Sahún - Sorri d'Alto - Ermita de Pedro Mártir - Puso Riba - Eriste - La Tuasa - Sahún

Recorrido precioso por buena parte de los caminos de media montaña del municipio de Sahún, esos que tradicionalmente han servido a sus vecinos como vías de acceso a zonas ganaderas o de extracción de recursos naturales. La ruta propuesta -aunque dura y exigente- invita al caminante a unir varios itinerarios en uno sólo. Así, se completa en una sola jornada lo que habitualmente se realizaría en cuatro o cinco (con sus correspondientes excursiones cortas).

Los senderos que aquí se siguen de forma parcial son cuatro rutas pensadas como caminatas circulares de escasa dificultad y tiempo. Por orden cronológico serían el camino de Sorri d'Alto, seguido de la circular de San Pedro Mártir, el trazo recuperado que une el Puso Riba con Els Ixordigals y que es extensible hasta la población de Eriste y, finalmente, la vuelta natural por La Tuasa. No obstante, para aquellos que vean que esta sugerencia es demasiado exigente o quien desee realizar las circulares clásicas, puede dirigirse a los siguientes enlaces que las tratan de forma independiente: Sorri d'Alto (http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8109702), circular de San Pedro Mártir (http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=7007797) y circular de La Tuasa (http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=9597324). Dada su novedad, la tercera parte no ha sido recogida de manera autónoma, aunque sí conjuntamente con las dos primeras en un ejercicio de completar el monte medio del pueblo de Sahún (http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=9667696).

El cuartel general de esta tremenda circular será la localidad de Sahún. Un buen lugar de partida es el aparcamiento que hay en la parte alta del pueblo, en su extremo septentrional. Desde allí habrá de buscar la senda de Sorri d'Alto, un camino que parte del extremo suroeste de Sahún. Sin embargo, debido a que Sorri Baix también empieza en lo que podría denominarse el extremo suroeste, hay que focalizar mejor para evitar contratiempos indeseados. Valga entonces como referencia la quesería que Casa Falisia tiene en el pueblo. Junto a ella, un poste de madera indica el inicio de la excursión.

Al comienzo, el camino marcha apacible en busca del barranco Sorri. Una palanca de madera permite cruzar el cauce. Es aquí donde la senda emprende el ascenso. La primera parte entre bancales semiabandonados bajo los característicos "albás" (abedules). Este tipo de árbol, y más en esta zona concreta, se encuentran muy marcados por cortes y cicatrices pues de su corteza sale el combustible de las emblemáticas fallas de San Juan, una respetada tradición local. Al adentrarse más en el bosque la subida se hace más pesada.

La cuesta vuelve a perder pendiente cuando la selva clarea. Dos abrevaderos de cemento dan la bienvenida al sector Rabaltueras, pastizales limítrofes entre el municipio de Sahún y el de Villanova (al que pertenecen). Se trata, por tanto, de una zona ganadera bastante utilizada que complica en cierta medida el camino de Sorri d'Alto, dado que compone un gran cruce de caminos cuya densidad puede llegar a despistar un poco. Para evitar perder el trazado existen unas marcas naranjas muy claras propias de la circular de Sorri d'Ato. Desde los abrevaderos se remontan las praderas hasta dar con la senda que conduce directamente al cauce del barranco Sorri. Allí se encuentra la palanca que permite volver a cruzar el barranco Sorri (palanca del Llisat).

Cruzadas sus aguas, un tramo muy plano conduce al punto donde el camino de Sorri d'Alto se junta con el Camino de la Montaña que parte desde Sahún en busca de los ibones de Barbarisa. Ya en la vía principal se toma la opción que llevaría al pueblo. El descenso por el Camino de la Montaña termina poco más abajo de la Fuen de Ratiells. A mano izquierda aparece un poste de madera que indica el acceso a la ermita de San Pedro Mártir, lugar de peregrinaje para los habitantes del pueblo. Comienza entonces otro tramo de ascenso. Sin pérdida posible, un continuo zigzag remonta los cortados que protegen los pastizales de El Cuello. Esta solanera subida, corta pero bastante dura, es disfrutona pues pasa por miradores fantásticos de la Sierra de Chía y del fondo del valle del Ésera y cuenta con diversos postes con información del entorno. Al llegar al extremo sur de los prados de El Cuello, una pronunciada ascensión de unos cien metros de desnivel lleva al pie mismo de la coqueta ermita de San Pedro Mártir, punto culminante de esta excursión.

