Ferrata Cubilillo Os Fils-Riglos

Al formarse los Pirineos, muchos materiales resultaron arrastrados por la erosión y vertidos en grandes conos de deyección al ser arrastrados hacia la depresión del Ebro. Los mallos de conglomerados de Agüero, Riglos y otros fueron creados al ser estos derrubios levantados por el plegamiento de capas inferiores y sufrir después la erosión fluvial.
Un ejemplo de estas formaciones son los mallos de Riglos, un paraíso para los escaladores, en cuyo "reino" está instalada la ferrata Cubilillo Os Fils por la que asciende este track.

Comenzamos en el aparcamiento de Riglos. Saliendo de este hacia el pueblo y tomando la primera calle a la derecha, seguimos las indicaciones "Sendero Circular a los Mallos de Riglos" y en seguida nos veremos caminando por una pista en dirección sureste.
A los 40 minutos un poste indicador señala una senda, a la derecha, con la indicación " Ferrata de Cubilillo/Os Fils". Al tomarla serpenteamos por un bosque umbrío que al poco asciende más fuertemente hasta dejarnos al pie de la ferrata en una hora.
Casco, arnés y a la faena. Resulta original encontrar clavos en lugar de las grapas, hoy en día mucho más habituales, lo que le da un aire más aventurero al recorrido. La ascensión nos lleva de una repisa a otra por tramos verticales. Catalogada de dificultad K3, puede costar unos 40 minutos llegar a su final en el Mirador de los Buitres, con unas impresionantes vistas del Reino de los Mallos.

Para el descenso hay varias opciones. La más popular es descender por el camino equipado de la Peña Don Justo, pero en esta ocasión hemos decidido estirar un poco la jornada. Desde el MIrador de los Buitres tomamos la pista que sale en dirección sureste hacia el castillo y la ermita de Marcuello. 600 metros antes de llegar tomamos la pista que sale en dirección norte, en suave descenso. 15 minutos después (2 horas y 50 minutos desde el inicio) encontramos una senda a la izquierda. La tomamos y nos lleva en continuo descenso a la pista por la que hemos empezado la jornada y, desandando por ella, de regreso a Riglos, a donde llegaremos tras una jornada de unas 4 horas.