V Edicion 101 Peregrinos 2014-05-03 (ferreiro2008)

A las 9.15 iniciamos la marcha y me despido de mi esposa y de mi hijo, tenemos previsto vernos en Puente Domingo Flores.
Como siempre la mayoría de mis compañeros salen corriendo, sin embargo yo lo hago como siempre, andando, cuando encuentre alguna bajada ya trotaré un poquito.

A los pocos metros del inicio ya veo al primer compañero de BTT con problemas técnicos pinchó. Continuo con mi marcha y como ya comenté subiendo voy andando, llaneando voy a paso ligero y bajando a trote cochinero, con lo cual cuando me doy cuenta ya me encuentro en Toral de Merayo. Cojo la primera botella de agua y un trozo de pera y de nuevo en marcha hacia mi primer paso por Santalla, aunque me encuentro con un avituallamiento con el cual no me esperaba, el de Villalibre, aquí vuelvo a beber y me como un plátano. La gente tanto de los avituallamientos como los espectadores te animan muchísimo, creo que gran parte del éxito de esta prueba se debe a este detalle.

A estas alturas en las subidas adelanto a unos pocos compañeros, y a la inversa en las bajadas me adelantan ellos, incluso creo que esta frase la pongo todos los años, pero así es como ocurre. Yo no soy corredor con lo cual esto es lo que pasa. Llego a Santalla, voy mejor que bien algo más de 16 kilómetros y 2 horas y 5 minutos. Bebo algo de isotónico y de nuevo en marcha hacia la ermita de San Juan. Este tramo estoy acostumbrado a realizarlo en sentido contrario y de noche, ya totalmente deshecho. Este año la organización decidió cambiar la ruta y de esta forma podemos disfrutar del barranco de Santalla en toda su plenitud de día y estando todavía frescos. En este tramo me encuentro con mis amigos del club asaltamontes, a los cuales ya había saludado en la salida. Cada uno hace su marcha y yo tiro para delante. Este año espero bajar de las 17 horas y no puedo despistarme mucho tiempo.

Llego al avituallamiento de san Juan, agua, medio plátano y un pastelito y a seguir camino de Borrenes. Al poco de arrancar decido contactar con mi hijo para ver si podemos vernos antes, llevo unos kilómetros en los cuales un juanete me está tocando la moral, y quiero ver si cambiando las zapatillas este dolor remite un poco. Quedamos para vernos en Las Medulas. Al estar guardando el teléfono y como no me paré para realizar tal menester tropecé en una piedra y después de trastabillar un rato di con mis huesos (y con mis carnes) en el camino. El teléfono voló para un lado, la cámara fotográfica para otro, el bastón y la gorra también cambiaron de sitio. Miro que me encuentro bien, esto no fue nada todo está en su sitio, de nuevo en pie unos compañeros que venían unos metros atrás me ayudaron a recoger mis cosas y a continuar camino. Me da la impresión que voy demasiado bien, en ninguna de las anteriores ediciones había conseguido coger a compañeros de BTT en ruta, y este año lo estoy consiguiendo a estas alturas. El calor empieza a apretar y supongo que a ellos les afecta más que a nosotros, principalmente en las subidas. Llego a Borrenes llevo 28 kilómetros y 3:40 horas. Voy como una moto. Un poco de aquarius, una botella de agua y dentro de 7 kilómetros ya podré sacar estas zapatillas que en las bajadas me van matando. Llego allí y ya me están esperando, comentamos que voy muy bien, me cambio las zapatillas y le digo a mi familia que se vayan a comer, hasta PDF calculo que tardaré un par de horas con lo cual tienen tiempo, y si no les llega no hay problema, pues por aquella población pasaré en dos ocasiones. Llego al avituallamiento y veo que este año nos atienden “auténticos” romanos, aprovechar para las fotos de rigor, volver a hidratarse y continuar camino. En esta zona hay muchísimos visitantes. La zona es espectacular y merece la pena visitarla con mucha calma. Yo hoy no tengo esta calma, con lo cual vamos “volando” hacia el siguiente destino. Bajo muy bien, pero al llegar al avituallamiento de Salas de la Rivera me pega un bajón, yo me dije que se me habían agotado las baterías. No se lo que me pasó, pero me quedé totalmente agotado. Hasta ahora había comido más o menos y estaba muy bien hidratado. Aparte de lo que bebía en los avituallamientos, cuando lo necesitaba también bebía de mi camel. Desde aquí hasta Puente Domingo Flores literalmente fui arrastrándome, para darse una idea, para hacer estos primeros 41 kilómetros tardé 5 horas y media, y los siguientes 16 kilómetros (PDF, Trones y vuelta a PDF) 3 horas y 22 minutos. Llego a Puente Domingo Florez, y veo allí a mi familia, paso por el barredor y veo que como comida hay sándwich de nocilla y un trozo de plátano. Paso, hasta ahora en los avituallamientos no encontré nada salado y aprovecho para comer algo de lo que tengo en el coche. Aprovecho para descansar un poco para ver si recupero algo y después de unos 15 minutos salgo camino de San Pedro de Trones, una de las subidas más difíciles de la jornada. Subo lentamente, no consigo recuperar, así y todo voy alcanzando a gente que va más lenta que yo. Un poco más adelante veo a un compañero insensato que sube sin nada, primero le veo pedir bebida a un ciclista, poco después le veo beber agua del suelo, es algo que no consigo entender. ¿Tanto le pesaría una botella de agua? Sin comentarios. Adelantando a BTTtistas y a compañeros andando llego al final de la subida. Ahora bajar al avituallamiento y de ahí a PDF. En el avituallamiento aprovecho para cargar el camel, comer un sándwich y un trozo de naranja. Desde que inicié la bajada los isquiotibiales me duelen bastante, ya me dieron problemas la semana pasada en Entrimo y hoy vuelven a empezar a molestar. Aprieto los dientes y voy bajando como puedo. Ahora tampoco mejoro los tiempos, voy divagando sobre si abandonar o seguir, estoy sufriendo más de lo deseado.