El descenso se afronta por los claros del este. Por camino poco definido se retorna a El Cuello aunque, esta vez, en el extremo norte. Continuando dirección noreste, la ladera pierde altitud a través de los bancales que forman el conjunto Els Llabinás. Al termino de esta zona de prados se llega a un espeso bojedal y, más tarde, a la palanca que permite cruzar el barranco Cambra.

Ya en la orilla izquierda del barranco hay que estar atento para encontrar la senda que sube al Puso Riba. El poco uso que ha tenido este camino hace que prácticamente no se aprecie su trazo. Para encontrarlo hay que ubicar el primer barranco pasado Cambra, aunque buena parte del año está seco. Es ahí donde nace la senda, a la izquierda bajando, que conduce al Puso Riba. Si se sigue el camino principal se acabaría de nuevo en Sahún. Una vez localizada la senda y cien metros más adelante se llega al Puso Riba, otro sector de origen ganadero. Este prado posee unas poderosas vistas del valle del Ésera dada su ubicación estratégica (en la curva del valle) y su morfología de atalaya de los grandes acantilados glaciares.

El camino que sigue la excursión se localiza escondido entre bojes y robles en la parte más baja del campo (este). Esta senda puede llegar a presentar algunos problemas puesto que es de muy reciente recuperación y, al ser muy poco conocida, no se transita lo suficiente como para que la vegetación no progrese. Además, dado que discurre cerca de los cortados hace que no sea recomendable perderse. Existen para eso varias claves. La fundamental es no perder las marcas de alambre y plástico colocadas a lo largo del trazado pues la senda, en ocasiones, parece que pierde su trazo. Durante un kilómetro y medio, en suave descenso, a través de un bosque de robles jóvenes, se llega al Camino de la Vall, una de las principales vías de comunicación ganadera del núcleo de Sahún. Si se continúa éste hacia abajo se hallará un cruce de caminos marcado por un poste de madera. Se toma el Camino del Pigüelo hasta Eriste, una senda que trascurre entre prados hasta adentrarse en el casco urbano de la población.

Tras callejear admirando sus bellos rincones, se buscará la carretera en la parte más baja del pueblo. Tomada esta se sigue rumbo norte hasta cruzar el puente que cruza el barranco de Eriste y el aliviadero de la central eléctrica. Otro puente, éste a mano derecha, permitirá alcanzar la orilla izquierda del río Ésera. Atravesando la cola del embalse, se empieza a bordear el pantano por su orilla sur pero, en el primer desvío a la izquierda, se abandona para inaugurar la subida. Tras pasar una casita de piedra la pista se bifurca en dos: hacia Conques o hacia La Tuasa. Esta última será la variante a seguir.

La Tuasa es un collado que limita la parte alta del Valle de Benasque con la parte media. Acceder hasta él no es complicado pues prácticamente todo el camino transcurre por una pista habilitada a vehículos con escasa pendiente. Tan sólo en su parte final se torna senda. El lugar donde se produce el cambio de pista a sendero no está del todo bien marcado. Hay que estar bastante atento para no pasar el desvío. Unas marcas de PR y algún hito señalan el camino, que queda algo camuflado entre el arbolado en la parte derecha. Una vez en él, llegar a La Tuasa pasa por disfrutar del cerrado bojedal.

Ya en el prado el camino continuará al frente (oeste). El descenso pasa por atravesar un denso bojedal antiguo magnífico en el primer tramo que muere hacia los acantilados de roca que miran a poniente. La piedra aquí domina y gana terreno el matorral bajo. Ambos elementos permiten contemplar el pintoresco pueblo de Sahún, ubicado a las faldas de la Tuca de Cambra (2.465 m) y, como al sur, se abre el Valle de Benasque.

La senda termina en una pista forestal que desciende directamente al río. Aunque en ocasiones larga y quisquillosa, el zigzagueo que recorre el bosque de castaños y abedules conduce hasta la misma carretera. Volver al punto de inicio requiere seguir la carretera A-139 en dirección sur y, poco antes del desvío del pueblo, remontar un sendero pronunciado (Camino del Molino) que conduce directamente hasta el corazón del pueblo y el aparcamiento donde se tomó la salida.