València Cabanyal - Teruel

Track reivindicativo.

Próximos a cumplir las primeras dos décadas del siglo XXI, en pleno debate sobre la importancia de la vertebración entre las regiones para evitar los populismos localistas que tanto daño hacen, entre la Comunitat Valenciana y Aragón tenemos un tren al cual le insume casi tres horas recorrer apenas 160 kms, lo que nos arroja un promedio paupérrimo de velocidad: aproximadamente 63 km/h.

A la lentitud del tren hay que sumarle la obsolencia del material con el que se presta el servicio. Se trata de la serie 592.2 la cual a pesar de haber recibido reformas, no deja de ser cierto que cuenta con más de 35 años de servicio desde su entrega por el fabricante, excediendo lo que habitualmente se considera la vida útil de una unidad ferroviaria: 30 años.

Durante el trayecto podemos comprobar que se cuela olor a diesel por la ventilación, el ruido es alto y molesta (para la próxima queda medir los decibelios) y no existe ningún tipo de información al pasajero, a tal punto que una pasajera tiene que preguntar si ya ha pasado su parada.

La razón de no saber dónde se encuentra es porque las paradas están totalmente a oscuras. Sabemos que llegamos a una porque nos detenemos, pero no sabemos dónde estamos. Las paradas están desiertas, este tren solo le sirve a algún estudiante que se beneficia de su bajo costo. La realidad es que no representa ninguna alternativa de transporte para aquellos lugares donde pasa. Algunas paradas están a más de 20 kms de la población que les cedió su nombre.

Pedimos un tren digno, entendiendo la dignidad como un tren útil, un medio real de transporte que una a los seres humanos, y que sea competitivo en tiempo, precios y prestaciones. Y solo podremos lograrlo cuando se unan todos a los que los atañe, para que quienes tengas que tomar las decisiones sepan que existimos, que aquí estamos y que vamos a defender nuestros derechos.