y Rossio. La Plaza de Giraldo acogió una feria anual desde 1275 y también fue sede del ayuntamiento desde el siglo XIV, aunque con el tiempo, sobre todo desde el siglo XVI, el Rossio comenzó a concentrar las ferias y mercados de la ciudad. El siglo XVI trae el momento de mayor importancia de Évora en el panorama portugués, convirtiéndose la ciudad en uno de los más importantes centros culturales y artísticos del reino. A partir de Juan II y sobre todo durante los reinados de Manuel I y Juan III, Evora se vio favorecida por los reyes de Portugal, quienes pasaron largas estancias en la metrópoli. Las familias nobles (Vimioso, Codovil, Gama, Cadaval y otros) se establecieron en la ciudad y erigieron palacios. Manuel I le dio una nueva carta en 1501. Juan III ordenó la construcción de la iglesia de Gracia, templo renacentista donde planeaba ser enterrado, y durante su reinado se construyó el Acueducto de Agua Plata de Francisco Arruda. En esa época vivieron en la ciudad artistas como el poeta García de Resende, pintores como Frei Carlos, Francisco Henriques o Gregorio Lopes, el escultor Nicholas Chanterenne y estudiosos y pensadores tales como Francisco de Holanda y André de Resende. En 1540, la diócesis de Évora fue elevada a Archidiócesis y el primer arzobispo de la ciudad, el Cardenal Infante Enrique I de Portugal, fundó en 1550 la Universidad de Évora, afecta a la Compañía de Jesús. Para Évora supuso un fuerte golpe la extinción de la prestigiosa universidad en 1759 (que sería restaurada cerca de dos siglos después), a raíz de la expulsión de los jesuitas del país por orden del Marqués de Pombal. En los siglos XVII y XVIII fueron renovados o construidos desde cero en estilo manierista edificios importantes de la ciudad. En patrimonio de Évora destaca el presbiterio barroco de la catedrál, diseñado por el arquitecto Johann Friederich Ludwig, y muchos altares y paneles de azulejos que cubren el interior de las iglesias y la Universidad. En el siglo XIX, Évora pasó por muchas transformaciones urbanas, algunos de dudosa calidad. En la plaza Giraldo, la cárcel y el antiguo ayuntamiento manuelino fueron demolidos y en su lugar se construyó el edificio del Banco de Portugal, mientras que la sede del condado se trasladó al Palacio de los Condes de Sortelha, en la Plaza de Sertorio. El Convento de San Francisco también fue demolido (la iglesia gótica se salvó) y en su lugar se construyó un nuevo edificio de viviendas y un mercado. En lugar ántes ocupado por el Convento de Santo Domingo se erigió el Teatro García de Resende (c. 1892). Las murallas medievales se conservaron en gran parte, pero de las entradas antiguas sólo se mantuvo la Puerta de Avis. En el siglo XX se construyó una carretera de circunvalación alrededor del perímetro de la muralla, que ayudó en su preservación.

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Acueducto

28/08/2015 12:15:01

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Parking

28/08/2015 12:22:17

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