Cañón del Talegones. De Retortillo de Soria a Lumías

Excepcional paseo por uno de los espacios naturales más llamativos de Soria: el Cañón del río Talegones entre las poblaciones de Retortillo de Soria y Lumías.
En esta época del año y luego de las lluvias caídas el río baja hasta arriba de agua. El sendero que recorre todo el cañón es el GR86, un fabuloso anillo que rodea toda la provincia Soriana y que tiene en este tramo uno de los espacios más sobresalientes.
El día plomizo y frío, ideal para correr. Ahí voy entrando en faena y en el km 3 encuentro la primera dificultad. Hay que vadear el río y la empresa semeja imposible. Finalmente consigo pasar del otro lado, no sin antes mojarme y bien las zapas jeje. Los espectaculares paisajes y los bellos recodos que hacen las aguas no facilitan que mi carrera tenga continuidad. Venga a tirar fotos y venga a vadear el río por innumerables puentes y pasos de madera o piedras. Aparecen los primeros buitres en el cielo. Sigo avanzando a veces corriendo a veces andando y ya en las proximidades de Torrevicente me cruzo con un paisano que me cuenta que el sendero lo ha limpiado y señalizado David, un hombre ya mayor y bastante ciego que disfruta cuidando lo que más quiere: su pueblo y alrededores.
Pasado Torrevicente el espectáculo parece que no ha hecho más que empezar. Visito las cuevas del Tío Raimundo y El Berraco y las fuentes Nueva y del Chorrón. El avance es alucinante, vadeando el río en innumerables ocasiones por puentes de piedra en la mayoría de las ocasiones. Ya cerca de Lumías el torrente de agua se multiplica por el nacedero de aguas. Cruzo el pueblecito y algo más abajo se toma una pista abandonada que gana altura plácidamente regalando inmejorables vistas del pueblo y del río. Giro a derechas y venga a subir hasta salir a una pista ancha que viene de un antiguo molino hoy derruido. Rumbo Este por los altos del monte pongo la directa corriendo con el viento a la espalda. El día sigue igual de plomizo pero no ha caído ni una gota de agua. Las fotos siguen distrayendo mi avance. Algún despiste y siempre o casi siempre con los molinos de la Sierra Pela al fondo. Muy al fondo, y cada vez más cerca. En una vaguada me salen al paso una familia de ciervos. Impresionan. Cruzo la vaguada y sigo por pista hasta salir al vertedero junto a la carretera que va a Atienza. Ya sólo me queda que dejarme caer a Retor.