Riaza Challenge 40k 2018

Riaza 40K 2018.

Con los compañeros de MT3.

El recorrido se ha variado algo en los primeros kilómetros, haciendolo algo más rápido y algo más corto al sustituir dos o tres kilómetros de senderos por pista. Una vez llegados al cordal, el resto del recorrido es el de siempre.

Añoro la subida por la pista de esquí de la Pinilla, con su plus de dureza.Se hizo los primeros años pero creo que por incompatibilidad con los ciclistas, se dejó de hacer. ¡tendrían que buscar una variante!

Esta carrera, larga y exigente para ser un trail y algo escasa para ser un maratón, siempre he pensado que deberían alargarla tres o cuatro kilómetros por los altos.

Enfin. Edición de 2018, tiempo inestable. Salida tempranito con buena temperatura. Casi nada de barro por el trazado nuevo en los primeros kilómetros. Bosque cerrado, pistas, prados de verde muy intenso.

A partir del avituallamiento, la cosa se pone empinada. Menos vueltas por pista, más directa. Aún así, monótona aunque muy cómoda.

Al llegar al cordal, empiezan las perspectivas dilatadas. Hay que girar a la derecha para acceder al Lobo: sendero amplio, algo incómodo por la piedra suelta para subir, bastante incómodo para bajar. Por el sendero, hasta la cima del Lobo. Vistas. El edificio en ruinas del ejército que desmerece el entorno. ¿cuándo lo demolerán y se lo llevarán de ahí?

Desde la cima del Lobo empieza lo interesante: bajada, cresteo, y combinación de rampas cortas y bajadas largas. Técnico, exigente para las piernas. Las rampas cuestan, bastante.

En el collado de la Quesera (avituallamiento, vistas, parada a tomar algo) la cosa cambia. Cuestas, cuestas y más cuestas con alguna bajada ocasional. NO hay casi rampas fuertes pero la subida al Porrejón es muy laboriosa, muy peleada, muy fatigosa. Comparada con esta subida, el flanqueo y trepa (un par de canaletas, cortas, algo empinadas, no necesario usar manos) final a la cumbre de la Buitrera, es pan comido.

En llegando a la Buitrera, y a continuación, el cielo estaba negro y amenazaba lluvia inminente y fuerte. Aguantó, vaya usted a saber por qué.

Desde la Buitrera las cosas se simplifican mucho. Por lo alto de la loma y luego bajada con pendiente media hasta el collado de Zopegado. Incómodo pero sin grandes dificultades.

Hay que subir al Zopegado (rampa larga, a estas alturas de carrera agotadora), unos prados muy bonitos y la bajada del Zopegado a Riofrío: pendiente media sostenida, técnica por el mal estado de los senderos, muy destrozapiernas. Hay un kilómetro y medio de falso llano entre prados y barro que esta vez estaban preciosos.

En Riofrío, avituallamiento y a terminar. Bajada hasta el rio y luego paralelos a él, en precioso sendero. Este año, con el aliciente (o molestia, según se mire) del barro. ¡Hasta los ojos de barro! Larga y suave bajada, cruce de río, larga y suave subida, casi hasta el mismo pueblo, bajada final hasta la plaza.