Tour del Vignemale. Circular desde Bujaruelo subiendo al Petit Vignemale (3.022 m)

Tour del Vignemale + ascenso al Petit Vignemale

Todos los detalles de esta ruta, en la siguiente reseña del blog Península: Tour del Vignemale.

Clásica ruta circular rodeando el Vignemale desde el refugio aragonés de San Nicolás de Bujaruelo. Una ruta muy bonita y sin dificultades técnicas realizada un día de verano en formato trail-running, es decir, caminando en las subidas y corriendo en los llanos y en las bajadas en algo menos de 8 horas.

Partiremos de San Nicolás de Bujaruelo, en el valle del Ara (Pirineo Aragonés). Tomaremos el camino que sale tras cruzar el puente y que va al Puerto de Bujaruelo. Lo seguiremos hasta la cota 1600 donde, junto a un torre de alta tensión, veremos el desvío al ibón de Bernatuara.

Este nuevo camino, bien marcado, pasa junto al refugio de la Plana de Sandaruelo y remonta metros de forma constante por una ladera abierta trazando un zig-zag. Nos dejará a los 2.300 metros de altura en el ibón de Bernatura.

Bajaremos hasta su orilla para después ascender al Puerto de Bernatuara, paso fronterizo con Francia. Tras coronar, bajaremos por el valle francés de Canau, amplio y con un buen sendero.

Bajaremos hasta la cota 1900. Junto al cruce de caminos está la cabaña de Lourdes. Giraremos a la izquierda para tomar una senda que nos deja en el embalse de Barrage d'Ossau. Aquí, en lugar de cruzar por la presa a tomar el camino principal, decidí tomar una sendita que, a modo de atajo, deja el embalse a mano derecha y conecta con el camino principal más arriba, junto a la cascada. Es un camino cómodo aunque menos marcado. Cuidado en los primeros meses de verano pues las aguas del pantano estarán más altas y quizá no se pueda pasar por aquí.

Conectamos con el camino principal que sube al refugio de Baysellance. Es un camino precioso que gana metros de manera progresiva. Se sube muy bien y las vistas al Vignemale y su glaciar son espectaculares.

Llegamos al refugio, ubicado en una planicie a más de 2.600 metros de altura. Enfrente tendremos el collado de la Hourquette d'Ossoue y el Petit Vignemale, pico que aprovecharemos para subir.

Hay dos caminos que se dirigen al collado desde el refugio. Tomamos el de abajo. No hay problema porque es un terreno cómodo y de una manera u otra llegaremos fácilmente al collado.

Desde el collado, la subida al Petit Vignemale es muy sencilla. Caminaremos por un camino bien marcado que sube por una loma pedregosa y después por la pala final. Hay varios caminos en la pala, yo subí por la derecha y baje por el de la izquierda que es más cómodo al hacer un zig-zag. Es un tresmil muy sencillo y con unas vistas fabulosas, merece la pena.

Volvemos al collado de la Hourquette d'Ossoue y bajamos hacia el refugio de Oulettes de Gaube por un camino bien trazado y cómodo.

Ya en el refugio, tendremos de frente la vista más espectacular: la cara Norte del Vignemale con su glaciar. Una de las estampas más bonitas de todo el Pirineo.

Tras reponer fuerzas, cruzamos la pasarela y tomamos el camino que sale a mano izquierda en dirección al glaciar. Pasaremos por un zona habilitada para el vivac y tomaremos la senda que sube de forma bastante directa al collado de los Mulos, el último collado del día que da paso a la frontera con España.

La subida es dura, pues se nota el cansancio y hace ya calor pero es cortita. Ya arriba se abre ante nosotros el valle del Ara, inmenso y larguísimo. Por este valle bajaremos a Bujaruelo.

Hay dos camino que recorren el valle en su parte alta. Yo tomé el de la derecha pues creo que es más cómodo al discurrir por largas laderas de hierba. Después crucé al lado izquierdo cuando el camino de la derecha comenzó a perderse en una zona donde pastan las vacas.

Sobre la cota 2050, nos uniremos con el GR-11 que va camino a Baños de Panticosa y ya por él bajaremos a Bujaruelo.

Pasaremos por la cabaña de Cerbillonar y bajo el impresionante corredor de la Moskowa y seguiremos bajando por un estrechamiento del valle hasta alcanzar una pista forestal.

La pista nos dejará ya muy cerca de Bujaruelo. Una desvío por senda nos permitirá hacer el último kilómetro y medio hasta alcanzar de nuevo el famoso puente de Bujaruelo.

La ruta es preciosa y no tiene pasos técnicos ni complicados. Es perfecta como entrenamiento de carrera de montaña.