Camino Lebaniego

Como no podía permitirme el lujo de realizar el camino a lo largo de varios días tomé la determinación de hacerla en modo "non-stop", saliendo desde las playas San Vicente de la Barquera y transitando por el camino tradicional que discurre por Gandarilla y Bielva donde, poco antes de llegar a Cades, se llega a la confluencia con la versión moderna que viene desde la senda fluvial del Nansa y que suma unos ocho kilómetros más.
En el track se puede observar que en Hortigal me desorienté y tuve que volver varias veces sobre mis pasos hasta encontrar la ruta correcta. En Cades me desvié buscando el albergue de la localidad para sellar la credencial y por desgracia, aunque estaba abierto, no localicé al encargado y me fui con las manos vacías. En La Fuente me desvié buscando pues eso, una fuente. Parece ser que la dejé atrás ya que se localizaba a la entrada del pueblo, junto a la iglesia, y seguí hacia el interior de la población sin conocer ésta circunstancia. Un amable vecino me permitió coger agua en su casa y ya, de paso, busqué el albergue de la localidad pero, está claro que ése no era mi día, por unas obras de asfaltado de la calle no pude alcanzar mi objetivo y me volví a ir con las manos vacías de allí.
Ya en Cicera pude sellar, por fín, mi credencial. Mi intención era llegar a Santa María de Lebeña ascendiendo por el Collado de Arceón, pero me recomendaron que siguiese camino por una variante más corta y menos comprometida a través del Canal de Francos que bordea el macizo por la derecha alcanzado la bajada desde Arceón a media ladera, opción que tomé sin dudar ya que a esas alturas cualquier ayuda en cuanto a reducir el esfuerzo era bien venida. Una vez en Lebeña subí hasta Allende y allí, con un poco de esfuerzo, localicé el camino hacia Cabañes, población que dispone de albergue pero que no es indispensable pasar por ella ya que, en un momento dado, se alcanza un cruce de caminos donde se indica la senda hacia Cabañes hacia la derecha, y la que lleva hasta el Castañar Milenario de Pendes hacia la izquierda, senda que tomé.Y aquí aparece el error del track generado por desconocimiento del GPS que estrenaba y que, al ser de pantalla táctil, debí de dejar de grabar inopinadamente en algún momento al introducirlo en la mochila.
Una vez en Pendes, volví a equivocarme en un cruce y tuve que volver sobre mis pasos hasta encontrar la bajada correcta hacia Castro-Cillorigo. Desde allí, por un camino bien marcado y bastante largo (unos 7 kms.) se alcanza Potes sin problemas. Una vez en Potes, con intención se subir hasta Santo Toribio pasé por la estación de autobuses y, casualmente, salía el último hacia Santander con parada en San Vicente, así que no me lo pensé dos veces y dejé la subida hacia Santo Toribio para otra ocasión...