Por segunda vez me llama mi hija preguntándome que tal voy, charlamos un rato y me pone al enano, la decisión está tomada. Sigo faltaría más. Llego a PDF y me tomo un ibuprofeno para ver si se calman un poco los dolores musculares. Charlo un poquito con mi esposa y me comenta que mis amigos los asaltamontes han pasado hace aproximadamente 25 minutos por aquí. Ahora toca pensar en la subida a Yeres, pasito a paso voy andando y encuentro que a pesar de no estar al 100% voy subiendo bastante bien, voy alcanzando a compañeros que van más tranquilos que yo. A estas alturas se empieza a ver a la organización con vehículos todoterrenos distribuyendo agua por el camino, y de vez también aparecen en moto interesándose por nuestro estado. Es de agradecer. Este año pusieron una pequeña alternativa para reducir algo los kilómetros, a cambio nos pusieron un pequeño cortafuegos. Llegamos arriba y ahora a bajar con tranquilidad hasta Yeres, la primera parte de la subida está hecha y me encuentro bastante bien. Aquí están los amigos asaltamontes preparándose para salir. Yo como alguna cosa, relleno el camel, me hidrato convenientemente y a continuar camino hacia el mirador de Orillan. Salgo en compañía de los asaltamontes, pero enseguida cojo mi ritmo y tiro para delante, voy cogiendo gente que va muy lenta, alguno incluso se tiró a descansar en las escasas sombras que se encontraban a lo largo del camino, pero yo me encuentro relativamente bien y sigo para delante. Por fin llego a la parte más elevada de la marcha, llego al avituallamiento charlo un momento con la gente que allí se encuentra y a seguir. Lo mas difícil teóricamente está realizado, el calor empieza a remitir y ahora toca pensar en los poco mas de 30 kilómetros que nos quedan. Me pongo en camino hacia La Chana, donde ya llegaré al atardecer. Allí me espera de nuevo mi familia, como algo salado, me cambio de ropa y después de unos 13 minutos me pongo de nuevo en camino dejando la cámara fotográfica que a partir de ahora no me sirve de nada. Ya tan solo pienso en Ponferrada, el cuerpo se encuentra cansado. La noche nos envuelve poco a poco y ya no se ve nada. Paso por el precioso castillo de Cornatel y en el avituallamiento de Villavieja me bebí un caldo calentito. Una pequeña subida y ya todo bajada hasta encontrarme de nuevo con mi familia en la entrada de Santalla. Bebo un poco, como un poco de oreja (que buena estaba) y de nuevo en marcha. Al haber realizado el bucle de San Juan por la mañana ya pienso que en pocas horas el sufrimiento se estará acabando. Quedo con mi familia en que nos vemos en la línea de meta, veo que va a ser prácticamente imposible acabar en las 17 horas previstas, también veo que hay más de 101 kilómetros.

En Toral de Merayo me ofrecen un chocolate caliente, no lo quiero, cargo agua y continúo el camino. Llegando a Ponferrada al igual que el año pasado nos llevan por el paseo del río Sil, siento el fresco del río, y por encima los aspersores están en marcha mojando todo. Intento acelerar un poquito mas el paso pero las piernas no me responden, con lo cual voy como puedo. No veo a nadie ni por delante ni por detrás hasta que a poco mas de un kilometro de la meta me pasan un par de chicos del BTT. Ya llegando, y sin entender como aparecieron un par de compañeros de la nada. Estos últimos metros hasta la meta decidí hacerlos trotando en su compañía, y ellos fueron buenos compañeros ya que me permitieron entrar delante de ellos. Por fin acabé esta nueva aventura los 101 Km. según mi GPS se convirtieron en 104,250 km. y la hora de llegada oficial en 17 horas y 12 minutos.
Ahora me toca pasar a recoger la medalla, la camiseta, el diploma supongo que podré bajármelo en los próximos días. Una buena ducha, comentar las incidencias con los amigos que allí están y para casa.